The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-Yoonmin

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El corazón de Taehyung latía fuertemente mientras dirigía sus pasos a la perfumería. Ya casi era de noche. Jinnie le había dado las llaves de la puerta trasera antes de irse para que pudiera entrar, pero el beta sentía que estaba arrepintiéndose. Sus manos sudaban, su corazón latía muy rápido y se le secaba la garganta. ¿En qué momento se había metido en esto? Solo habían pasado cinco días desde el primer beso que había compartido con Seokjin, ¿no era esto avanzar demasiado rápido? Además, estaba el gran problema de su... de su inexperiencia. ¿Cómo se suponía que iba a calmar al lobo de Seokjinnie?

Su respiración era trémula cuando al fin alcanzó el pomo de la puerta. Le tomó tres intentos introducir la llave a la cerradura, porque las manos le temblaban del puro nerviosismo. Tuvo que apretarlas en puño para dejar de temblar.

Un intenso aroma a flores le recibió del otro lado de la puerta. La esencia de Seokjin estaba por todas partes. Al comprenderlo, se dio vuelta con rapidez y volvió a echar llave, porque no quería que ningún alfa sintiera aquella exquisita fragancia y enloqueciera por el omega. No. Seokjinnie solo tenía que enloquecerlo a él durante esa noche.

Desde la sala de estar que había en la parte posterior de la tienda, podía escuchar jadeos y lloriqueos provenientes de la habitación del omega. ¿Estaría sufriendo? ¿Realmente era tan doloroso pasar un celo sin nadie?

Taehyung soltó un suspiro frustrado, incapaz de dar los pasos que le separaban de la habitación de Jinnie. Su labio estaba hinchado de tanto morderlo y sus manos seguían con aquel ansioso temblor.

¿Seokjinnie se enfadaría con él si se arrepentía? ¿Se enfadaría si supiera que tuvo demasiado miedo como para abrir la puerta?

Estuvo a punto de darse la vuelta, pero un sollozo lastimero le hizo detenerse. Agudizó su oído, acercándose levemente a la puerta:

—Tae...—sollozaba Seokjin—... Taehyungie.

Su nombre dicho con tristeza y necesidad fue todo lo que el beta necesitó para envalentonarse y cruzar la estancia hasta abrir la puerta.

La imagen que encontró lo dejó sin palabras.

Las pupilas de Seokjin estaban dilatadas y sus labios hinchados con un intenso color carmesí. Sus mejillas estaba sonrojadas y su cabello estaba desordenado en todas direcciones. Taehyung bajó la vista hasta el cuerpo de Seokjin. Luna bendita... Seokjin estaba completamente desnudo y humedad brillaba entre sus piernas. Estaba sobre su estómago, restregando su entrepierna contra la cama.

Contuvo la respiración, dando pasos lentos hasta el omega. Se veía hermoso, lujurioso y Taehyung lo deseaba como jamás había deseado algo en el mundo.

El omega lo miró en silencio, hecho todo deseo y vulnerabilidad.

Sus ojos estaban cristalinos y Taehyung solo deseó llenarlos de besos.

—¿V-vas a quedarte? —preguntó Seokjin con la voz ronca y suave.

El beta asintió sin decir ninguna palabras más. En cambio, caminó hasta la cama y se sentó, extendiendo una temblorosa mano para acariciar el rostro del omega. De su omega. Seokjin cerró los ojos y como un cachorro deseoso de camino, inclinó el rostro en dirección a la mano cariñosa de Tae.

—Me duele—se quejó el omega con un sollozo.

Tenía los ojitos cerrados y los labios entreabiertos.

Por todos los lobos, ¿cómo podía lucir tan hermoso y tan vulnerable a la vez?

—V-vine p-para calmar el dolor—tartamudeó Taehyung, repentinamente demasiado consciente de sí mismo.