Capítulo 30 | Otra mejor vendrá

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«Si no pudiera sentir nada, si pudiera sentirme adormecido, ¿lo haría?» 

Voten porque esto va a estar sad.

Daniel.

Todo iba mal. Poco a poco me sentía más débil, más inútil, más inservible. No podía hacer nada bien.

Mi familia: Provoqué el llanto de mi mamá tras gritarle a ella y a mi papá que eran malos padres. Lo cual en lo más recóndito de mi mente sé que es mentira.

Mi hermana intentaba ayudarme y yo no hacía más que suplicar que se vaya de mi habitación.

Mi padre... asegura estar orgulloso de mí, pero, ¿cómo creerle cuando su rostro refleja la decepción?

Mis amigos: No me llevo tan bien con los chicos, por lo que todas mis amigas son mujeres. Son buenas amigas dentro del colegio, pero si eso no nos uniera, seguramente ni siquiera cruzaríamos un saludo. Ninguna de ellas se interesa por mi vida fuera del establecimiento.

Mi carrera musical: La disquera me presiona para que les enseñe los tres singles alegres. Había escrito dos canciones felices y una triste, con tres canciones no podría armar un disco completo. También estaba fracasando con mi música, en lo único que me consideraba "bueno".

Mi mejor amiga: La había perdido. No quería aceptarme porque le había hecho daño. La lastimé y mi subconsciente lo supo todo el tiempo, por eso me empeñaba en ocultarle mis encuentros con otras chicas. Tatiana tiene algo especial; con sus besos, con sus palabras, con saber que alguien realmente se preocupaba por mí, lograba que mi vida no fuera tan miserable.

Mi exnovia: Se alejaba de mí por miedo. Si iba en su dirección ella volteaba para ir a la contraria. No quería verme, no quería hablarme, no quería que le dijese lo que ya sabe; que la sigo amando. Para rematar con la situación, hoy se cumpliría un año desde que comenzamos a salir. Hoy sería nuestro aniversario si ella no me hubiera terminado.

Esto es más sufrimiento del que puedo soportar, ya no aguanto, no hay ni un atisbo de esperanza donde me pueda aferrar y creer que todo mejorará. No hay nada de bonito en esta continua tortura de recuerdos, ansiedad y cosas de las que no soy capaz de nombrar.

Mi mente estuvo perdida los últimos meses. ¿Qué es lo que pensaba? En la muerte. En cómo ponerle fin a todo esto, en una salida rápida y eficaz, en si me atrevería a hacerlo.

Y no lo había notado hasta este momento que estaba dando una respuesta afirmativa a lo último. Escribí una carta para explicar por qué tomé esa decisión y la dejé en el bolsillo de mi jean, cuando me encuentren la leerán. O eso espero.

Había pensado durante toda la noche cuál sería la manera menos escandalosa para hacerlo. Cortarme las venas traería mucha sangre y no querría que después limpiaran todo. Se me hace imposible tragar pastillas, esa tampoco sería una opción viable. Mucho menos tengo una cuerda para ahorcarme.

La idea inicial era lanzarme en la piscina y quedarme debajo del agua hasta ahogarme, pero lo más probable es que mi mamá me vea e intente salvarme.

Salí de mi hogar, les avisé a todos que hoy no podría llegar a tiempo a casa, diciéndoles sutilmente que ya no regresaría. Di un último paseo en la ciudad, buscando algo que me diga que no debo hacerlo. Llegué a mi destino y mi búsqueda terminó sin encontrar absolutamente nada.

Mis pies pisan el fierro de las vías del tren. Mis manos tiemblan a la vez que me repito que pronto todo acabará, volveré a ser feliz... en otra vida, una mejor, sin tantas complejidades que la arruinen.

Desdoblo el papel en donde coloqué mis últimas palabras. Siento que mi voz falla cuando intento leerla en voz baja.

El dolor es continuo. Intenté parecer fuerte, fingir que nada me podía lastimar, pero esta es la verdad: ya no puedo continuar. Actuar como alguien fuerte me ahogó un poco más. No puedo estar un segundo en calma, sin que mi mente me grité las cosas que hice mal y las que haré en el futuro. Al despertar sólo deseo seguir durmiendo, porque allí no siento nada. Lleno mi garganta con comida que no quiero para que el nudo se desintegre. Las constantes lágrimas que caen se hicieron parte de mi día a día. Todo mi cuerpo me dice "basta, por favor, ya no más" y voy a hacerle caso porque ya estoy cansado.

Hasta un BesoWhere stories live. Discover now