CAPITULO 3

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Después del evento deportivo en la universidad, Kris optó por ir a su departamento a ducharse pues las duchas de la escuela nunca le habían gustado. La ducha duró poco puesto que alguien lo esperaba en la sala. Tomó una toalla y la amarró a su cintura, caminó hasta el closet y tomó un par de prendas, mientras se cambiaba sonrió pues el trofeo del campeonato de basquetbol brillaba encima de su buró. Estaba contento de haber obtenido el primer lugar, su equipo había trabajo mucho por conseguirlo. Se colocó un pantalón de mezclilla por encima de su ropa interior, y una playera cualquiera que había encontrado en sus cajones. Antes de salir a la sala se peinó un poco mientras se miraba al espejo, sonrió conforme con su apariencia y salió a la habitación con rumbo a la sala/cocina.- ¿Quieres algo de beber? –Preguntó a su invitado.

-No gracias, ya tomé una soda. –Proclamó quien estaba sentado sobre el sofá.

El rubio abrió el refrigerador y miró el contenido.- ¿Por qué tengo tantos dulces? –Murmuró al ver su frigorífico lleno de cosas para untar a los hotcakes. Abrió la nevera y se encontró con lo mismo, optó por tomar un vaso de agua fría. Dejó el vaso vacío en el lava platos y caminó hasta el sofá mirando por encima de éste al chico que se encontraba ya acostado cómodamente.- ¿Cómodo? –Rió.- Estas muy confianzudo últimamente. –Bromeó.

Quien estaba sentado en el sofá alzó el rostro e infló las mejillas.- ¿Sabes que terminé exhausto del partido? Ni siquiera me diste oportunidad de hacer mis movidas, ¿De qué sirvió que me enseñaras a jugar basquetbol si me bloqueas todas las jugadas? –Se quejó Tao mientras miraba al mayor con cierta pena.

-No seas quejumbroso. –Rió un poco.- Si te lo hubiera hecho fácil estarías enojado, eres un pequeño orgulloso al que no le gusta perder. –Sonrió rubio acercándose al sofá para tirarse sobre el menor.

-¿Crees que no pesas o qué? –Se quejó el contrario arremolinándose debajo del cuerpo de mayor para que este cayera del sofá.

Kris sonrió un poco y se levantó para después empujar un poco las piernas del contrario. –Abre… -Le exigió sin más.

-¿Crees que soy tan fácil? –Se quejó el otro cruzándose de brazos y apretando las piernas.

-¿De verdad quieres que te conteste eso? –Golpeó levemente las piernas del pelinegro.- Abre, te digo. -El menor lo dudó un poco para luego abrir las piernas y jalar al rubio a sus brazos y así mismo lo dejó entre sus piernas. 

Kris optó por acomodarse entre sus piernas quedando boca abajo sobre el menor.- Te lo diré siempre, eres un fácil.

-Calla. –Se quejó algo apenado mirando a otro lado. Abrió un poco más las piernas para que el mayor llenara el espacio entre estas. Se ruborizó un poco pues pese a que parecía que no le importaba estaba algo nervioso, siempre estaba nervioso en presencia del contrario, no importa cuánto tiempo llevaran juntos, siempre le pondría nervioso.

El rubio sonrió complacido por sus acciones. -Siempre me provocas con tu actuación de niño inocente, no estarás contento hasta que te haya violado. –Se quejó hundiendo su rostro en el cuello del moreno. –Hueles bien, ese jabón que compramos el otro día hace que tu piel huela a flores. –Besó su cuello.

-¿Cómo dices eso, gege? –Se quejó por lo bajo para después morder su labio y luego se encogió en hombros ante el beso en su cuello.- Gege, no hagas eso… -Hizo un leve puchero de descontento.- Tengo hambre… aliméntame. -Infló las mejillas.

-¿Cómo puedes ser tan adorable? –Se quejó el mayor jalando levemente sus mejillas.- Recuerdo que la primera vez que te vi te veías muy engreído. ¿Quién diría que eres un niño tan tierno? –Preguntó con cierta ternura.- Y pensar que si no te hubiera visto sonreír aquel día nunca te hubiera hablado.

INSANE (KAISOO)Where stories live. Discover now