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Semanas pasaron y la entrada al otoño dio paso a paisajes de colores castaños que llevaban nostalgia por doquier. Taehyung cada día estaba más nervioso y cuidaba a Seokjin como si fuera un hecho el que estuviera esperando un hijo suyo. El omega, sin embargo, no estaba tan seguro. Recordaba a su madre diciendo que todos los omegas sabían cuando había un bebé en su interior, porque era algo instintivo; él no sentía nada. El problema era que, por más que le dijera a Taehyung que no debía preocuparse tanto, el beta no dejaba de cuidarlo, de decirle que no se subiera a las banquillas a dejar los perfumes, que no comiera cosas muy pesadas y básicamente que evitara todo lo que pudiera ponerle en peligro tanto a él como al supuesto bebé.

—Ya sé que puede ser que no venga nada, Seokjinnie, pero tienes que cuidarte de todas formas—le decía Taehyung, obstinadamente.

El omega no podía hacer mucho más para ayudarle. Sabía que probablemente Tae iba a sufrir si se enteraba de que finalmente no había un bebé, pero hay veces en que no puedes evitar las heridas que se harán otros; algunas cicatrices te enseñan a no volver a lastimarte.

También había visto a Jimin mirándolos a veces fijamente, como si estuviera ponderando algo. Hasta que el cachorro finalmente sumó dos más dos y terminó preguntándole a Jinnie que sucedía entre Tae y él; por qué no se lo preguntó directamente al beta era un misterio. De todas formas, el omega respondió con la verdad, por supuesto, y el cachorro había saltado sobre él a abrazarlo con felicidad.

—¡O sea que Chanyeol hyung decía la verdad! —Fue lo primero que gritó Jimin alegremente, mientras le tenía abrazado del cuello con sus manitas.

No obstante, Tae no estuvo tan alegre con aquello que dijo Jimin. En cuanto le contó, el beta había entrado en una crisis de furia y había dicho que, apenas volviera Chanyeol, iba a asesinarlo...

... para lo que no tuvo que esperar mucho.

Junto con la caída de la primera hoja de otoño, temprano por la mañana, aparecieron tanto Kyungsoo como Chanyeol nuevamente en Busan, cerca de un mes después de haberse ido. Llegaron dando las noticias que habían descubierto en Seúl, hablaron con todos los betas que habían quedado prendados de Minseok y avivando la llama de la lucha.

Taehyung, a pesar de que seguía un poco molesto por su amigo, terminó olvidando todo su enojo en cuanto lo vio. En cambio, se lanzó sobre él a abrazarlo y a desordenarle el cabello juguetonamente.

—Te extrañé, Channie hyung~—canturreó el menor, finalmente dejándole tranquilo.

Realmente lo había hecho. Chanyeol era su mejor amigo, la primera persona en la que pudo confiar ciegamente cuando llegó a aquella madriguera. Estaba completamente acostumbrado a tenerle a un lado todos los días, acompañándolo a comer manzanas en la periferia de Busan o yendo a robar para poder mantener a todos los betas de la Madriguera en buenas condiciones. Así que haber estado sin él durante un mes realmente se había sentido, incluso si había pasado la mayor parte del tiempo junto a Jimin y Seokjin. Era increíble lo mucho que podía extrañar la risa estruendosa y divertida de Chanyeol hyung.

—Puaj, basta con tanto amor—le dijo este último, luchando por quitarse al menor de encima. Aun así, sonreía abiertamente—. No creo que me hayas extrañado tanto, beta mentiroso. Si mal no recuerdo, había un omega loco por ti antes de que me fuera.

Tae no pudo evitar sonrojarse y darle un manotazo en el hombro, aunque había franca diversión en su mirada. Más que mal, Channie tenía razón. Lo había extrañado, pero había tenido a un hermoso omega para acompañarle.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now