CAPÍTULO TREINTA Y TRES: LA BATALLA HA COMENZADO

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— ¡Rompiste más de una regla! —gritó el rey Avah y Gorkan gruñó mostrando sus colmillos, los líderes en aquella mesa se quedaron callados y más de uno contuvo el aliento, Gorius tomó la mano de su hermano y la apretó con fuerza para que se tranquilizara, pero nada parecía funcionar en esos momentos—. Desobedeciste cuando se te ordenó regresar a tus tierras, tú y Gorius estuvieron con los cazadores, ¡Los de Hierro dejaron escapar a Elihan y ahora ha abierto las puertas! ¡Geiat de Hierro rompió la orden de no moverse de aquí! ¡Y tú mataste a uno de nosotros! ¿Qué crees qué mereces?

—Yo no sigo las reglas de tres reyes que solo se sientan a ordenar, mientras los demás luchamos por proteger nuestras tierras —siseó Gorkan poniéndose de pie e inclinándose furiosamente hacia los tres reyes, los ojos de estos brillaron con intensidad y uno de ellos ocultó muy bien su miedo porque el lobo no lo olió—. No hicieron nada cuando mataron a mis padres y hermano, tuvieron la oportunidad de hacerles pagar y no lo hicieron. Cuando mi hermano murió en manos de caperucita juré vengarme de ellos y no me importaría si tres reyes inútiles me lanzaban de sus tierras, he vivido por ocho años lejos de aquí y muy bien, ¿creen que ustedes me detendrían?

— ¡Gorkan! —gimió su tío Herios pero al lobo no le importó la advertencia de su tío.

—No descansaré hasta cumplir con mi venganza y tampoco voy a permitir que me saquen de mi reino —se puso de pie y arrancó la camisa blanca que cubría su pecho, más de uno ahogó una exclamación para ver de cerca las cicatrices que tenía en todo su cuerpo, se giró y mostró las dos marcas con las runas, las de rey y también la que había pedido para él. Se giró, viéndolos fijamente y estiró los brazos mostrando sus garras, su rostro se desfiguró con lentitud y entre abrió la boca mostrando sus colmillos—. Atrévanse a desafiarme en mis propias tierras, háganlo que yo no dudaré en acabar con la amenaza.

Geiat desvió la mirada apretando con fuerza el colgando, la forma en la que su hermano hablaba y actuaba provocaba incluso miedo en ella, sabía que nunca dañaría a sus hermanos, pero si a los demás, no dudaría en derramar sangre por proteger y eso ya lo había demostrado. Goliat que ya conocía a su hermano, abrazó a su pequeña hermana dejando un beso en su frente mientras Gorius mantenía la mirada fija en los reyes, no importaba como era su hermano, lo apoyaría hasta el final.

—Entonces es verdad —Kirack se puso de pie pasando sus dedos por la túnica blanca que llevaba y luego por su cabello largo ondeado, Kal quiso advertirle que no se moviera, pero de los tres reyes: él siempre quería salir ganador—. Decían que tu parte animal estaba más presente, que no has evolucionado como los demás, y aquí está la prueba...

Gorkan no lo dejó continuar cuando se lanzó hacia él empujándolo con fuerza con sus patas, arrancándole el aire que tenía en sus pulmones, ladeó la cabeza rozando los filudos colmillos por su cuello, y todos los líderes presentes se pusieron de pie asustados por la reacción del de Hierro, nadie podía faltarle el respeto a los reyes. Nadie.

Los hermanos al ver que varias criaturas se iban a lanzar hacia su hermano, se pusieron de pie y los rodearon, estirando sus manos y mostrando sus colmillos mientras gruñidos escapaban de sus gargantas, atacarían hasta matar para protegerse.

—Sí, mi parte animal domina mi mente y cuerpo —siseó tan bajo que provocó que los reyes se estremecieran—, y soy incluso más fuerte que los de mi raza y otros, así que no me pongas a prueba, no quieras descubrir lo que puede hacer este animal.

El rey lo miró fijamente, sus pupilar dilatas y su corazón latiendo con fuerza. Cuando Avah iba hablar, se escuchó la trompeta en tierras santas, Gorkan se alejó y rápidamente se acercó a la ventana y los demás lo siguieron, aquella trompeta venía desde el primer reino, el de las cazadoras, avisando que los humanos ya estaban ahí.

LA CAPERUZA DEL LOBO © (I HDH)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें