CAPITULO 23

3.4K 287 13
                                    

Tan sólo bastó girar la llave para que en el cerrojo se produjera un “click” que dio paso a que la puerta se abriese.-Adelante.-Musitó Han con tranquilidad, dado que el apartamento estaba en completo silencio estaba de más alzar la voz. Quien le seguía hizo una venia para demostrar su cortesía justo antes de entrar. -Gracias. 

Han avanzó por la sala hasta llegar al centro de ésta, fue ahí donde soltó su mochila encima del sofá.

-¿Dices que aquí vives con tu hermano? -Cuestionó el mayor mientras se asomaba curioso esperando ver al hermano menor de su compañero, que si bien ya lo había visto algunas veces en la escuela nunca habían estado frente a frente con él, ni que decir de cruzar palabras.

-Sí. –Contestó a la primera pregunta.- ¿Qué haces…? –Cuestionó al ver al otro querer alargar el cuello para ver más allá de los marcos de las puertas. 

-Nada. –Se excusó. 

El menor entrecerró los ojos con recelo, no le creyó.

-Disculpa… ehm… ¿No se molestará porque me has traído? –Preguntó después de acompañar la mochila adversa con la propia.- Luce como una persona muy seria, me da un poco de miedo. –Admitió.

Torció los labios. -Difícilmente está en casa, así que no importa. –Se encogió en hombros, así le restó importancia al asunto.

-¿Por qué tengo la impresión de que no se llevan muy bien? –Soltó sin más, pero pronto se arrepintió de haber sido tan entrometido.

Han cambió el tema enseguida.- ¿No tienes frío? Yo sí. –Se aproximó a la única ventana abierta para cerrarla.

-Ah… sí, un poco. –Tomó aquello como lo que fue; una evasiva.

-¿Sabes cocinar?

La pregunta del menor lo tomó desprevenido.- ¿Eh?

-¿Sabes cocinar? –Preguntó de nuevo mirándolo fijo.

-Un poco. –Musitó con tranquilidad haciendo un gesto con la mano que indicaba que no era tan malo ni tan bueno.

-Deberíamos comer algo antes de comenzar con el trabajo.-Añadió.

MinSeok lo pensó un poco, no deseaba pasar demasiado tiempo en la cuidad pues de ser así perdería el transporte a casa.-Am… claro. -Terminó por acceder a pesar de que estaba al tanto de que era un completo error.

Asintió el más alto. -Como yo no sé hacer nada, entonces creo que tú tendrás que preparar algo para ambos. –Comentó con tranquilidad y quizá algo autoritario.-Ven. –Le pidió haciendo un ademán con la mano conforme avanzando hasta la cocina.

El mayor lo siguió sin decir nada, después de todo se sentía tímido pues era la primera vez que iba a la casa del menor.

-Me gustaría algo caliente. –Señaló entonces el refrigerador. – No sé qué tanto haya ahí, ni mi hermano ni yo sabemos cocinar, así que… seguro debe de estar lleno.-Razonó.- Puedes tomar todo lo que necesites.

En el trayecto la mente XiuMin se preocupó en dar con algo para el menor que tuviese los requisitos adecuados; algo caliente y líquido. No era un experto en el arte culinario pero tampoco era un desastre.- Algo simple estaría bien ¿No? Podríamos hacer ramen o arroz con verduras. –Musitó llevando el índice a sus labios.

-Cualquiera de los dos estaría bien. –Conocía ambos platillos, pero estaba al tanto de que la sazón de cada persona era diferente, ni que decir de diferentes culturas.- ¿Quieres que te ayude en algo?

-Sí… ¿Puedes buscar ramen? –Preguntó tímido. Si bien ya estaba buscando lo que necesitaba en el refrigerador sentía cierta vergüenza por tantas confianzas.

-Seguro. –LuHan no sabía dónde podrían estar los paquetes de pasta, por ello se encargó de abrir todas las gavetas hasta dar con lo que buscaba.- ¿De qué… sabor?-Cuestionó observando con detenimiento cada uno de los empaques.

-Del que gustes. –Dijo el más bajo mientras seleccionaba las verduras.

Han terminó por tomar un paquete al azar para así llevarlo donde el mayor.-Está haciendo demasiado frío. 

