CAPITULO 22

3.4K 283 16
                                    

Eran cerca de las cuatro de la tarde, el cielo estaba despejado y el clima era bastante agradable, lo ideal para sentarse a disfrutar de las bondades de la naturaleza.
Una tenue melodía acompañó la escena. Chanyeol estaba ahí, sentado en una banca dentro del campus, tan sólo tocando pequeñas estrofas de canciones que hacía mucho no practicaba, eso hasta que fue interrumpido por una mano que se posó sobre su hombro. “Chanyeol, quiero hablar contigo” fue lo que escuchó de una voz familiar como ninguna, no necesitó abrir los ojos para saber de quien se trataba.

-No es un buen momento. –Dijo apenas separando sus parpados pues estuvo siempre con los ojos cerrados.

-Channie, por favor. –Suplicó Kris dando la vuelta para quedar parado frente al más bajo.-Necesito hablarte.

-¿De qué? –Fingió no saberlo conforme dejaba su guitarra descansar sobre el suelo, recargada en el descansa brazos.

-De lo que pasó. -Sus parpados se mantuvieron bajos, aunque su ceño estaba fruncido, sus gruesas cejas se juntaban por encima de su nariz.-Chanyeol. -Le llamó.

-No hay nada de qué hablar, ge. –Sacó entonces de su mochila una enorme galleta con chispas de chocolate que no tardó en llegar a sus labios.- ¿Gustas galleta? –Cuestionó dulzón.

-No, no quiero, gracias. –Se limitó a decir con respecto a aquel tema.- ¿Has recibido mis mensajes?

-Ahm, sí. –Asintió atajando otro trozo de galleta.

-Por favor, no estés así. –Se sintió frustrado.

-No sé de qué hablas. –Chanyeol se encogió en hombros restando importancia.

-Prefiero que me grites o me insultes a que me trates así. –Admitió.- ¿Puedo sentarme?

-Se vería mal si dijese que no. –Musitó suave.

-Has estado evitándome.-Dijo al tomar asiento a pesar de la “rudeza” con que el otro lo trataba. -Durante toda la mañana traté de hablarte, pero parece que te ocultas detrás de KyungSoo, siempre que trato de ir donde estás, te desvaneces para irte a pegar a él.

Chanyeol cayó.

-No quiero perder esta amistad. –Prosiguió el rubio al no escuchar respuesta por parte del otro.

-Hyung, si vine aquí fue para despejarme… que estés aquí hace que sea muy difícil. –Murmuró cual si no quisiera ser oído.

-Te conozco, sé que siempre que vienes a esta parte del campus es por esa razón… y por eso mismo fui capaz de encontrarte. Dame un par de minutos, sólo quiero decirte algunas cosas.

-Sabes que me es imposible negarme a lo que me pides. Ahg…- Repasó sus palabras anteriores y entonces se dio cuenta de que estaba tan cansado que se sinceraba demasiado.- Tengo clases dentro de poco, tienes hasta ese momento para exponerte. –No le gustaba tratarle así, pero si no colocaba barreras terminaría llorando una vez más.

Una vez que tuvo la autorización Kris no supo por dónde comenzar.-Yo… ¿Por dónde comenzar? -Cuestionó bajando considerablemente el tono de su voz tratando de no dar la cara a su menor. Un par de segundos pasaron y entonces decidió sólo dejarse llevar.- Quiero que me disculpes por no darme cuenta de lo que sucedía, por hacerte sentir mal, por hacerte llorar.

Chanyeol sonrió receloso. Cruzó sus brazos y mantuvo su vista al frente.-Si lo que quieres es una disculpa; la tienes. No es necesario que digas más.

-Chanyeol eres importante para mí, quiero que lo entiendas. Nada está bien sino estoy bien contigo.

Dejó que el otro hablara sin hacer ningún movimiento, tan sólo limitándose a morder de vez en cuando sus labios, entrecerrando sus párpados dándole su completa atención a sus palabras. -Kris, realmente no quiero hablar… -Oprimió sus labios entre sí.

-No puedo dejar las cosas así. No lo permitiré.

-Hyung… me hiere verte ¿Lo haces a voluntad?

-No, claro que no. Si te lastimo o te confundo no tiene ningún sentido que hable contigo, no es mi intención herirte... Y creo que lo sabes. No sé expresarme adecuadamente, soy torpe, pero esta vez al menos déjame exponerme. Esta vez quiero escuchar lo que tengas que decir de principio a fin.

-Te escucho, Yi Fan; siempre lo hago, pero después de todo lo que ha pasado no puedo ni verte a la cara. No sé cómo hacer que esas incomodidades pasen, creo que será mejor tomar esa distancia necesaria.

-Justo ahora me siento atacado y... me da miedo, mucho, no sé por qué y tampoco sé qué es lo que me atemoriza tanto. -Murmuró cerrando lentamente sus párpados.-Háblame, dime todo lo que nunca pudiste decirme. 

-¿Quieres que te diga qué fue lo que me dolió? –Giró su rostro para ver al mayor a la cara por primera vez desde que llegó.- No es que no me quisieras de la manera en que yo te quiero… es el hecho de que, no confiaste en mí para decirme lo de tu relación. No puedes negar que sabías que yo siento algo por ti… y aun así me lo ocultaste.

-Soy sincero cuando te digo que yo no estaba al tanto de tus sentimientos. –Dijo apresuradamente.- No te lo dije ni a ti ni a nadie, Han debía ser el primero en saberlo todavía no me atrevo a hacerlo.

-Sobre tu hermano, siento mucho todo lo que te dije. Aunque no conozco mucho a Han recuerdo lo feliz que te hacía y por ello deseo de todo corazón que las cosas mejoren con él. –Regresó su mirada al frente y relajó un poco sus brazos.

-Sería mentir decir que no me hirió lo que dijiste, pero estabas molesto, todos dicen cosas que no sienten cuando están así. Por ello no debes disculparte por algo que yo causé.

-Sé que pude explicarte lo que me pasaba de diferente manera pero estaba tan abochornado y herido que exploté… Perdón, descargué todo de la peor manera. –Musitó pasando apenas sus dígitos por las cuerdas de su guitarra cual si quisiera distraerse.- También sé que debí hablarte de lo que me pasaba en su momento, pero ambos sabemos que era algo de lo que tú no querías hablar.

Su vista se posó en los dedos de su menor, por alguna razón ver la delicadeza con la que sus falanges se movían le hacía sentir más tranquilo. -Tengo mucho de culpa en todo esto, pero no supe cómo manejar la situación, siempre tengo cosas en la mente que me hacen divagar de las cosas verdaderamente importantes.

Alejó sus manos de su instrumento favorito sólo para dejarlas sobre su regazo. -No te preocupes por ello, Kris. Ya pasó y no quiero hablar del tema. –Sentía que de seguir dialogando se sentiría aún más patético y daría lástima. 

-No es sólo eso. Me di cuenta de que tú siempre escuchas mis problemas y yo apenas sé de ti, de las cosas que te pasan. Pensé que nuestra relación funcionaba por la confianza y lo abiertos que éramos, pero… caí en cuenta de que siempre fui muy egoísta.

Sentía su estómago doler pese a no tener nada, no sabía si era por ese hecho o por los nervios o quizás algo verdaderamente había explotado dentro de sí, pero definitivamente la sensación no se iría hasta terminar con aquella conversación.-Nunca he sido muy abierto, además siempre hemos sido así… -Lo que decía el rubio era verdad, pero él nunca lo consideró como algo negativo.

-Pero eso no quita que me interesa saber de ti, me gusta tenerte para que me escuches pero quisiera que fuese reciproco.

-Hay momentos donde pasas por una situación que simplemente ocultas por un rato hasta que te sientes capaz de exponer tu sentir respecto a ella. –Tomó aire antes de seguir.- Eso es lo que me pasa de vez en vez. Estoy al tanto de que debo hablar de las cosas, pero no es como si las estuviese ocultando o algo… es sólo que no puedo exponerme. 

Kris asintió.- Entiendo, yo soy así, pero no contigo y todavía no logró entender el porqué. Siento que fallo por no darte lo mismo que me das.

-Conoces lo suficiente de mí, y soy bueno haciendo sonreír a las personas, sobre todo a mis amigos.-Torció apenas los labios.-Soy una persona naturalmente feliz, no hay razón para que te sientas mal.

-Desde que te conozco son pocas las veces que te he visto triste y por ello verte llorar me partió el corazón… incluso ahora me duele el pecho de sólo recordarlo. –Relamió sus labios discretamente.

-¿Te duele...? No sé de qué manera pero si te duele el brazo izquierdo también seguro será un infarto. –Bromeó o al menos lo intento.

Kris negó.- Es bueno verte reír.

-Es para que no te mueras. –Su sonrisa anterior gradualmente se desvaneció.- No, no dejaré que te mueras nunca. Tú eres inmortal, ¿entendido? -Susurró un tanto serio, curvando poco a poco sus labios antes de entrecerrar sus ojos.

-Entendido, seré inmortal para ti.

Chanyeol agachó la mirada.

-¿Qué pasa?

-Nada.

-Dime.

Negó.-Ge, no soy tan fuerte… en verdad necesito distancia de ti. –Apretó sus labios pues a pesar de las bromas y demás se sentía terriblemente.- Los sentimientos no son algo que pueda controlar por mucho que quiera, están fuera de mi jurisdicción, lo lamento.

Kris respiró profundo y rápidamente le rodeó por los hombros.-No me pides que te deje otra vez. –Musitó suave.- ¿Por qué te pones así de pronto…?

-Porque... Porque estuve siendo fuerte todo el tiempo, incluso frente a KyungSoo... pero ahora ya… ya no puedo. -Musitó, aferrándose a la prenda que el mayor vestía pues se unió al abrazo cuando sus falanges dejaron de aferrarse a la tela de su pantalón. Suspiró.- Como sea, estos días tuve tiempo para meditar mi actuar, sé que erré en tratarte de la manera en que lo hice, pero esta amistad se quedó sin restricciones el día en que... el día donde compartimos la cama.

-¿Y quién te pide que seas fuerte? –Se quejó dando suaves caricias a su espalda.- Pasaron un par de cosas entre nosotros, cosas que cambiaron mi manera de ver todo, de verte, no lo sé, ni siquiera sé cómo expresar lo que siento ahora.

-Yo, yo pido ser fuerte, no quiero volver a llorar frente a ti. –Tomó aire para así evitar lo que parecía inminente.- Después de lo que te dije pensé que ya no te vería, que ya no estaría en tus brazos como ahora lo estoy, que ya no admiraría tu sonrisa, que ya no tendría a mi mejor amigo... -Presionó sus labios uno contra otro y tragó con fuerza el nudo en su garganta, estrechando más el cuerpo opuesto.- Me dan ganas de llorar. –Apenas salió un hilo de voz.

-Y ya lo estás haciendo…tu respiración y latidos del corazón te delatan… -Sintió entonces como su pecho era comprimido por milésima vez.-

-No estoy llorando porque esté triste, simplemente... Es un llanto que llevo reprimiendo desde hacer mucho y ahora se hace presente... –La voz seguía con la misma descripción, ladeando su rostro hasta resguardar se en la curvatura del cuello ajeno.

- Llora todo lo que quieras, Channie, yo sé qué clase de persona fui... sé lo mal que te traté... merezco que me odies o algo peor. -Besó su cabeza mientras los estrujaba con fuerza, como si de esa manera pudieran salir con más rapidez sus lágrimas y así mismo ese mal sentir.

Los hombros del menor se encogieron y mordió internamente el interior de su labio inferior, desfigurando sus sollozos lo suficiente hasta hacer de estos unos similares a los lastimeros chillidos que soltaba un cachorro. Respiró con dificultad y rozó suavemente su nariz contra la piel del mayor después de haber acomodado nuevamente su rostro sobre el cuello de éste mismo.- No puedo odiarte, hyung... Por más que me esforzara no podría… Siento tanto por ti que dudo que alguna vez logré superarlo del todo. -Musitó bastante bajito, calmándose poco a poco gracias a las acciones que llevaban a cabo los brazos contrarios sobre de su cuerpo.

-Channie… -Trató de separarlo para así verle a la cara pero el otro no lo dejó. Sus labios temblaron por causa del llanto ajeno.- Ya no llores, Channie... me moriré en verdad... 

-Ugh… -Para el más bajo, pedidos como esos sólo le incitaban inconscientemente a que siguiese llorando, siempre le sucedía así. 

Kris sonrió a pesar de todo. -¿Te das cuenta? Eres un bebé, no sabía que fueses así de sensible… ahora tengo miedo de que te lastimen, es decir, yo lo he hecho demasiadas veces... pero me preocupa que alguien más lo haga... 

-Soy un bebé y además llorón, vaya. –Musitó con cierta gracia.-No suelo llorar, es molesto. –Susurró aflojando el agarre.- ¿Qué alguien más me lastime...? –Repitió la pregunta del mayor para así cavilarla.- Nunca me habían lastimado...

-¿Nunca te han lastimado? ¿Eso qué significa? –No supo cómo tomarlo.

-Me duele admitir algo como "tú eres el único que me ha lastimado". Pero mentiría al decir que no... 

-No sé qué decir sobre eso... Me haces sentir como la peor persona del mundo, quizás lo soy... –Apoyó su cabeza en la adversa.- Sé que me pediste alejarnos, pero no quiero eso, quiero que sigamos siendo los mejores amigos.

-FriendZone. –Rió suave.

-No lo digas ni como broma, me hace sentir mal.-Tomó aire y besó de nueva cuenta su cabellera para así callarle de alguna manera, todo eso le angustió y entristeció al mismo tiempo. No solía llorar, pero para ese momento dudaba de su propia fuerza de voluntad.- No te alejes, no otra vez... tampoco trates de alejarme. –Pidió en un susurro. 

-Kris… En verdad necesito un tiempo sin ti… -Estaba muy cansado, desde aquel incidente había centrado todas sus energías y su mente en la música, pero simplemente todo su sentir se acumulaba como plomo. 

El rubio parpadeó un par de veces y enfocó difícilmente el rostro opuesto, elevando inevitablemente sus cejas tras encontrarse con aquella escena no deseaba observar ni una vez más en su vida. Sus manos lentamente se transportaron hasta las mejillas contrarias, utilizando sus pulgares para retirar aquellas lágrimas que traviesamente habían escapado de los ojos opuestos. Una vez hecho eso prefirió abrazarle una vez más, dejando un suave beso en sien.- No sabes cuánto te quiero, Chanyeol. Te juro que si pudiese estar sin ti lo haría, pero no puedo… En los días pasados no he comido ni dormido como es debido porque me haces falta. -Musitó a su oído, estrechándole con la misma fuerza que antes.

Chanyeol apoyó su frente contra el hombro opuesto para así dejar su mirada gacha, donde siempre debió estar para así no ocasionar que el otro lo viese llorar, que limpiara las lágrimas que no debieron salir en ningún momento. Alejó sus brazos lentamente del mayor y se permitió separarse, soltando un suave suspiro antes de pasear su diestra por una de sus mejillas.- Hyung…

-¿Qué pasa? 

-Por favor…

-No te alejarás de mí... No lo harás, ¿verdad?

-En un comienzo yo no me fui, tú permitiste que me fuera… Tú me dejaste ¿no lo recuerdas? Deseaba con todas mis fuerzas que me detuvieras.

-¿Qué se supone que debía hacer? Ni siquiera ahora tengo la respuesta. Te envíe varios mensajes de disculpas, lo hice pero siempre estuve sintiendo que mis palabras ya no te importaban, ¿qué podía hacer yo? Temía que terminaras por molestarte más con tanto insistir. Nunca algo me había dolido tanto, nunca pensé que me rendiría pero no parecías cambiar de decisión, desistí… o al menos ese era mi propósito, pero al verte, nacieron esperanzas de salvar lo nuestro.

-Estaba muy molesto y herido, pocas veces eso me pasa y sólo me ha pasado contigo, debe ser por lo mucho que me importas.

