A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
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Taehyung miró a su alrededor con cansancio, sentándose en unos de los sillones que había en el lobby del hotel y luchando contra el sueño que comenzaba a sentir luego de un largo día.
Ya era tarde, afuera el cielo ya se encontraba de un color oscuro, siendo iluminado solamente por las pocas estrellas que podían verse y una luna creciente. Los empleados estaban entrando y saliendo del hotel, algunos pudiendo irse finalmente a sus casas, y otros, recién llegando para comenzar su jornada.
Vernon se había ido solo un par de horas después de que fuesen al hotel y hablaran con Ji Eun, habiéndose quedado con él hasta que lo llamaron de su trabajo. Taehyung, en cambio, decidió quedarse, ahora dándose cuenta que había estado en el establecimiento incluso más tiempo del que solía quedarse cuando Jungkook y él se iban juntos. Quería creer que su decisión no tenía nada que ver con la llamada del pelinegro y que éste dudara de él solo por sus constantes ausencias, pero no era tan bueno para mentirse a sí mismo. Ya no más, al menos.
Golpeteando sus dedos contra su muslo, su mirada recorrió el lugar hasta fijarse en Ji Eun y otra chica –de la cual no recordaba el nombre, por lo que supuso que era del sector limpieza, ya que habían estado contratando más personal en esa área– hablar tranquilamente mientras buscaban sus abrigos, ya casi listas para terminar con su jornada.
Un pensamiento se le ocurrió entonces, mientras recordaba la llamada de Jungkook. Y viendo que la pelinegra estaba a punto de irse, se apuró en abrir la boca y hablar.
—Ji Eun —llamó, la chica girándose hacia él sorprendida, sin poder creer que le estuviese hablando por segunda vez en un mismo día —, ven aquí un momento.
La pelinegra se remojó los labios en signo de nerviosismo, acercándose al pelirrojo a pasos lentos.
—¿Qué necesita? —se limitó a preguntar, provocando que Taehyung sonriera internamente por lo tensa que se veía.
—Se me acaba de ocurrir... ¿Por qué Jungkook se fue a Busan, exactamente? —la chica parpadeó, como si no entendiese por qué estaba preguntándole eso a ella —, ya que confía tanto en ti... Ya sabes, hasta te dejó a cargo, ¿no? Pensé que tú sabrías algo.
Si era posible, Ji Eun se vio aún más incómoda, apretando sus labios y mirando a Taehyung como si este fuese a atacarla en cualquier segundo.
—Él... C-creo que dijo que iba a a-acompañar a Jimin. Él tenía asuntos de trabajo que resolver y... El señor Jeon decidió acompañarlo.
El ceño del pelirrojo se frunció.
¿Que Jungkook qué?
—Bien, gracias Ji Eun, puedes retirarte —vio a la chica soltar sutilmente el aire que había estado conteniendo —, nos vemos mañana.
Ni siquiera pasaron dos segundos antes de que la pelinegra se apurara en caminar lejos de él sin siquiera despedirse, saliendo del hotel con la otra chica en menos de un minuto.
