#42: Tempestad

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Harry Styles

Me está costando este matrimonio muy caro. El tener que soportarla, es un sufrir. Es como si fuera un maldito castigo y tengo que pagar por lo que hice. ¡Maldita sea! Es una loca. Desde la pelea que tuvimos hace como dos semanas, las cosas no han vuelto hacer nada fáciles. Las noches se me hacen pesadas y eternas. No tengo ganas de llegar a la casa de mis padres y tener que dar explicaciones de algo que no deben saber. Y ni hablar de Cassie, la chica para ese entonces está dormida en la habitación de visitas. Al menos tuvo la decencia de dejarme mi habitación.

Vaya niña.

Sin hacer mucho ruido, camino por las escaleras. Hace como media hora que llegue a mi casa, pero estaba con una mujer afuera. Necesito sexo urgente y claro está, que no lo quiero con Cassie. Me apresuro en llegar a mi habitación, pero me detengo antes de entrar y escucho como la puerta del baño, se abre. Una chica, cubierta por la toalla, sale del baño. No se percata que ya estoy presente. Camina rumbo a la siguiente habitación, entrando pronto a la estancia.

Parece como si estuviera muerta por dentro, porque ya casi no habla. Al menos es lo que me han dicho mis padres. Solo llega de la universidad, come, estudia un poco en la habitación y no sale, sino es hasta que mi madre o Gemma le llaman para cenar. Es muy extraño tener que estar casado y no sentirte como tal. Pero no me case por que la ame, es para vengarme de ella y luego dejarla.

Entro a la habitación de inmediato. No sé qué hora es, pero no me siento con mucho sueño. Es más, quiero salir a correr o hacer algo de provecho. Me descambio tan pronto, como mis pies alcanzan la cama. Quedo solo en bóxer, pero me arrepentí, cuando el frio de la noche se cuela por mi habitación. Busco algo en el armario, encontrando un pantalón deportivo. Me acuesto en la cama, una vez que me vestí con lo que agarre. Un sonido se escucha en la estancia.

Me maldigo cuando es mi celular que suena. Gracias a Dios, no es una llamada, pero si un maldito mensaje. Sin bajarme de la cama, alcanzo el pantalón que está casi cerca de la puerta. Busco el aparato en el bolsillo trasero. Cuando lo encuentro, lo enciendo mirando un mensaje nuevo, con un número desconocido. De seguro ha de ser la tipa, con quien estaba hace un momento o la de hace unas horas.

"Hola, guapo. Gracias por este momento, fuiste muy delicado conmigo. Cuando quieras otro round, llama"

>>Desconocido

Bueno, al menos fue muy gentil de su parte darme las gracias. Fui el único quien le hizo caso, cuando estaba sola bebiendo en el bar. Tecleo de inmediato la respuesta.

"De nada, cariño. Intentare hacerlo"

>>Harry

"Por cierto, soy Candice"

>>Desconocido

Hasta lindo nombre tiene la tipa. Ya no le respondo más, solo bloqueo la pantalla del celular y lo dejo en donde estaba. Mañana lo juntaría del suelo. Vuelvo a mi posición de antes y me cubro todo. El frió es agradable, pero siento como si mi cuerpo estuviera cortado. Cierro los ojos, una vez que conseguí un calor artificial.

~~*~~

Cojo el cepillo para acomodar mi cabello. Urge pronto un corte, ya lo tengo largo y mis rizos ya no se me forman como antes. Saliendo del trabajo iré con el peluquero. Llevo todo el cabello hacia atrás, dejando mi frente descubierta. Dejo el objeto en el tocador y agarro el saco que está colgado en la esquina del espejo. Celular, reloj, cartera y llaves. Todo lo tengo guardado y puedo salir listo de la habitación. Cierro la puerta y comienzo a caminar.

Bajo las escaleras, mientras me acomodo el saco en mi cuerpo y lo ajusto mejor. Entro al comedor, encontrándome con mi hermana tomando un jugo:- Hola.- saluda la chica, se levanta de la silla y deja el vaso ya vacío:- ¿Iras al trabajo?

Casada por su obsesión || Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora