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—¡Taehyung! —exclamó Kim Seokjin al ver a su amigo aparecer por la parte trasera de la perfumería en la que trabajaba.

Ya estaba oscureciendo afuera y el omega estaba a punto de cerrar la perfumería en la que trabajaba, cuando sintió que alguien tocaba la puerta. Abrió, consciente de que solo una persona llegaba a esas horas por la puerta trasera. Al abrir, vio la hermosa sonrisa cuadrada del beta, entrando a la perfumería con toda naturalidad. Taehyung dio un salto una vez estuvo adentro, dejándose caer en el sofá que estaba en la zona de descanso de la tienda. 

—¡Seokjinie! —exclamó el beta alegremente. El omega no pudo evitar sonreír.— ¿Tienes hambre? Tengo una manzana aquí para ti. —Tae tomó la fruta de su bolso, la extendió hasta su amigo.

Jin la recibió y la olió -tenía la costumbre de olfatear todas las cosas que tomaba-, sintiendo un aroma diferente en el ambiente. Era un suave aroma a aceites para la piel, mezclado con algo más. Empezó a olisquear el aire hasta que dio con el causante. Miró a Tae, que se encontraba todavía tirado sobre el sofá, jugueteando con un hilillo que se estaba escapando de la tela de su camiseta. Se sentó en el brazo del sofá, a un lado de su amigo. 

—Hueles diferente, Taehyungie—le dijo, todavía olisqueando tiernamente con la nariz—. ¿Qué te hiciste?

El beta amplió los ojos y se sonrojó, rascándose la nuca avergonzado.

—Oh... es que me bañé.

Seokjin lo miró durante unos segundos en silencio, antes de que algo en su mente hiciera cortocircuito ante las palabras de Taehyung y la graciosa y avergonzada forma en que las había dicho. Terminó soltando estruendosas carcajadas, mientras se sostenía la panza, sin notar que las mejillas del beta se habían tornado de un adorable color carmesí. 

—¡Basta! —se quejó su amigo con un gruñido, empujándole suavemente para que cayera del sofá. 

—No, no. Es que hueles muy bien, en serio—dijo el omega entre carcajadas e intentando sostenerse del brazo de Taehyung para no caer.

El beta siguió mirándolo mal, mientras se ponía de pie y apuntaba acusadoramente al omega. 

—¿Tú también creías que antes olía muy feo? —le preguntó Tae amenazadoramente.

Seokjin, quien tuvo que hacer esfuerzos inhumanos para dejar de reír, le miraba con sonrisillas alegres, deslizándose hasta caer al sofá desparramadamente. 

—No. Tu aroma siempre ha sido agradable para mí, Taehyungie. —El beta le miró suspicaz, de una manera tan adorable que Seokjin no pudo evitar ponerse de pie junto a él, acariciando su hombro derecho—. No te enojes conmigo—canturreó.

—Uhm—gruñó Tae, escapando de sus manos.

El omega realmente no quería que Tae se enojara por él. El beta era su mejor amigo hace un par de años, cuando se habían conocido por las casualidades de la vida. Lo era incluso si sabía que para Taehyung, su mejor amigo era Chanyeol, un beta que vivía con él en la Madriguera. No era común que un omega y un beta entablaran amistades, porque los betas eran esclavos y no estaba permitido bajo ningún punto que fueran tratados de otra forma. Pero Seokjin no venía de una poderosa manada y había tenido que lidiar con sus propios problemas por ser un omega masculino. Taehyung se había presentado frente a él, con sus sonrisas cuadradas y sus jugueteos coquetos e infantiles justo en el momento en que él más necesitaba de una mano amistosa. Jin no juzgaba a Tae por ser un beta sin manada, ni él a Jin por ser un omega masculino.

De hecho, Jin se sentía muy cómodo con Tae.

Tal vez, demasiado...

El omega, volviendo al presente, frunció el ceño de repente al repasar la pregunta de Tae, así que inquirió:

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now