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Seúl, Corea del Sur

Seúl se despertaba con grandes gotas cayendo desde el cielo. Los días lluviosos eran terribles dentro de una madriguera de betas. Todos los rebedes se encontraban de aquí para allá, buscando recipientes que poder colocar en las goteras y que el agua no arruinara el ya de por sí precario suelo del lugar. Eran días en los que nadie se preocupaba de nada más que mantener el calor y a los betas saludables.

Kim Taehyung estaba colocando un recipiente en una gotera especialmente problemática, cuando vio al hijo omega de los Jung situado en una esquina de la sala principal de la madriguera, intentando no estorbar a todos los betas que corrían en todas direcciones. Se veía fuera de lugar en un sitio como la madriguera, con su piel blanquecina por no haber tocado nunca el sol y aquel cabello rojizo, uno que no se veía jamás entre los betas, que generalmente traían colores de ojos y pelo castaño, además de una piel bronceada por el trabajo bajo el sol. El omega traía el cabello muy húmedo y la camisa, de un costoso lino blanco, se pegaba a sus formas, lo suficiente para hacerle parecer un pollo mojado, a juicio de Taehyung.

De todas formas, el omega tenía suerte de que estuviera lloviendo. Sin Namjoon en la escena y con un montón de betas con razones suficientes para odiar a los Jung, Hoseok era un blanco obvio para todos ellos ahí. Entre los rumores que se hablaban del hijo menor de los Jung estaba que era un espía de su familia y que estaba ahí únicamente para sacarles información. Nadie que tuviera al menos dos dedos de frente pensaría en hacerse amigo de él. Taehyung tampoco era la excepción, por lo cual, no le sentaba nada bien tener que ser su cuidador mientras Namjoon no estuviera. Era incluso doloroso pensar que su viaje podía durar meses.

Hoseok ahí de pie mirada hacia todas partes con una mirada profundamente frágil, como si buscara a alguien entre las personas. Probablemente a Namjoon, ¿pero no se supone que debía estar informado de eso, al menos?

Con un suspiro, Tae se aproximó a él, esquivando a algunos de sus amigos. Hoseok le miró, pero no lo hizo con aquella extraña mirada de cachorro de siempre.

—Te estás mojando. —Le dijo Tae a Hoseok. En su voz estaba el filo de siempre, el que no podía evitar cada vez que hablaba con el hijo omega de los Jung.

Hoseok intentó mirar por detrás de Tae, infructuosamente. El beta era mucho más grande que él. A Tae le extrañó que no quisiera su atención, la que buscaba cada tanto.

—¿Has visto a Namjoon? —le preguntó, presionando sus manos ansiosamente.

Tae frunció el ceño.

—Partió ayer a Busán. ¿Es que no lo sabías?

Al beta le incomodó que Hoseok luciera tan frágil, pequeño. Este último soltó un gran suspiro, nervioso.

—Namjoon, él... eh... sí. Sí, me lo dijo.

Tae notó el ligero temblor de Hoseok.

—Tienes toda la ropa mojada.

El omega le lanzó una mirada frustrada que a Taehyung se le antojó ligeramente graciosa.

—Ya se va a secar—le respondió el omega, con el ceño fruncido.

—Vete casa a pasar la lluvia. —Le dijo Tae, un poco más duro de lo que debería haber sido, pero todo el resentimiento se le salía por los poros y ya ni siquiera era consciente de cuando eso pasaba—. Un omega con tu apellido no debería estar en una madriguera que se está inundando.

Hoseok hizo una mueca y miró al suelo. Efectivamente, sus zapatos de cuero estaban completamente mojados y, por lo que Tae sospechaba, arruinados. Le vio suspirar y negar con la cabeza.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now