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Taehyung comprendía que hay momentos de la vida que te enseñan cómo funciona el mundo. En sus primeros años de vida, tocó las brasas que utilizaban para calentar las habitaciones del Internado de Betas en el que vivía en aquella época y aprendió que al tocar el fuego es inminente quemarse. Muchos años más tarde, y gracias a Seokjin, comprendió también que no todas las personas son iguales y que hay pequeños tesoros en el mundo que te querrán tal cual eres.

Contarle a Jimin lo sucedido con Channie fue uno de esos momentos. No exactamente para el beta mayor, sino para el cachorro, quien tuvo que aprender de golpe que la vida es dura y que la gente se irá, lo quieras o no. Para Taehyung había sido uno de los momentos más difíciles de su vida también, teniendo que ser fuerte para Jimin, que no pudo dejar de llorar desconsoladamente hasta que se durmió bien entrada a la noche, más por el agotamiento emocional que por sueño, en la cama de Seokjin.

La Madriguera fue otro asunto. Kyungsoo, enojado y entristecido con la noticia, armó una comitiva para recuperar el cuerpo de Chanyeol. Al grupo conformado por cinco betas -entre ellos Taehyung- le tomó una noche completa saber en qué lugar estaba el cuerpo y otra noche más recuperarlo. Kyungsoo, como el buen líder que era, volvió con las cinco personas a salvo y durante la siguiente noche, toda una procesión de betas caminó hasta el claro que tanto Taehyung como Chanyeol solían frecuentar para enterrar a este último. Incluso Seokjin estuvo ahí -a pesar de las quejas de algunos betas que no querían un omega insmiscuyéndose en sus pérdidas-, viendo el improvisado y triste funeral. Taehyung y Jimin llenaron la tumba de esmeraldos (aquellos que Tae había recolectado), creando un punto de pétalos que, a la luz  de la luna, centelleaba lanzando destellos en todas direcciones.

—Channie hyung está brillando—murmuró Jimin, tirando de la mano de Taehyung.

El beta mayor sonrió levemente, tratando de contener las lágrimas que querían escaparse de sus ojos otra vez. Las reprimió, porque quería ser fuerte por el cachorro aunque le costara, así que presionó con sus dedos la pequeña mano de Jimin y asintió.

—Channie brillaba y brillará siempre.

Escuchó como Jimin sorbía por la nariz antes de sentir como el niño correspondía el apretón, coincidiendo con él.

Todo era tan injusto.

Si Taehyung pudiera ahorrarle todo el dolor al pequeño, daría su vida por ello.

La vuelta a la Madriguera se hizo con lentitud. La procesión caminó cabizbaja, triste. Chanyeol era ese tipo de persona que lograba hacerse un huequito en todos los corazones.

Tae, por su parte, pidió a Kyungsoo que encaminara a Jimin hasta el catre que compartían en la Madriguera, mientras él encaminaba a Seokjin hasta la perfumería. No era seguro que el omega caminara solo de noche, además de que Tae le debía una larga conversación a Seokjin. 

Caminaron en silencio, tomados de las manos, pero cada uno en sus propios pensamientos. El sonido de la gravilla era todo el ruido que les acompañaba.

—Estás callado—murmuró Tae a Seokjin, pasado un rato.

El omega no volvió el rostro hacia él. Se quedó mirando el suelo mientras caminaba.

—No han sido días para hablar—respondió Jin, en un susurro que no podría haberse escuchado a plena luz del día, con el ruido de un pueblo despierto.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα