CAPITULO 7

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Era un nuevo día, los rayos del sol lo delataba, parpadeó un par de veces mirando el techo, esperaba de esa manera mantener su mente en blanco, no quería pensar en nada, sólo así se mantendría en aquel estado vegetativo e inerte donde no dejaría que nada le importara. 

Se levantó de la cama con pesadez, llegó hasta el baño y enseguida entró a ducharse, realmente no importaba la temperatura del agua, sólo quería despejarse. Limpió su cabello y cuerpo de manera casi robótica para después salir con una toalla alrededor de su cintura. El agua escurría por su rostro y torso, sacudió un poco su cabello para que ésta dejara de caer en aquella cantidad. 

Fue hasta la cajonera y tomó ropa interior, un calzoncillo negro y una camisa interior del mismo tono, dio unos pasos más y del closet tomó unos vaqueros en color azul oscuro, una camisa que llevaba el símbolo de su universidad así como una chaqueta del tono de los vaqueros. El calzado elegido fue uno deportivo de una marca reconocida en color blanco.

-Jongin-shi… ya está el desayuno. –Una voz maternal le habló al otro lado de la puerta, Kai no dijo nada y terminó arreglando su cabello, una vez que quedó con el estilo deseado tomó su mochila color blanca y se abrió paso por sus puertas. Avanzó por el pasillo sin prestar atención a nada, incluso cuando pasó por enfrente de la habitación de su madre no movió ni un músculo. Bajó las escaleras con hastío, como si sus pasos pesaran. Tal como se lo había indicado la empleada de servicio el desayuno estaba sobre la mesa, la enorme mesa estaba vacía, solo había un plato para él, de alguna manera ya se había acostumbrado a ingerir alimentos en solitario. Acercó el plato de fruta hacia sí y tomó un trozo de ésta llevándoselo a los labios.

-¿Cómo está el desayuno? –Preguntó una señora regordeta que se paró a su lado.

-Es fruta, no creo que pueda saber a otra cosa que no sea fruta. –Siguió comiendo sin prestar atención.

-Tienes razón, mi niño, por favor come todo lo que preparé para ti. –La mujer había sido su nana prácticamente desde que nació, por ello aquel tono maternal para con Kai.

-Sí… -No le dio mucha importancia a sus palabras, le permitía ese tipo de tratos porque funcionó como su madre cuando necesitó de una. 
Tras terminar la fruta prosiguió con lo que restaba, pan francés, huevos, era un desayuno bastante americano. Tras terminar se levantó, fue a cepillar sus dientes, una vez que regresó tomó su mochila y salió de ahí. Anduvo por el extenso jardín, su postura erguida y altanera de siempre estuvo presente, subió a su auto y esperó unos segundos a que abrieran el portón para salir. No pasó mucho tiempo conduciendo cuando llegó a la universidad, estacionó en la calle lateral a ésta, no deseaba dejar el auto dentro, así si se escapaba sería más fácil moverse por la ciudad. Percibió su celular vibrar dentro del bolsillo de su pantalón, lo sacó y leyó el mensaje. [SMS: Buenos días, Kai-shi, ayer me dejaste sin mi beso de despedida o(>o<)o espero podamos vernos está noche, te extraño. >:C ]Exhaló, realmente odiaba ese tipo de iconos que asemejaban caritas, y era algo muy arraigado que tenía Baekhyun, pese a que le había indicado muchas veces que ese tipo de cosas no le gustaban el mayor seguía poniendo cosas molestas. Guardó el móvil sin contestar, cuando estuviese de mejor ánimo contestaría si es que lo recordaba, por el momento no quería pensar en absolutamente nada. Bajó del auto y metió sus manos a los bolsillos de su pantalón para así caminar con rumbo al portón de la escuela. Se colocó los audífonos para evitar que estímulos externos llegaran. 
Las canciones de Chris Brown servían para destensar su cuerpo y crear en su mente coreografías improvisadas, obviamente fuera de su mente no movía ni un musculo, tan sólo para caminar. Sintió que lo tomaron por el hombro y se giró un poco para ver de quien se trataba. Miró al más bajo y retiró el audífono derecho. -¿Qué?

-Llevó hablándote desde hace mucho, te quedarás sordo si sigues escuchando la música a tan alto volumen.

-Eso sería genial, así no tendría que escuchar tus regaños. –Retiró la mano del más bajo de su hombro.

-Andas de malas, qué raro en ti.

A pesar de que el mayor continuaba hablándole no tuvo intención de apagar su reproductor o si quiera bajar el volumen.

-¿Me estás escuchando?

-Sí, hyung. –Siguió caminando con la mirada al frente.

-Hoy no te saltarás las clases. –Interrogó.

-Depende.

-¿De qué?

-De si sigues fastidiando. –Mostró la credencial de la universidad una vez que llegó a la puerta y pasó. El mayor le siguió y suspiró. -¿Y hoy por qué estás de tan pésimo humor? ¿Perdiste una de tus conquistas?

-No es de tu incumbencia, Suho ¿No tienes nada que hacer? –Miró la hora en su reproductor.- Se te hace tarde para clases, anda.

-Eres tan áspero… -Se encogió en hombros para luego chasquear la lengua.- ¿Nos vemos para comer?

-Sure… -Alzó la diestra y se despidió del otro, a pesar de cómo lo trataba se conocían desde muy pequeños y tenían una extraña amistad. Continuó su recorrido hasta su salón, en el pasillo que conducía a éste como siempre hubo de todo tipo de reacciones, desde quien se alegró por verlo hasta quien le hizo mala cara, realmente no le importaba como lo viesen, las personas eran prescindibles. 
Llegó al salón y tiró su mochila en la banca del final, la más cercana a la puerta.

-Buenos días, Jongin-ah. –Sonrió una joven. Sin duda era bella, ojos grandes color avellana, el cabello largo y liso en color café claro. Portaba una falda plisada en color negro, la blusa del uniforme así como una chaqueta en color rosa bastante llamativa.

-Buenos días. –Dijo sin mucho interés, apagó el reproductor y comenzó a enrollar las orejeras alrededor de éste para así guardarlo.

Se arregló el listón rosa que llevaba como diadema en el cabello. -¿Tienes libre esta noche? –Preguntó arrugando la nariz tratando de parecer linda. 

Sin alzar la vista Kai solo soltó un seco “no”, no le interesaba contacto alguno con la contraria.

-Es que pensé que podríamos ir a mi casa…estaré sola y pues… -Sonrió tímida tratando de captar la mirada del otro.

-No me interesa. –Farfulló enseguida.

La chica le miró con un suave sonrojo.-Pero…

-No me interesa. –Repitió.

-¡Oppa! ¿Por qué eres tan malo? Desde que salimos no me has llamado ni has respondido mis llamadas. –Infló las mejillas. 

Al notar que la estadía de la contraria sería prolongada Jongin optó por alzar la vista y mirarla con frialdad esperando que entendiera que no deseaba hablar con ella. -Cambie mi número.

-Oppa… -Hizo un pequeño puchero. -¿Por qué no me avisaste? –Reclamó con cierto tono infantil.

Odiaba que lo llamaran así, sobre todo si era una chica como la que tenía enfrente. -¿Por qué habría de hacer algo como eso?

-Porque estamos saliendo, por eso.

El moreno rió un poco.- ¿Saliendo? –Ladeó una sonrisa.- ¿Cuándo quedamos en algo como eso? nos hemos visto solo una vez ¿Cómo podemos estar saliendo?

-Cuando me acompañaste a casa… ese día… tú sabes. -Murmuró en un puchero.

-No, la verdad no sé. –Negó mirando a la chica, bufó al ver aquella mueca "linda".

-Pues tú y yo…

-No sé de qué hablas. –Le restó importancia al asunto.- Estoy algo ocupado, te agradecería si te retiraras.

-Kai… ¿Por qué me tratas así? –Sus mejillas se encendieron ante la vergüenza y la humillación que estaba pasando por parte del moreno.

-¿Así cómo?

-Como si no hubiera pasado nada entre nosotros.

-Es que realmente no fue nada, no significó nada.

-Pero yo… yo, tú me besaste y además… -Habló en un tono de voz más bajo.- Pasamos de eso… -Miró a los costados cerciorándose que nadie la escuchara.

Alzó una ceja.- Que yo recuerde no te obligue a nada.

