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—¿Estás seguro de que el Ermitaño no se molestará porque vayamos juntos a buscar a Jimin? —preguntó Seokjin por tercera vez a Taehyung, en lo que llevaban caminando.

Beta y omega caminaban por el sendero que llegaba directo a la casa del Señor Min. Taehyung no había estado de acuerdo en que Seokjin, pero cuando al fin los síntomas del mayor se disiparon, decidieron que debían ir a buscar a Jimin juntos -el omega había sido insistente en eso-. El menor sabía que el niño estaba en buenas manos, pero Jin no se fiaba. No iba a estar tranquilo hasta que viera al cachorro con sus propios ojos. Por lo cual, ahora recorrían a pie el largo camino que los llevaba a la casa del alfa.

Taehyung suspiró ante las palabras del omega, pero terminó acariciando el dorso de su muñeca con ternura. 

—Tranquilo, Jinnie—le dijo con suavidad. Jin esbozó una mueca, pero asintió—. El señor Min es algo gruñón, pero no se molestará, lo sé.

—Tal vez no le guste que un omega se pase por su casa—insistió, mordiendo su labio inferior. Ya estaba rojo de tanto que llevaba torturándolo—. Por lo de su esposa...

Tae se acercó a su omega y posó las manos en su cintura. Vio como Seokjin se sonrojaba un poquito, pero no bajó los ojos de los suyos. De hecho, esbozó una sonrisa ligera y tierna que hizo que sus mejillas se vieran adorablemente abultadas. El beta todavía no salía de ese estado en el que quería estar siempre en contacto con Seokjin, tocándolo por todas partes y que nadie, absolutamente nadie se le acercara. Se sentía incluso un poco reacio a dejar que saliera, quería quedarse con él al menos una vida encerrados en la habitación del omega.

—No te preocupes, Seokjinnie. Al señor Min le vas a parecer encantador, y, ya que estamos, trata de no decirle Ermitaño. Podrías equivocarte cuando lo conozcas.

Jin esbozó una mueca preocupada y llevó una de sus manos a su boca.

—¿Crees que vaya a equivocarme?

—Sé que no lo harás~—canturreó a al omega, acariciando su mejilla—. Pero es mejor prevenir que lamentar. Además, eres encantador... 

El omega, con una sonrisa aniñada, ocupó las puntas de sus pies para impulsarse hasta alcanzar el cuello de Taehyung con sus brazos. Lo besó suavemente, dejando también un pequeño beso en su nariz. El beta se sentía demasiado lleno de buenas emociones. Todo Seokjin le causaba alegría, amor y otras emociones demasiado grandes para ponerles un nombre.

—Todavía no puedo creer que estés conmigo—susurró Seokjin. 

Taehyung sabía que en cualquier momento iba a estallar. Sus ojos brillaron, observando la carita preciosa del omega. Entonces, pensó en las implicancias de la frase de Seokjin.

—¿Hablas de estar c-contigo como... t-tu pareja? —preguntó el beta, enrojeciendo repentinamente.

Vio a Seokjin asentir, un ligero brillo temeroso en sus ojos. 

—Sé mi beta—le pidió él, con la voz suave.

Taehyung no pudo evitar esbozar la más grande sus sonrisas cuadradas. Había algo en esas palabras. Algo en el que Seokjin le pidiera ser su beta. Era increíble, porque Tae no era un alfa. Tae provenía de la casta más baja de la sociedad y era maravilloso que Seokjin le quisiera por lo que era. Por ser un beta. Él no había dicho "sé mi pareja" o "sé mi novio", había dicho "sé mi beta" y había algo demasiado profundo como para ser explicado con palabras. Taehyung ni siquiera podía definir lo que sentía. Era algo grande. Tan grande como las montañas que se veían a lo lejos y tan hermoso como el cielo en primavera.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminOù les histoires vivent. Découvrez maintenant