Casada por su obsesión || Libro #1

#13: Fastidio

Harry Styles

El dolor de cabeza se incrementa bastante, conforme las palabras de mi padre y de los demás presentes, se cuelan por mis oídos hasta llegar a mi cerebro y casi perforar. Suspiro aguantando una mareo y pestañear para que la vista me funcione bien. Desde el sábado que fui al bar Circus, el alcohol sigue haciendo efecto en mí y lo peor de todo, las quejas que mi hermana me estaba matando poco a poco, queriendo acabar con lo último de mis neuronas.

Me levanto de la silla sin decir nada a nadie, ante las miradas curiosas de los demás, salgo de la sala de juntas. Llevo una mano a mi cara y froto mientras camino a mi oficina, decidido a tomar un descanso o una pastilla para el dolor de cabeza, me está punzando fuerte y me siento mareado estando de pie.

-Harry.- escucho una voz chillona a mis espaldas, pero por el momento no quiero escuchar a nadie. Solo quiero silencio para controlarme de estos malestares.

Por suerte llego a mi oficina y me adentro cerrándola despacio, no quiero que todos los de esta planta sepan que me fue como la mierda los días que no vine a trabajar, solo porque se me antojo irme al club con los chicos. Me siento o más bien me acuesto en el sofá y cubro mis ojos con el brazo izquierdo, la luz me está molestando demasiado y si no tomo algo para este dolor rápido. El sonido de la puerta al ser tocada hace que me duela más la cabeza, escucho los pasos de alguien acercándose hacia donde estoy, por más mínimo que sean sus pisadas siguen retumbando en mi cerebro. No sé quién ha entrado, pero no quiero verlo por ahora, no hasta que pueda descansar en paz.

-Entonces si es verdad lo que dijo Louis.- dice alguien, haciendo que retire mi brazo de mis ojos para verlo. Frunzo el ceño ante la confusión:- Sí que estuvo bueno el ir, ¿no?- se ríe el chico, golpea mis piernas y las quito para que se siente a mi lado, aun me encuentro acostado no pienso levantarme. Él parece notarlo cuando dice:- Ya, hombre, no es para tanto las desveladas que te diste. Zayn y Niall estaban agonizando el domingo.

Suspiro:- Pero ellos no tomaron tanto como yo.- digo apenas, me incorporo un poco para levantarme:- Me duele la maldita cabeza.- gruño recargándome en los cojines.

Palmea mi espalda:- De verdad que no lo creía. Niall me había comentado lo que hiciste, cuanto habías tomado, inclusive, la pelea que hiciste con alguien fuera del club.

-Ni me lo recuerdes, joder que me costó trabajo reconocer al idiota.- digo serio.

-Bueno.... Por si las dudas, le pregunte a Louis por si era verdad y creo que no mintieron los chicos sobre ese día.

Lo miro molesto, me incorporo para levantarme y acercarme a la barra, para coger una botella de agua, la sed es muy pesada en mi boca:- No entiendo el por qué te sorprende, siempre hago lo que me venga en gana.- abro el pequeño refrigerador y busco la botella que deseo ver:- No es ninguna novedad, Liam, en que haga una estupidez.

-Eso lo sé.- se encoge de hombros, abro la botella, el agua helada refresca mi garganta cuando la llevo a mis labios:- Cuando le dices a Louis lo que harás, es porque va en serio. Cualquier cosa que tengas en mente, si lo cuentas a uno de nosotros solo queda como una idea en el aire.- se levanta del sofá para caminar hacia a mí:- En cambio, si Louis está de por medio, es porque es un plan.- sonríe de lado, me arrebata la botella y le gruño:- No me sorprende que le tengas más secretos a ese idiota, que a nosotros.- se ríe, mientras toma su celular y comienza a teclear.

-Maldita sea. ¿Solo has venido para fastidiar?- le pregunto molesto, llevo los dedos índices a mi sien y froto, el dolor sigue aumentando y con Liam presente se incrementa:- ¿Puedes traerme una pastilla? Me duele la cabeza.

-Claro.- sonríe antes de llevarse la botella a los labios y beber un poco:- Louis vendrá a traerte las pastillas.- anuncia, bebiéndose todo el agua y la tira en el cesto de basura que se encuentra situada a un lado de mi escritorio. No dice nada, solo se va a sentar de nuevo en el sofá y sigue enfocado en su celular.