-¿Te parece? No siento que sea tanto, quizá porque en mi lugar de origen siempre está así. –Razonó el mayor.- ¿Quieres un café caliente? –No entendió porque ofreció una bebida caliente cuando no estaba en su casa, ni siquiera sabía si había en aquella cocina el polvo para prepararla.

-Un té, sería de mucha utilidad. –Dejó los paquetes de pasta cerca del mayor y poco después regresó a la alacena para buscar las cajitas con sobres de té.- Calentaré el agua ¿Quieres también? –Revisó las fechas de caducidad y terminó por botar algunas cajas al contenedor de basura quedando sólo con una.- Únicamente hay sabor limón. -Buscó el hervidor con la vista, cuando dio con éste caminó a él y puso el agua necesaria dentro.

-Sí, muchas gracias. Me gusta mucho el té y curiosamente el de limón es mi favorito. –Admitió dejando un tono dulzón en su voz. 

Han se encargó de colocar el saborizante en cuanto el agua estuvo hirviendo, mientras, el mayor colocó las verduras ya picadas en la vaporera para que estuviesen listas más rápido.

-¿Azúcar? -Cuestionó teniendo el más joven al de hebras oscuras ya cerca de sí.-Oye…-No tuvo que hacer más que ladear el rostro para poder verle y detallarle con una ceja alzada-. ¿Sabes que tienes unas lindas mejillas? –Comentó con tranquilidad, tantas veces había tenido la oportunidad de poder observarlo y ese día fue la primera vez que hizo algún comentario sobre su físico.

-Sí, bastante, por favor. -Asintió a su pregunta del azúcar. Una vez que se giró para verle aprovechó para sonreír de manera dulce.- ¿Mis mejillas? –Cuestionó cubriendo las mismas con las manos.- ¿Por qué dices eso de pronto? 

Sus falanges sostuvieron una pequeña cuchara de metal, dio dos proporciones de azúcar y prosiguió a revolver; su sentido auditivo prestó completa atención a las palabras recién lanzadas. Decir tener una respuesta coherente hubiese sido fingir, sus palabras habían salido sin motivo o razón.- Tu rostro… tienes una lindas proporciones… -No supo cómo explicarse.- Tienes unos ojos como de avellana, como de signo de comillas… -Hizo el dibujo de las mismas en el aire con el dedo índice.- Son raros. –Admitió sin intensión de que sonara a ofensa pues por el contrario para él eran “lindos”.- A veces proyectas mucho el labio inferior y te ves dulce… no lo sé, hay algo en tu cara que hace que te veas más pequeño, más joven. –Asintió a sus propias palabras.- Además de todo ese acento de provincia que tienes me causa ternura, digo, hasta yo lo percibo y no nací aquí. -Finalizó intentando cesar, podía continuar todo el día si lo deseaba, más se contuvo y guardó sus pensamientos para sí.- El té está listo. –Se lo tendió.- Debes beberlo caliente. 

Minseok trató de mantenerse sereno, pero al final una sonrisa se abrió paso por entre sus labios. No quiso decir nada más, estuvo conforme con lo que escuchó. Efectuó una pequeña venia con la cabeza hasta tomar el té el cual sus frías manos agradecieron seguida. Acercó su rostro para percibir aquella cálida sensación acompañada claro de ese dulce olor a limón, sin considerarlo mucho bebió.- Quedó bastante dulce, me gusta. -Asintió antes de relamerse los labios para quitar los restos del bebestible.- Oh, ya he revisado el refrigerador… ¿Quieres que le ponga picante o huevo? Intentaré ser un buen cocinero el día de hoy, aunque no sé qué tal sea el producto final. -De la textura suave de sus labios, brotó una amplia sonrisa que daba a conocer su blanquecina dentadura. Cocinar no era un talento propio, sin embargo daría lo mejor. 

-Lo que sea está bien. -Admitió con sinceridad, poco o nada sabía de cocina, así que dejó todo al criterio adverso. De un momento a otro las manos de su mayor avanzaron por entre sus hebras rubias cerró los ojos un par de segundos, sin duda esa acción lo hizo sentir como un niño, eso que sólo pasaba con su hermano menor, o mejor dicho; pasaba, hacía mucho tiempo que no había esa clase de contacto entre ellos.-Ugh… -Carraspeó moviendo su cabeza de lugar con la excusa de beber de su propia bebida.

