• CAPÍTULO 75 •

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75. ¿Qué estarías dispuesta a hacer con tal de salvarle?
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Los hermanos Atticus y Alecto Carrow estaban desempeñándose como los nuevos maestros de Artes Oscuras, eran una especial elección del director Snape, quién en sus últimas horas no asomaba ni la punta de la nariz en el castillo. De no ser por Minerva McGonagall, esos dos magos hubieran acabado con la mitad de los estudiantes durante la primera semana de escuela debido a sus sanguinarios métodos.

Pansy y Nina caminaban observando arriba de su hombro, jamás se terminaba de estar por completo segura, la rivalidad y guerra entre casas se había hecho implacable y los pasillos no eran más que un corredor lleno de murmuración y miradas que iban desde el miedo a la desconfianza.

Sin duda el panorama en Hogwarts no era nada alentador, para nadie, menos para quienes habían sido cercanos a Draco Malfoy.

—Yo creía que las clases de Snape el año pasado eran humillantes, sin embargo estas clases donde hay que hacer maleficios en contra de los compañeros son siniestras —declaró Pansy en forma de susurro —, no sé si me agradan o me intimidan.

—Creo que tienes que reconocer que te agradan —replicó Nina, quien se mantenía tensa mientras se dirigían a la sala común —, siempre has sido una mujer que goza con el sufrimiento ajeno.

—Tengo que reconocer que nada me produce más placer que ver a un Gryffindor sufriendo, aunque debo admitir que Atticus es una persona con la que no me agradaría encontrarme en un pasillo solitario.

—Oh, yo pensé que Blaise era quien tenía ese título ganado desde hace mucho tiempo. Me refiero a lo del placer —aclaró.

Pansy le golpeó suavemente en el brazo.

Habían ciertos momentos en que las amigas compartían y era como un respiro dentro de un oleaje que no dejaba de remecer con fuerza. Sin embargo esos momentos se desvanecían como ecos a la distancia o duraban menos que un abrir y cerrar de ojos.

No podía decir que bastaban para soportar el clima que imperaba dentro del castillo. No eran suficientes.

A veces pasaban cosas por su mente, una de esas cosas era la conversación que se había transformado en discusión con sus padres. No querían que volviera al castillo después de todo lo sucedido con Dumbledore, también estaba implícito el hecho de que tenía terminantemente prohibido intentar contactar a Draco y mucho menos responder a cualquier manera en la que este quisiera comunicarse. Draco Malfoy. Ella debía ser leal con el ministerio o con lo que sus padres decidieran apoyar. Y se sentía totalmente una traidora, sentía que estaba siendo desleal con su amigo, le extrañaba en demasía y no sabía cómo poder contactarle sin pensar que secretamente le habían hechizado con un conjuro que revelaría su paradero y con ello conseguir que la anclaran a la casa de por vida. 

Cuando entraron a la sala común, Pansy  fue directo a sentarse sobre las piernas de Blaise, mientras que Nina se dirigió hacia su habitación. Al entrar allí se percató de un repiqueteo en una de las pocas ventanas que no daban hacia el lago negro.

—¿Orion? Merde...—farfulló con el nerviosismo a flor de piel. 

No todo el mundo podía decir que tenía un fénix, todo el mundo sabía que esa ave era de Draco Malfoy y si llegaban a verlo podría interceptarlo y llegar hasta él. Y eso implicaría ponerlo en peligro aunque este estuviera en el bando equivocado. Abrió con cuidado, sin antes ponerle seguros a la puerta para que nadie pudiera entrar de imprevisto, el ave llevaba un pergamino en la pata y una vez que Nina se lo quitó, emprendió el vuelo consiguiendo sobresaltarla. 

Juramento Inquebrantable [Fred Weasley]Where stories live. Discover now