-Y por eso me disculpé... Numerosas veces te pedí perdón por haberte hecho sentir así, ser la causa de esa clase de cosas en ti me hace sentir terrible. Yo sólo quiero hacerte feliz y, de una u otra manera, algo termina así. –Susurró afligido.- Lo siento, en verdad lo siento.

-Lamento haber dicho todo lo que dije. Perdón por ignorar tus mensajes y llamadas.

-Eso ya no importa. Sólo deseo que seamos como siempre.

-No te puedo prometer que eso pasará, algo se perdió entre nosotros después de esa discusión... 

-No deseo que estemos separados. –Dijo con seriedad.- Te he lastimado sin darme cuenta y viviré disculpándome por ello estés o no junto a mí, aun así continuaré disculpándome. Yo deseo con todas mis fuerzas seguir a tu lado, ser mejor persona, ser tan buen amigo como tú, pero no quiero hostigarte, si pudiera te obligaría a seguir conmigo pero no sería capaz de hacerte algo como eso. Me bastaron cinco segundos para sentirme inseguro y triste por estar sin ti. –No creyó admitir eso en voz alta, pero ahí estaba, siendo más sincero que nunca.- Sólo soy feliz cuando estoy contigo, todo lo demás me resulta cualquier cosa cuando no estás. 

-¿Por qué me dices éstas cosas? ¿No te das cuenta lo que causas en mí? Sé que las dices sólo en son de amistad, pero mi corazón no las procesa así. –Tomó aire para luego continuar.- En un principio era en demasía inseguro, me gustabas, demasiado; no era un simple gusto, me enamoraste en cuestión de días. Hemos pasado por cosas que nos lastimaron en el momento pero de una manera u otra me hicieron más fuerte y firme en lo que se trata de mis sentimientos. Ningún suceso me ha hecho titubear, por el contrario, sólo se fortalece mi idea… dejarte ir es lo mejor y no lo conseguiré si sigo mirándote, si me sigues hablando de esa manera.

Kris guardó el silencio pertinente para así escuchar lo que el otro decía. Suspiró despacio y apretó un más al menor en sus brazos.- Te extrañé mucho el día de ayer, sentí me volvería loco... estaba en casa y casi me echo a llorar... no lo sé, ayer Tao intentó calmarme y demás... claro... a su manera pero no funcionó. No puedo creer que esté perdiendo a la persona más importante.

-No me hables de Tao… por favor. –Se limitó a decir, fue todo lo que escuchó.- Pensé en borrar tu número, una y otra vez esa idea pasó por mi mente, así me alejaría de la tentación de enviarte mensajes y demás... pero al final no pude, incluso esperé que tú me buscaras primero y lo hiciste...-Musitó con tranquilidad.- ¿Es difícil comprender lo que siento? –Lo apartó de nuevo.

Tragó duro.- Supongo debo aceptar que no quieras estar más conmigo.- Murmuró, debido a la inminente cercanía, levantar la voz era inútil e innecesario.- Si de cualquier forma nada cambiará, si de todas formas vamos a querernos entonces, ¿por qué sugieres que es mejor dejar de vernos?

-Cuando esto que siento pase entonces te buscaré, no es un adiós definitivo. -Trató de transmitir confianza a través de sus palabras aunque estaba dudando de sí mismo. Mordió con ligereza su labio inferior, reincorporándose de donde estaba para así levantarse con guitarra en mano.- Te quiero demasiado, hyung, nunca lo olvides.

Una vez que el menor se levantó ladeó un poco su vista, poco después sus orbes se centraron en el rostro ajeno, alzó un poco las cejas ante la sorpresa de su reacción, quizás un sentimiento de culpa fue lo que llenó su estómago pues lo sintió revolver. Tragó duro mientras escuchaba sus palabras y entonces una vez que terminó de hablar asintió.- Y yo a ti, demasiado. -Tomó aire y lo contuvo ahí; en su pecho, esperando que el menor le diera la posibilidad de sacar el aire en alguna de sus palabras, que le diera la tranquilidad de respirar con naturalidad.

-Lo lamento. Adiós. –Dijo antes de dar la vuelta e irse con su fiel compañera; su guitarra.

INSANE (KAISOO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora