only you | kookv

ι'

Eran las nueve cuando Jungkook apareció en el hotel. Afuera ya estaba oscuro, y el frío incrementaba con cada minuto que pasaba. Abrazándose a si mismo para darse calor, Tae se quedó ahí parado en el estacionamiento del hotel, esperando por Vernon. Mientras frotaba sus brazos con sus manos en un vano intento de sentir algo de calor, vio el auto de Jungkook estacionarse cerca de donde se encontraba. Cuando el mayor bajó del vehículo, sus ojos se posaron en Taehyung, con confusión brillando en sus pupilas.

—¿Tae? ¿Qué haces aquí? —una sonrisa tiró de los labios del pelirrojo cuando en un segundo ya tenía a Jungkook rodeándolo con sus brazos protectoramente. Algo dentro de él doliendo un poco, mientras el calor del pelinegro desvanecía el frío que calaba en su interior —, estas temblando, ¿por qué no estás usando un abrigo? Vas a congelarte.

Taehyung rio, suspirando temblorosamente cuando Jungkook se separó levemente del abrazó para mirarlo a los ojos —Le di mi abrigo a Jimin, él se olvidó el suyo —Jungkook le dio una mirada de reproche —, de todas formas, yo ya me voy, él todavía debe quedarse aquí por un par de horas —el azabache frunció el ceño.

—¿Te vas? ¿A dónde? —preguntó confundido. Tae apretó sus labios.

—Iré a cenar con Vernon.

El abrazo de Jungkook se tensó notablemente, confundiendo a Taehyung cuando lo apretó más fuerte contra su pecho.

—¿Kook...?

Pero antes de poder decir nada, Jungkook lo apartó sorpresivamente de su cuerpo, poniendo distancia entre ellos.

Los ojos de Jungkook se veían oscuros y tormentosos, y por alguna razón eso hizo que el corazón de Taehyung latiese irregularmente. ¿Qué ocurría con él?

—Así que ahora también cenan juntos... —soltó una risa amarga —, como sea, diviértete Tae, yo iré adentro.

Jungkook no esperó una respuesta para comenzar a caminar rápidamente hacia la entrada del hotel. Apretó su mandíbula dolorosamente, luchando contra su mente.

Porque no estaba bien, no estaba bien pensar que Taehyung era suyo y que nadie más que él podía estar con el pelirrojo. Estaba mal, ser posesivo con Tae estaba mal en muchísimas maneras. Era tóxico, y él no quería serlo. Así que comenzó a caminar más rápido, tratando de huir de su mente, de la horrible sensación que recorría su cuerpo y le exigía ir hacia Taehyung y encerrar al menor por meses en un lugar donde nadie más que él pudiese tener acceso.

Está mal, estas enfermo. Se reprochó.

Y casi sintió que se ahogaba en los miles de pensamientos que gritaban que Tae era suyo, cuando de repente Jimin se abalanzó hacia él, abrazándolo como si no se hubieran visto hace años. Obligándose a corresponder el abrazo, casi gruñe de frustración cuando el perfume de Taehyung, impregnado en el abrigo que Jimin usaba, llegó a sus fosas nasales.