-Lo siento… tenías un bicho en el cabello. –Musitó el más bajo antes de mostrarle el mismo. 

-Gracias por quitarlo. –Se limitó a decir. Sacudió un poco la cabeza por si acaso otro insecto habitase ahí.

-No es nada. –Continuó con sus labores. La pasta fue lo siguiente que colocó en agua hirviendo.

-Se ve delicioso. –Argumentó el otro asomando la cabeza por encima del otro derecho ajeno.

-Todavía no voy a la mitad, no puedes decir eso. –Se quejó el más bajo entre risas.

-Pero huele bien… -Se retiró de donde estaba para así preparar arroz, eso sí sabía hacerlo.

-Creo que sólo le faltan los condimentos. –Musitó cuando acompañó todo en una misma cacerola.

-Haré arroz blanco, así tendremos algo con más consistencia. –Dejó el mismo cocinándose antes de acercarse al refrigerador.- Creo recordar que había pescado… lo compré ayer pero no me dio hambre, sólo bastará calentarlo. –Sacó el mismo.- ¿Podemos acompañar todo esto o es demasiado raro?

-No, en realidad es una buena idea, no te preocupes que yo me encargo de todo.

El menor asintió y se dispuso a poner la mesa pues no tenía que más hacer. 

Tras un par de minutos todo estuvo listo, MinSeok se las arregló para acomodar todo de tal manera en que se viese apetecible. 
Poco después comenzaron a comer. 

-Sabe realmente bien. –Dijo Han con alegría. 

-Creo que no comes mucha comida cacera ¿No? –Rió, el mismo lo había probado o no le parecía tan especial o exquisito.

-En China cocinaba el personal para mí, aquí… bueno, casi siempre debo de comprar algo ya hecho porque temo incendiar la cocina o desperdiciar la comida.-Se encogió suave en hombros.

MinSeok sonrió un poco.

-¿Qué te hace gracia? –Cuestionó el menor.

-No sé, estoy algo sorprendido de tu cambio.

-¿Mi cambio?

-Sí, al principio parecías muy… -Trató de buscar la palabra correcta para no ofenderlo.- ¿Grosero? ¿Mal educado? ¿Malo? –Se encogió en hombros.- No sé cómo explicarlo… Uhm, no lo sé, dices que yo me veo más pequeño, en realidad tú eres quien parece un niño a veces.

Han torció apenas sus carnosidades. -Ah, eso. Cuando nos conocimos no había sido un buen día para mí, además no te conocía, era raro que estuvieses siguiéndome. –No quiso acotar nada a lo último.

-No te estaba siguiendo, iba contigo. –Se defendió entre risas el de mayor edad, incluso elevó la voz cual si le hubiese ofendido.-En verdad lamento haber parecido un loco, pero… pues ya te expliqué el porqué de todo.

Han asintió en lo que tragaba la porción que estaba en su boca. -Sí, creo que en tu caso hubiese hecho lo mismo.

-Bueno, pero ahora somos amigos ¿No?

-Sí, supongo que sí, además estamos emparejados en muchas actividades. Todo por ser ambos los “nuevos”.

-Ciencias, matemáticas, el equipo de futbol. –Uno a uno los dedos del mayor se alzaron.- Sólo son tres, pero es genial, encuentro divertido trabajar contigo.

-A mí también, eres muy paciente conmigo, y además entiendes cuando te hablo en mi idioma natal, por ello me es más sencillo, así no me quiebro la cabeza haciendo traducciones de palabras que no conozco. –Eso lo agradecía en demasía aunque no lo dijese en voz alta.

El mayor sonrió suave.- No te preocupes por ello, sabes que siempre te ayudaré, aunque los profesores nos reprendan en clases cuando intento explicarte.

-Pero usar notas parece que da mejor resultado. –Sonrió apenas.

-Lo malo es que no le entiendo a tu letra.-Comentó MinSeok.

-¡Oye! –El menor le arrojó una servilleta echa bolita.

-Sólo estaba jugando.-Le arrojó la servilleta de vuelta.

El menor estuvo tentado a arrojarle el trozo de papel de vuelta, pero se contuvo.-Esto sabe muy bien… extrañaba comer cosas como éstas.

-No es la gran cosa, es más, hasta el sobre de ramen te dice como se hace.

-Pero le agregaste más cosas, por ello sabe tan bien.

MinSeok bebió el líquido de la sopa para así dar por terminado aquel platillo.-Extrañas tu casa ¿Uhm?

-No hay nada allá para mí… sin papá y mamá sólo queda el servicio, les tomé cariño… pero aquí está la única familia que tengo.

-¿Cuándo dices “servicio” de quien hablas? –Cuestionó por fin.

-¿Cuál es la palabra en coreano…? –Lo pensó un poco.- ¿Sirvientes…? ¿Si lo digo así suena ofensivo? Es que no conozco la palabra.

-Wow ¿Tenías esa clase de servicio? –Cuestionó sorprendido.-Entonces tu familia debe tener dinero. –Dijo animado.

-Algo. –Se limitó a decir.

-Perdón… no quise sonar “interesado” o algo, es que nunca había conocido a alguien como tú, donde yo vivo no podemos tener esa clase de lujos.

-¿Me llevarás algún día?

-¿A dónde? –Cuestionó ladeando el rostro.

-A tu casa.

-Oh… claro, pero de una vez te advierto que no tengo muchos lujos ahí, no me avergüenza, pero quizá te sientas incomodo, además tengo una familia muy numerosa.

Han asintió, de pronto su curiosidad aumentó en demasía.-Yo sólo tengo a mi hermano, debe ser interesante tener muchas personas viviendo contigo. 

-Por cierto, lamento lo de tus padres. –Musitó haciendo una pequeña venia con la cabeza.

-Lo de mamá fue hace mucho y lo de papá… -Suspiró algo apagado.- Ya pasó también.

-No te pongas triste, todavía tienes a tu hermano. –Con su hombro golpeó de manera juguetona el ajeno.

-Cierto… -Dijo sin muchos ánimos. 

-Me dices que quieres estar con tu hermano, pero siempre que él quiere hablarte parece como si no lo quisieras ver.

El menor miró fijo el plato de comida casi vacío.- Muchas cosas pasaron y nuestra relación se fracturó…

-¿Quieres contarme?

-No me gusta hablar sobre eso.

-Pero parece que necesitas hablar del tema… -Insistió.

Tomó aire.- Para comenzar él y yo somos medios hermanos, por parte de papá.

-Sí… ya había llegado a esa conclusión, por sus edades y eso. 

-Su madre era coreana, por eso él vivía aquí con ella, yo vivía en China con la mía y papá... desde pequeños nos conocimos y fuimos inseparables… a pesar de que las cosas no fueron las óptimas entre nuestros padres todos ellos siempre trataron de que nosotros estuviéramos bien; Kris y yo. –Musitó con tranquilidad.

-Entiendo, creo que fue una decisión muy responsable.

-Sí, desde niños nos explicaron a ambos las cosas… fue raro, pero ambos siempre nos quisimos como hermanos “enteros”, no había diferencia entre nosotros. Incluso su madre me trataba bien y la mía a él.

MinSeok se limitó a asentir.

-Curiosamente su madre y la mía murieron cuando nosotros éramos jóvenes. Papá le ofreció mudarse conmigo y con él, pero él prefirió quedarse con su abuela. Entendí eso…. Pero cuando papá murió… todo cambió… -Torció apenas las carnosidades pues se sintió algo contrariado.- Mi padre estaba aquí cuando murió por lo que la ceremonia fue aquí… dado que yo quería sepultarlo con mamá el cuerpo fue enviado a China… yo esperaba que Kris viniera también, después de todo para ese entonces sólo nos teníamos el uno al otro… pero no quiso, él se quedó. Continuamente le llamaba para pedirle que se fuera a vivir conmigo… pero él nunca quiso… tenía a su abuela y demás personas que se interesaban por él. 

-¿Estás enojado con él por qué no quiso irse contigo?

