A Jungkook nunca le había molestado la actitud de Taehyung, aun luego de conocer la parte oscura de su personalidad. Él lo había visto siendo egoísta, maleducado, tímido, malcriado, apático, pesimista, y simplemente malvado. Carente de cualquier hab...
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Dos semanas después, Taehyung observó extrañado a Jungkook, que mantenía un agarre de acero con su brazo alrededor de su cintura, mientras Vernon salía del hotel.
Después de haber llegado de su habitual salida con el menor, Jungkook lo abordó al instante, abrazándolo cariñosamente como si no hubiesen estado toda la mañana juntos.
Era extraño, en parte, que las cosas hubiesen vuelto en su mayoría a la normalidad. Jungkook y él volvían a ser igual de cercanos que siempre, si no hasta más. Ya prácticamente dormía casi todas las noches en la casa del pelinegro, aunque a veces solía sentirse mal por estar dejando un poco de lado a Vernon ahora que Jungkook volvía a ser el de siempre. Hacia parecer que solo había estado utilizando a Vernon para llenar el vacío que había dejado Jungkook, y no le agradaba pensar que Vernon pudiese sentir eso, porque no era así en lo absoluto.
Aun así, el rubio y él seguían yendo a almorzar juntos todos los días, pero ya casi no se juntaban a tomar algo a la noche como solían hacer. Había pasado un tiempo desde que Vernon había dormido en su casa por última vez.
Cuando Jungkook pasó su nariz por el lado de su cara, suspirando y comenzando a acariciar su cintura, Taehyung se dio cuenta de que habían estado así desde ya varios minutos. Algunas personas que se encontraban en el lobby los miraban con curiosidad.
Sintiendo sus mejillas calientes por el cariñoso contacto de Jungkook –aunque no era nada que no hicieran, de todas formas. Ese tipo de muestras de afecto era normal entre ellos– se volteó hasta estar frente a Jungkook y cruzó sus brazos tras el cuello del azabache.
—¿Dónde está Jimin? —preguntó con suavidad, al no ver al peliazul en la puerta. En su lugar, Felix se encontraba parado tranquilamente observando a la gente que se hallaba cerca de él.
—Me pidió un día libre, al parecer su padre vino a Seúl por alguna reunión y quería hablar con él —Jungkook subió una de las manos que sostenían su cintura hasta posarla en una de sus mejillas, acariciando allí mientras sus ojos miraban a Taehyung con una intensidad que le hizo temblar las rodillas por un segundo.
—Oh —se limitó a decir, sintiéndose algo extraño por el notable aumento de interés que Jungkook demostraba hacia él en las últimas dos semanas.
Jungkook y él solían ser cariñosos todo el tiempo desde que empezaron a ser amigos. Era algo bastante normal, y las personas que los conocían ya estaban bastante familiarizadas con la enorme cercanía y cariño que se tenían. Pero por alguna razón, esto se sentía extraño. Distinto.
Los ojos de Jungkook, oscuros y profundos, siempre lograban hacerlo perder en su mirada, que le transmitían tanto afecto que Taehyung era adicto a la sensación cálida y feliz que sentía cuando el pelinegro lo miraba. Pero últimamente, no sabía cómo manejar la desconocida intensidad en esos ojos oscuros.
—¿Tienes ganas de salir esta noche? Abrieron un restaurante de comida vegana cerca de aquí, Hoseok dice que es la mejor comida que ha probado en años —Tae acarició el cabello de la nuca del pelinegro, antes de contestar.
