A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
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Entrando por las puertas del hotel, Taehyung recorrió el vestíbulo atentamente con sus ojos.
—¿Dónde está Jungkook? —preguntó a Jimin.
Ya eran las ocho de la noche, y acababa de volver de la casa de Vernon. Habían estado hablando sobre El cariño de Adonis toda la tarde. Al parecer, Vernon estaba fascinado y no podía esperar para comenzar el siguiente libro.
El peliazul lo observó por unos segundos sin decir nada, antes de mirar hacia otro lado —Creo que se fue.
Taehyung frunció el ceño —¿Crees?
Jimin se encogió de hombros —No lo sé, mi turno acaba de empezar y él no estaba aquí cuando llegué.
—Está bien.
Alejándose un poco, tomó su celular y marcó el número de Jungkook. Luego de unos momentos donde sus nervios no hacían más que empeorar los fuertes latidos de su corazón, el azabache contestó.
—¿Tae? —su voz se escuchaba cansada.
—Hola, Kook —se escuchó un bostezo por parte del pelinegro —¿Dónde estás?
—En mi casa.
—¿Vendrás al hotel más tarde? —preguntó, mordiéndose el labio nerviosamente.
En un momento de la tarde, Vernon y él habían hablado sobre la situación que estaba viviendo con Jungkook, y el rubio le había dicho que intentara pasar más tiempo con él, como hacían antes, y tratase de enmendar las cosas un poco.
—No lo creo, ¿por qué?
Sintiéndose estúpidamente inseguro y avergonzado, Taehyung habló —¿P-puedo ir a tu casa? Podríamos cenar juntos, ya sabes.
Jungkook no dijo nada.
Las manos de Taehyung comenzaron a picar, odiando lo nervioso que se sentía. Él no debería sentirse así, estaba hablando con su mejor amigo de toda la vida, no se suponía que se sentiría nervioso e inseguro por Jungkook.
—Yo... no creo que sea una buena idea —Taehyung abrió la boca —, estoy realmente cansado —agregó el mayor.
Parpadeó, sin poder decir nada por unos segundos. Luego, se obligó a hablar —C-claro, nos vemos mañana, Kook.
Y sin esperar a que el pelinegro conteste, cortó la llamada.
Se quedó mirando el piso alfombrado fijamente, sin ver realmente, apretando sus labios. ¿En algún momento dejaría de sentir esa insoportable presión en el pecho?
—¿Estás bien? —elevó la vista.
Jimin se encontraba frente a él, con una expresión preocupada en su cara.
Taehyung intentó sonreír, pero no estuvo seguro de haberlo logrado. ¿Estaba bien? Claro que no.
No cuando su mejor amigo parecía alejarse de él cada vez más.
