A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
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—Me iré a Busan hoy —soltó Taehyung, mientras entraban a la cocina de su casa.
Eran las ocho de la mañana, y Vernon había pasado por su casa para poder desayunar juntos antes de que el menor tuviese que ir a la editorial.
El rubio abrió los ojos y parpadeó desconcertado, sentándose en una silla frente a la barra de la cocina mientras que Taehyung iba de acá para allá buscando todo lo necesario para preparar el desayuno —¿Qué?
Taehyung suspiró, relamiendo sus labios gracias a la ansiedad persistente en su pecho que yacía allí desde hace ya varios días —Seguiré tu consejo e iré a buscar a Jungkook.
Vernon soltó una risa incrédula, levantándose para ayudar al pelirrojo con las tostadas —¿Si sabes que no lo decía en serio, cierto?
El pelirrojo rodó los ojos y sonrió triste —Sé eso, Vernonie. Pero me estoy cansado de no poder hacer nada —suspiró —, él está ahí con Jimin y yo todavía no le he dicho lo que siento... —miró al rubio y se relamió los labios nuevamente, comenzando a cortar rodajas de pan para hacer tostadas —, necesito decirle, Vernon... Ya no puedo estar más tiempo aquí solo esperando a que Jungkook haga algo... Él ya lo dijo, y mientras más tiempo pase... —apretó los labios con fuerza, y soltó una respiración fuerte —, Dios, tengo tanto miedo de que se dé cuenta que no vale la pena amarme.
Y era cierto. Taehyung se había pasado otra vez toda la noche pensando, y el deseo de ir a buscar al pelinegro solo se hacía más intenso con cada pensamiento. Él sabía que Jimin estaba enamorado de Jungkook, y conociéndolo, sabía que el peliazul intentaría algo. Luego de todo lo que había pasado, no le sorprendería.
Eso era lo que tan aterrado lo tenía. ¿Qué pasaría si Jungkook decidía que ya no lo esperaría después de todo el rechazo que sufrió, y decidía intentarlo con Jimin? ¿Qué si descubría que había perdido el tiempo amando a una persona tan patética como él, y en cambio prefería amar al tan lindo y dulce Jimin?
El corazón de Taehyung dolió nuevamente ante el pensamiento, las lágrimas comenzando a arder en sus ojos y las palabras que morían por salir de su boca casi asfixiándolo, deseando la presencia de Jungkook junto a él como una necesidad primaria que lo consumía lentamente con cada segundo que pasaba sin poder decirle lo que sentía al pelinegro.
Mordió su labio con fuerza, intentando respirar profundamente para calmarse antes de volver a mirar a Vernon, que se encontraba a un metro de él junto a la cafetera, observándolo atentamente.
Sus ojos se encontraron, y Vernon hizo una pequeña mueca al ver las pocas lágrimas que intentaban escapar de los hermosos ojos de Taehyung, así que le hizo una seña para que se acercara. Con un pequeño puchero y angustia brillando en sus ojos, el pelirrojo caminó hacia el menor.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Vernon tiró de su brazo para acercarlo aún más y no esperó mucho antes de estrecharlo entre sus brazos.
