• CAPÍTULO 80 •

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80. Vendiendo el alma al diablo

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Nina caminó por la mansión Malfoy sintiendo escalofríos a cada paso que daba por los pasillos oscuros. El sólo recuerdo de Peter Pettigrew le causaba náuseas, una cosa es que el tipo fuera un traidor y un asesino, otra cosa muy distinta era que ella también lo era. Ella lo había asesinado a sangre fría con tal de que Lord Voldemort la aceptara en sus filas. 

Al parecer no era diferente a ninguno de los magos y brujas qué allí adoraban al señor tenebroso. 

¿Cómo podría sobrevivir a los sucesos que vendrían si con una maldición imperdonable había estado sintiéndose sucia y maldita? 

—¿Estás bien? —le preguntó Draco al ver que se paseaba como si esperase noticias. 

—No, Draco. No estoy bien. Asesiné a un hombre y no puedo dejar de pensar en sus ojos sin brillo. No puedo dejar de sentirme igual que todas las personas que aquí conviven y no sienten remordimiento alguno. Sé que es parte de lo que estuve dispuesta a entregar, nada más que no pensé que me sentiría una mierda tan pronto. 

—Me extrañaría que no te sintieses así, eres una persona excepcional. He venido a hablar sobre algo. 

La bruja asintió y se quedó apoyada en el barandal del balcón mirando a la nada. 

—El señor tenebroso hoy va a entregarte la misión a la que te enfrentarás, lo más seguro es que te diga todos los pasos que debes seguir. También te dirá con quiénes irás...

—¿Cómo que con quiénes iré? Debo ir contigo, eso no es negociable. 

—No estás en posición de exigir nada. Debes dar las gracias que él esté interesado en darte la oportunidad teniendo en consideración que eres una recién llegada en este lugar. Hay magos con los que jamás ha tenido el más mínimo interés de darles una opción. 

—No sé si puedo hacerlo sin ti. Voy a pedirlo y de lo contrario tendré que matarlos a todos —bufó con fastidio. 

Nina agudizó la vista cuando analizó que varias figuras encapuchadas arribaron en el jardín de los Malfoy, eran hombres jóvenes que traspasaron el umbral de los hechizos de protección. La bruja se quedó pendiente para ver de quién se trataba. En ese instante divisó las siluetas quitarse la máscara y sus oscuros ojos distinguieron varias siluetas conocidas, no obstante la que más le perturbaba era la de Xavier Zimej. 

—¿Sabías que llegarían hoy? 

—No, pero son carroñeros. Era cosa de tiempo que Voldemort les llamara ante él. Sólo se dedican a secuestrar muggle, ver si es que atrapan a Potter o generar pánico entre los ciudadanos ingleses.

—Vamos, mientras antes encontremos a Zimej, antes podremos saber qué hacer con él— musitó Nina, sintiendo los nervios a flor de piel. 

Ella y Xavier se habían convertido en enemigos, ahora no recordaba el instante exacto, sólo que sabía que él no dejaría pasar nada. Sabía que podía delatarle en cualquier momento. La odiaba y el sentimiento era mutuo, sin embargo ella sabía que debía mantenerlo a raya si quería conservar su vida. 

Ambos magos salieron de la habitación de Draco, Nina comenzó a proteger su mente para evitar que cualquiera de esos magos tuviera acceso a la información que tenía que guardar sigilosamente. Cuando acabó la escalera de caracol, el rostro de Nina se topó con la pandilla de carroñeros que entraba en la mansión. 

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Where stories live. Discover now