-No es eso… -Negó.- Desde que tengo memoria él iba a China para los días importantes… mi cumpleaños… el aniversario luctuoso de mamá… pero a raíz de que papá murió él comenzó a faltar siempre que yo lo necesitaba. Me cansé de esperar por él… y entonces vine a Corea cuando llegó su cumpleaños… quería estar con él, incluso traje un regalo para él… pero… resultó que él ya no vivía con su abuela porque ella murió… ni siquiera se molestó en decirme que ella había muerto, tampoco que se mudaría… nada. Durante unos meses no supe de él.

El mayor escuchó con atención todo lo que decía el más alto, no pudo evitar sentir empatía.-Debió ser muy duro para ti.

-Lo fue. Él es la única familia que tengo… 

-¿Qué pasó después?

-La siguiente vez que lo vi fue cuando el abogado nos contactó para hablar sobre el testamento. Él me sonrió como si nada hubiese pasado… me sentí horrible. –Dejó de lado el plato de comida pues el hambre se había esfumado.- Lo que papá quería más que otra cosa en el mundo era que estuviésemos juntos, él y yo… incluso lo dejó escrito para ambos… si ahora estoy aquí es por cumplir con lo que mi padre quería… -Dijo con pesadez.- No sé qué siento ahora por él… incluso a veces pienso que si el accedió a estar juntos fue por la herencia o algo parecido. No tolero sentirme así.

Minseok bebió un poco de té antes de hablar.-¿Por qué no hablas con él de esto? Quizás todo tenga una buena explicación.

-No puedo, cada vez que lo veo siento que me corroe el enojo, me enerva verle…

-Si no lo enfrentas de una vez te hará mal ¿Sabes?

-Lo sé… pero lo único que se me viene a la mente al verlo es que me dejó solo. –Su vista siempre estuvo fija en la mesa.

-Intenta hablarle. 

-No quiero.

-Viven juntos ¿Esperas vivir siempre aquí sin dirigirle la palabra?

-¿Sabes? Él continúa pidiéndome disculpas pero no sabe ni porque me las pide, es algo que me parece tan estúpido. –Se quejó.

-Por ello debes decirle que es lo que hizo mal.

-Es todavía más estúpido que no sepa la razón.

-No puedo obligarte a que lo enfrentes… -Murmuró el mayor.- Pero tratas de que él se ponga en tú lugar ¿Por qué no te pones tú en el de él? Quizá el verdaderamente no sepa que es lo que hizo mal… podría ser. Puedo ver en su semblante que te quiere, que le duele que lo trates con frialdad.

Lu Han se quedó callado pensando en lo que el otro decía.

MinSeok suspiró con levedad antes de tomar el rostro del menor y acercarse para dar un pequeño beso en su mejilla, tan sólo hizo una leve presión con sus labiales, pero ese simple gesto basto para que su interior emergiera una pequeña sonrisa.-No estés triste… tu semblante me parte el corazón. -Se inclinó con suavidad como para pedir disculpas.

Los ojos del menor se abrieron de par en par. Sí, confuso era poco cuando tuvo los labios ajenos sobre su piel, idiota se sentía por no poder reaccionar.- ¿Por qué hiciste eso? -Ladeó el rostro pues se sintió más que torpe en esos momentos.

-Yo…-Comió un par de verduras que había sacado minutos atrás de un bol.-Te veías muy triste y sólo quería distraerte.

Han expulsó la cortina de aire que se encontraba en sus pulmones.- Me recordó tanto a lo que hacía Kris cada vez que estaba triste…

MinSeok se sintió en la confianza de hablar con sinceridad.- ¿Extrañas todo eso no?

-Sí, mucho.-Admitió sin querer.

-Entonces si todavía lo quieres deja de torturarlo y torturarte, ambos se necesitan.

-¿Qué pasa si él me dice algo que no quiero escuchar?

-Es mejor a estar siempre con la incertidumbre. –Palmeó el hombro ajeno.

-Tienes razón… hablaré con él… si algo malo pasa en tu conciencia quedará. –Se quejó.

-Si te llega a herir lo golpearé. –Musitó entre risas.

-Gracias por escucharme, MinSeok.

-Mi placer, Han.

INSANE (KAISOO)Where stories live. Discover now