A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
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El whisky quemó su garganta desagradablemente, pero eso no hizo que su atención se alejara de la persona a metros de la barra, que era donde él se encontraba sentado.
Giró un poco más su torso, para poder echarle una mirada para nada discreta al hombre que justo ahora se encontraba discutiendo con algún chico que Jungkook no conocía. Kim Taehyung, tan poderoso y atractivo como siempre. Para Jeon Jungkook, poder ver su hermoso rostro era lo mejor de cada día.
—Juro que, si vuelves a intentar coquetear conmigo de forma tan desagradable, lo próximo que tendrás en tu boca será mi puño —logró escuchar desde donde estaba sentado, a al menos unos tres metros del pelirrojo.
El chico frente a Taehyung se estremeció, frunciendo el ceño. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Jungkook al ver la penosa interacción. Ese era Taehyung siendo Taehyung, ya era tan común para el azabache presenciar escenas como éstas que hasta le causaban gracia.
Era todo un espectáculo observar la mirada fulminante y los labios fruncidos de Taehyung. De su rosada boca salían palabras cargadas de disgusto.
—Retírate antes de que llame a seguridad —gruñó el pelirrojo, provocando que el muchacho desconocido frente a él frunciera el ceño con más profundidad, no esperándose un trato tan exagerado por un simple coqueteo. Bufando, y sintiéndose humillado, apartó la vista de los fulminantes ─y hermosos─ ojos de Taehyung.
Aun observando fijamente, Jungkook fue testigo de como el chico frente a Taehyung se retiraba del lugar con cara malhumorada, mordiéndose el labio con fuerza mientras caminaba rápidamente hacia la salida del bar.
Volvió su vista a Taehyung, esta vez viendo al pelirrojo sentarse nuevamente en su mesa, solo, mientras volvía a tomar un trago de su bebida.
Los ojos avellana de Taehyung chocaron contra los de Jungkook. El pelirrojo frunció el ceño, Jungkook sonrió.
Levantándose de su asiento en la barra, caminó hacia la mesa de Taehyung, sonriendo burlonamente al ver como la confusión y el desagrado pintaban el hermoso rostro del mayor.
—¿Quiere compañía, señor Kim? —dijo burlándose. La sonrisa aún intacta en sus labios se agrandó al ver los ojos de Taehyung centelleando de rabia.
—Jeon —escupió —, será mejor que des la vuelta y te vayas por donde viniste si no quieres que te quite esa estúpida sonrisa de un golpe, estoy ofendido contigo.
Una risa escapó de los labios de Jungkook, y contrario a las palabras de Taehyung, se sentó en la silla frente a él.
—¿Está seguro de que quiere que me vaya, Kim? —siguió con su juego. Algo parecido a la vacilación brilló en los ojos de Taehyung, antes de fruncir sus labios y tornarse rojo de ira.
—Creo que fui muy claro la semana pasada, Jungkook —masculló entre dientes, cada vez más irritado por la sonrisa del azabache —, si quieres que acepte el jodido contrato tendrás que hacer algo mejor que mandar unas estúpidas flores.
