A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
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Un día, cuando Taehyung tenía diecisiete años y estaba cursando su último año de secundaria, decidió ir a la biblioteca escolar en busca de un libro para distraer su mente.
No tenía amigos, solo un par de conocidos con los que hablaba en el aula a veces, por lo que ya era completamente normal para él caminar solo por los pasillos del colegio.
Estaba buscando un libro en especial; La Odisea, se llamaba. Era su libro favorito, y solía leerlo todos los días en el receso cuando se hartaba de soportar a las personas.
Grande fue su sorpresa cuando no vio el libro en el estante de siempre, frunciendo su ceño con fastidio mientras el pensamiento de que no podría leer ese día invadía su mente.
—Disculpe, ¿alguien se ha llevado La Odisea hoy? —preguntó, un poco ansioso, a la bibliotecaria.
—El chico de allá lo tiene —contestó desinteresadamente, señalando vagamente a una mesa alejada.
Taehyung miró hacia esa dirección, al único chico que se encontraba sentado allí. Tenía cabello oscuro, y pudo distinguir fácilmente su libro favorito en las manos de ese chico.
—Gracias —masculló hacia la bibliotecaria, mientras comenzaba a caminar hacia el desconocido que había robado su libro y arruinado su rutina diaria.
—Hey, tú, tienes mi libro —habló, no sin molestia, mientras se cruzaba de brazos.
El chico alzó la mirada, y Taehyung frunció el ceño cuando ese pelinegro se le quedó mirando embobado sin reaccionar.
—Acabo de hablarte, contesta —ordenó, perdiendo la paciencia.
El azabache reaccionó, sonrojándose levemente —L-lo siento, ¿qué dijiste?
Taehyung bufó exasperado —Que tienes mi libro.
El chico frunció el ceño, perdiendo todo signo de timidez —¿Tu libro? Esto es propiedad de la escuela, no es tuyo.
Taehyung apretó los labios —Pero... ¡Yo siempre lo leo a esta hora! No puedes hacer esto, vuelve otro día, ahora es mi turno —formuló su argumento como si de un niño pequeño se tratase, haciendo sonreír al pelinegro.
—Pero ahora yo estoy usándolo.
El ceño fruncido de Taehyung se profundizo, mientras su cara se tornaba roja de rabia —¡Pero yo quiero leerlo ahora!
Una risa se le escapó al chico, confundiendo a Taehyung cuando su pecho se calentó ante el sonido.
—¿Qué te parece si lo leemos juntos? —propuso el chico, con una sonrisa divertida en sus labios.
Taehyung abrió los ojos, quedándose sorprendido y completamente confundido, ¿ese chico quería que... compartieran el libro?
Abrió la boca sin saber que decir, mientras se sonrojaba como nunca antes.
