CAPÍTULO CUARENTA: LAIRS

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El rey lobo anda cerca,

El rey ha golpeado la tierra,

Al rey lo han enfrentado,

Al rey su trono han quitado.

—Regresa con bien a estas tierras, quiero a mis hermanos juntos —Geiat había dejado por unos segundos la habitación de Goliat, Gorkan había pasado por ahí pero su hermano estaba dormido, según su hermana se había pasado toda la noche caminando de un lado a otro, gritando y quebrando todo a su paso. Le dolía eso, era su pequeño cachorro pero no encontraba algo para aliviar aquel dolor, aquella primera batalla lo había terminado por matar, por acabar y ahora no sabía cómo reconstruirlo.

Gorius había mandado a buscar ayuda en sus tierras pero obtenía la misma respuesta. No había solución para lo que tenía Goliat de Hierro.

El líder pasó sus manos por el rostro delgado y frágil de su hermana, la vio cerrar los ojos así que se inclinó para besar su frente con ternura y la muchacha se aferró a su cuerpo como si la vida se le fuera, como si tuviera miedo a dejarlo ir y nunca más volverlo a ver. Debía entender, él buscaría formas y maneras de mantener a los suyos con vida y a salvo, había nacido para protegerlos y no importaba el precio que pagaría. No le importaba matar por ellos.

—Eireny está lista, sigue afuera con Fuego y Centauri —avisó Gorius golpeando el hombro de su hermano, Gorkan asintió recordando al pequeño cachorro rubio que ahora dormía en una de las habitaciones del tercer piso, ahí donde muchos guerreros lo cuidaban, Mireia había sentido un amor hacía él y cuidaba tanto de Basil como del niño. Aquel cachorro que tenía la mala fortuna de estar en medio de una guerra, una donde sus padres lucharían hasta morir, cualquier de los dos morirían por él, por protegerlo.

Al principio la idea de tener aquel cachorro en sus tierras no le había convencido, sería un punto fácil para ser atacados, pero tal como dijo Centauri, el aroma del pequeño se vio envuelta por los de su especie, olía como ellos, y ni una mujer como le era Artemia lo encontraría. Estaba a salvo ahí.

Los tres hermanos salieron y Gorkan sonrió cuando vio a su tío Herios estar de pie y en los brazos llevaba a Basil quien se aferraba a su cuerpo con fuerza, cuando vio a su tío estiró los bracitos y el rey lo tomó, besó su frente con dulzura, el cachorro gruñó para después reír a carcajadas.

— ¿Cómo sigue padre? —Gorkan miró a Gorius y confundido miró a su tío que tenía la mirada perdida. Si no había matado aquel macho que físicamente se parecía a su padre era porque sus hermanos se habían revelado, incluso lo habían enfrentado, ellos no lo perderían otra vez, estaban seguros que aquel macho que estaba atado en una mazmorra era su padre, uno que gruñía al verlos y en las noches aullaba desesperado por las pesadillas que tenía.

—Igual que siempre, nada que le den las curiosas parece funcionar —Herios aclaro su garganta y pasó sus brazos por el menudo cuerpo de su sobrina que había sido como su hija—. Es Gariot, Gorkan, es tu padre. Esos ojos son de un de Hierro, ¿Por qué no te das cuenta?

—Porque yo sostuve el cuerpo de mi padre, porque vi su lobo aullarnos. Ese macho que está ahí no es mi padre —Gorkan gruñó y sus ojos se oscurecieron, su tío bajó la mirada de inmediato demostrándole que no quería pelear, cuando la respiración de su sobrino se normalizó recién pudo volver a verlo a los ojos—. Si sigue vivo es porque ustedes lo han pedido, pero recuerden que soy el rey y todo lo que yo ordene se debe obedecer.

—Estarías matando a nuestro padre, ¿Eso no te afecta? —un siseó provocó que los vellos del cuello de Gorkan se erizaran, los de Hierro se giraron a ver a Goliat de pie, estaba débil pero su voz estaba ronca, pesada y casi animal. El muchacho los miró, y todos se quedaron en silencio—. ¿Qué pasa? ¿Soy demasiado horrible para no sostenerme la mirada?

LA CAPERUZA DEL LOBO © (I HDH)Where stories live. Discover now