• CAPÍTULO 65 •

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65. Ambigüedad.
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—¡Por Merlín!—vociferó Pansy—¿alguien quiere decirle a Harper que ya sabemos que es el nuevo buscador? —se quejó sobándose las sienes.

Draco frunció los labios intentando leer algo de hechizos avanzados. Había sacado el libro de la biblioteca hace unos días y debía impregnar su cerebro de conocimiento a como de lugar. Estar en la sala común no era nada provechoso, pero sentía que si estaba todo el tiempo en su habitación podría ser algo sospechoso. Él siempre disfrutó de ser el centro de atención.

Un chico de tercero entró con la correspondencia y Draco se la arrebató de las manos con apremio. Sabía que nadie se comunicaría con él por ese medio, no obstante debía ser precavido y no dejar cabos sueltos en caso de que alguien le relacionara con alguna actividad de los mortífagos.

Nina apareció en ese momento en medio del salón, usaba ropa abrigadora, afuera nevaba y junto a Luna y Pansy tenían en mente ir a las tres escobas a beber unas cervezas de mantequilla.

—Hay una carta para tí— le comentó Draco, mientras se acercó para disminuir la distancia entre ellos.

—Gracias—. Nina se la quitó de las manos mientras aquella respuesta escueta y sumamente seca, sacó de quicio al rubio.

Este la cogió del brazo, ignorando por completo los reclamos de la Slytherin, quien se quejaba de que la tiraba y dolía.

—¿Acaso nunca vas a disculparme?

—¿Y yo porqué tendría que disculparte?¿Acaso a mí me has pedido una disculpa? —la chica meneó la cabeza con aires sarcásticos e hizo ademán de alejarse.

—Está bien ¡perdón, he sido un idiota! No debí reaccionar así aquel día, no quise gritarte, Nina.

La Slytherin entornó los ojos y lo observó fijamente mientras intentaba realizar los ejercicios que él mismo le había enseñado. La legeremancia era un arte que debía perfeccionarse con el tiempo, y si bien distaba mucho de ser una profesional habiéndolo, sabía como intentar penetrar en la mente de alguien después de todas las clases del año recién pasado.

Draco sin duda era experto en cerrar su mente. Ahora más que nunca. Por ende ninguna de las respuestas que la chica buscaba, logró hallarla en medio de aquella plática.

—Háblame cuando lo sientas realmente.

—¿Qué?

—Eso, hablaremos cuando sientas verdaderamente arrepentimiento por haberme contestado de esa forma— respondió Nina, quien sabía muy bien cómo lograr que este se desesperara por sus negativas.

—¿Osea que estaremos jugando al gato y al ratón?

—La verdad, esto no es un juego. Debes aprender a que las cosas no son siempre como dices, Malfoy. Espero que entiendas que no puedes tratar a todo el mundo como si fuesen elfos domésticos—recalcó—, menos a mí.

La muchacha salió de la habitación, cogiendo su pergamino, lista para dejar al rubio con el cargo de conciencia y pensando acerca de los hechos acontecidos hace días atrás. No obstante sabía que tarde o temprano, tendrían que hablar y arreglar las cosas, o al menos, él debería explicar que es lo que lo mantenía tan irritable.

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Where stories live. Discover now