A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Con los labios apretados, Jungkook caminó con lentitud hacia el hotel. Metió sus manos en sus bolsillos cuando el frío lo hizo estremecer, mientras que la luna comenzaba a iluminar el oscuro cielo.
Jimin ya se encontraba allí, pero el pelinegro ni siquiera miró en su dirección cuando se encontró dentro del edificio. Sus ojos vagaron temerosos por el lugar con ansiedad, miedo y el más horrible sentimiento de vergüenza. Pero Taehyung no estaba ahí. Suspiró, aun sintiendo el dolor en su pecho.
Caminó desinteresadamente hacia el bar del hotel, ignorando completamente las miradas que Jimin estaba lanzándole. No trataría con él, no hoy.
Sentándose frente a la barra, Jong In lo observó con una pequeña sonrisa —¿Qué va a tomar hoy, jefe?
Jungkook exhaló, masajeándose la punta de la nariz con cansancio —Lo más fuerte que puedas preparar.
El barman rio, comenzando a buscar un par de botellas —Apenas son las diez, Jungkook. ¿Qué pasó ahora?
—Taehyung —contestó simplemente, con la sensación amarga asentándose en su estómago con solo mencionarlo, mientras Jong In comenzaba a prepararle su trago.
—Oh —habló el chico frente a él, parando sus movimientos por un momento, observándolo cautelosamente —En ese caso, lo prepararé doble.
Suspirando, Jungkook solo levantó la vista cuando un vaso de vidrio fue colocado frente a él. Sin pensarlo demasiado, tomó todo el contenido de una, sintiendo la quemazón en su garganta que no estaba haciendo nada para calmar el dolor en su corazón.
—Otro —murmuró.
Jong In lo observó dudoso, pero lo hizo de todas formas.
Una hora después, Jungkook ya se encontraba con lágrimas cayendo por sus mejillas, mientras ahora tomaba directamente de una botella que le había quitado al barman.
Afortunadamente, no había demasiados clientes ese día, tal vez unas seis o siete personas que no estaban exactamente pendientes de la escena que estaba montándose el pelinegro, por lo que no estaba pasando demasiada vergüenza.
Jong In, por su parte, observó preocupado a su jefe, que aún no le había dicho absolutamente nada de lo que le había ocurrido con Taehyung para terminar así.
—¿E-es sobre ese chico otra vez? ¿Taehyung y él están pasando demasiado tiempo juntos? —intentó, cuando Jungkook comenzó a murmurar el nombre del pelirrojo mientras bebía más alcohol.
Los ojos de Jungkook lo miraron directamente, con enojo, resentimiento y dolor brillando en ellos —No, pero es su culpa —gruñó, arrastrando las palabras —, Tae era mío hasta que él apareció.
Jong In frunció el ceño —Él no es una cosa...
—¡Cállate! ¿Tú también vas a venir con eso? —escupió, asustando un poco al chico castaño detrás de la barra —, hasta Jimin piensa que soy un demente o algo así, p-pero no lo soy... ¿cierto?
