Capítulo 25 | Más allá que un beso

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«Sé que este amor es dolor, pero no podemosquitarlo de estas venas. Así que apagaré las luces y tú traba las puertas. Nosaldremos de esta habitación hasta que ambos sintamos más. No te vayas, nopongas los ojos en blanco. Dicen que el amor es dolor, entonces, cariño, vamosa hacernos daño esta noche» 

Natalia.

—¿Qué ocurrió? —es lo primero que pregunta Julie al ver el alboroto que hay en la entrada del colegio.

—No lo sé, creo que es una pelea —contesto haciendo puntitas de pie para ver algo, pero es en vano. Mis compañeros son más altos que yo y poco puedo ver detrás de ellos—. Acerquémonos.

Ella asiente y empujamos a varios chicos hasta entrar en el círculo que se formó. Mi rostro se descompone al ver a Daniel en el suelo siendo golpeado por un chico mayor. Tapo mi boca en asombro, pues varios golpes han dejado marcas en su rostro, tiene un ojo hinchado y sangre saliendo en algunas zonas.

Sus ojos cerrados con fuerza y boca pidiendo compasión, formando una dolorosa expresión, cala en lo más profundo de mi ser, provocando que me sienta mal al instante. Julie mantiene el mismo semblante lamentable que yo, pero de forma más leve.

Sin embargo, lo que más impacto nos causa es la intromisión de Tatiana. Ella camina con pasos decididos y de un solo movimiento consigue desconcertar al calvo chico. Luego, como era de esperarse, patea su "zona masculina" como tantas veces nos contó que ha hecho con los descarados chicos que le mentían para regresar con ella.

Me pregunto por qué no hace lo mismo con Fabián.

Todos se alejan cuando el agresor se larga del lugar. Diviso a Mike en la esquina y no dudo en caminar en su dirección. Luego de un dulce y rápido beso en los labios, en forma de saludo, me encargo de explicarle lo sucedido con lujo de detalles.

—Preciosa, tranquilízate —coloca sus manos sobre mis mejillas y mira mis ojos. Mi exaltación por la injusticia ha logrado que hable con rapidez y preocupación. Y no es para menos, Daniel debe estar hecho añicos en este momento—. Quizá sí tengas razón y él no está pasando por un buen momento —recuerda mis insistentes palabras.

—¿Vamos a ver cómo se encuentra? —dudo, dejándome llevar por las suaves caricias que provoca en mis mejillas.

—No creo que sea lo correcto —emite un sonido con su garganta como si lo pensara con seriedad—. Tú dijiste que él no te quería volver a ver.

—Pues lo lamento si ustedes sienten remordimiento por lo que hicieron en el pasado —Julie nos mira a ambos con una ceja alzada—, pero yo debo saber el chisme completo... Digo, que Daniel está bien —se corrige.

Se aleja de nosotros, va hasta Facundo y tomando su mano lo arrastra con Tatiana y Dani. Se sienta en el banco y comienza a sacarle la digna información que ella deseaba.

Mike me da una mirada de rendición, coloca su brazo sobre mis hombros y me aleja de mi exnovio.

Si lo evito es porque él así lo quiso.

Tatiana.

Luego de las acosadoras preguntas que hacían mis amigos y la excelente manera que tiene Daniel de evadirlas, llegó Rush. Ella nos saludó derrochando cariño y amor para todos, excepto para su hijo. Mantenía una expresión que rozaba el enfado. Insistí en acompañarlos, pero ella creyó que era mejor que vaya a clases.

En parte entendía que quería estar a solas con Dani para sacar su lado materno y regañarlo como se debería.

—¿Quién era ese chico? ¿Y por qué le urgía tanto verlo como para esperarlo en la escuela? —me cuestiona Facundo una vez que estamos en el aula, como si yo supiera toda la verdad.

Hasta un BesoWhere stories live. Discover now