#65: Huida

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Cassie Walker

Azoto la puerta desesperada, una vez que Ed estaciona frente a la casa donde vivo. Suspiro repetidas veces para controlar mi pulso, pero no puedo hacerlo, algo me inquieta el poder estar tranquila. La sensación de sentirme traicionada por una persona a quien no le considero mucha confianza, es muy exasperante. Me siento sofocada. Frustrada. Triste. Enojada. Con ganas de golpear cosas para descargar mi molestia. ¡Maldita sea! Saber que Harry ha tenido no solo una amante en la ciudad, sino que también aquí, me hace sentir muy inútil.

<<Quiero el divorcio>>

Esas palabras vienen a mi mente como recuerdos frescos. Cuando le pedía al chico que nos separemos para estar cada quien por su parte, pero él se negaba en hacerlo y ahora que me ha tenido en su cama, no creo que me quiera dejar libre después de todo. Siempre es lo mismo, Styles nunca va a cambiar para nadie, ni por él mismo lo hace.

Las lágrimas ya salen de mis ojos sin poder evitarlo y ya no me importa si me miran llorando por un imbécil, quien se llevó mi virginidad. Antes lloraba por Austin porque no me dejo explicarle bien la gravedad del asunto y ahora que estamos distanciados, sin comunicación, no sé si ponerme a rogar por su amistad o al menos a que me salude. Pero ahora que he estado solo 3 meses en Holmes Chapel con Harry, me he sentido muy atraída por su personalidad, por su fuerza de controlar siempre las cosas, porque después de todo se puede convivir con él. Pero al parecer, a Styles no le importa tener que usar su fuerza para tenerme atada siempre.

Doy un suspiro cuando me siento en el suelo a esperar a que algo suceda pronto. Ed me mira con una ceja alzada e imita mi acción de sentarse a mi lado:- ¿Qué harás después, Walker?- pregunta desanimado.

Me encojo de hombros:- Sinceramente...- frunzo los labios y miro al cielo, pestañeando un par de veces para evitar que las lágrimas obstruyan mi visión:- No lo sé.- levanto mis rodillas para abrazarlas y recargo mi mejilla contra ellas.

No quiero sonar egoísta, pero quiero mi espacio ahora mismo. El silencio se infiltra en medio de nosotros, pero mi amigo no tarda en responder con un abrazo. Es muy lindo de su parte, ya que realmente lo necesito y más si alguien es quien me protege como él lo hace. Una vibración junto con la voz de Adam Levine, en la canción de Sugar suenan. Me separo del brazo, para buscar el celular en mis bolsillos, palmeando en los lugares que posiblemente pueda estar el aparato. Lo encuentro después de unos segundos, leyendo el nombre de Jess como encabezado de la llamada.

-Amiga.- respondo cuando descuelgo, mi voz no salió como quería, pero no puedo ocultar mis emociones por ahora.

-Hola, amiga.- la voz de la chica no suena para nada divertida, podía igualarse a la mía:- Cassie, necesito que me consueles mucho, amiga.- tristeza es lo que encuentro en su tono y frunzo del ceño confundida.

Miro a Ed quien también imita mi expresión:- ¿Qué ha pasado, amiga, como para que estés así?- la preocupación se infiltra en mi pregunta, pero no puedo evitarlo. Escucho un sollozo al otro lado de la línea y vuelvo a preguntar:- ¿Qué ha pasado, Jess?- insisto en saber algo.

-Estoy asustada, amiga.- vuelve a sollozar.

-¿Por qué?

-Estoy embarazada.- suelta la información demasiado rápido.

¿Embarazada? ¿Ella? ¿Mi amiga está embarazada? Eso no puede ser. Maldito Leonardo y sus espermatozoides. Hombre idiota tenía que ser. Él sabía que si Jessica quedaba embarazada, la iban a sacar de la universidad, la dejarían a su suerte y sin ayuda económica.

-¿No te cuidaste, amiga?- pregunto más asustada, llevando una mano a mi cabello para jalar los mechones que mis dedos alcanzaron:- ¿Cuánto tienes de gestación?

Casada por su obsesión || Libro #1Where stories live. Discover now