La chica le miró con intranquilidad.- Te aprovechaste de mí…

-Cariño, no es como si hayamos tenido sexo sólo… disfrute un poco de tu cuerpo y tú del mío. A mi parecer fue un trato justo. –Se reclinó sobre la silla.

-¿Cómo puedes ser tan descarado? Yo no había llegado con nadie hasta ese punto… -Se ruborizó un poco más al recordar donde habían estado las manos del otro. Su seño se arrugó.- Debes hacerte responsable… tienes que ser un hombre.

Comenzó a reír con fuerza.- ¿De qué estás hablando? No pasó nada de interés entre nosotros.

-No había dejado que nadie me tocase de esa manera.

El moreno negó un par de veces y se acercó al rostro al contrario.- Cuando te acompañé a casa apenas si nos habíamos visto un par de veces, sinceramente no recuerdo ni tu nombre. –Habló por lo bajo.- No me vengas a reclamar nada, tú fuiste quien sugirió todo, además… por la manera en que te me insinuaste no puedo creer que seas la blanca palomita que dices ser… así que no esperes nada de mí. –Sonrió como si hubiese dicho algo tierno y dulce.

La joven impactó su mano contra la mejilla del moreno, el golpe resonó en el aula. 
El rostro de Kai solo quedó girado hacia la derecha, rió un poco y se levantó mientras reía, aunque tenía la mejilla enrojecida no sentía ningún tipo de dolor. Miró a la chica y se retiró, no se pondría a pelear con una fémina y menos con una como ella. Le disgustaban aquellas chicas que se las daban de muy santas cuando ya tenían un historial. 
Ahora ya le habían dado una razón para salirse de clases, su humor había empeorado. Tomó su mochila, la chica parecía querer llorar pero no le importó, estuvo por salir del salón cuando alguien lo tomó del hombro, tan pronto se giró para ver quién era sintió un fuerte golpe en su rostro, se tambaleó un poco y terminó cayendo al suelo.-Ah… -Se quejó por lo bajó, llevó su mano a su rostro pues sintió que ardía, miró sus dedos después de pasarlos por la zona afectada y notó aquel líquido rojizo entre sus dígitos.

-¿Crees que puedes hacer lo que te place con quien te place y luego dejarlos tirados como si fueran estiércol? –Preguntó un tipo de pie frente a él, aquel que acababa de pegarle.

Kai lo ignoró y solo se levantó, no tenía intención de pelear, era algo fastidioso verse envuelto en ese tipo de acontecimientos, cuando estuvo por salir otro tipo le cerró el paso.- Tienen que estar bromeando… -Rió un poco.- ¿Cuántos años tienen? ¿Ocho? No estamos en la primaria como para ponernos a pelear a golpes.

-Cobarde, sabes que eres un maricón que ni siquiera puede hacerse responsable de las idioteces y menos ser un hombre. ¿Te sientes cómodo haciendo llorar a las chicas? –Miró de reojo a la joven que acababa de hablar con él. –Ya estoy harto de ver cómo se desviven por ti a pesar de la basura que eres.

-¿Qué? ¿Estás celoso de que no tienes la apariencia que yo tengo? -Se señaló a si mismo de manera arrogante.- No es mi culpa que tengas ese aspecto tan barato.

-¿Qué dijiste? Estúpido… -Se quejó.- Prefiero ser así y no un bastardo sin sentimientos como tú.

-Me harás llorar… -Rió el moreno, sabía que sólo lo estaba provocando más, pero no tenía importancia no era como si antes no lo hubiesen intentado golpear.

No pasó mucho antes de que ambos se vieran enfrascados en una pelea, si bien el otro tipo le ganaba en tamaño y peso no dejaría que se fuera limpio, que se fuese sin al menos una herida. Aquella pelea sería el desquite para sacar todo su rabia y coraje que había sido acumulada en días pasados. 

No era una novedad que tuviese mejor reflejos que el otro, pero tenía menos fuerza, sabía que esa era una gran desventaja. Ambos tironeaban casi como si estuviesen abrazados, ninguno quería recibir un golpe directo, pese a ello los golpes tirados al aire a veces acertaban en lugares correctos. 

El más alto lo tomó por la cintura para así levantarlo un poco y golpearlo contra la pared, Kai arrugó el entrecejo, para ese momento su labio sangraba también, forcejeó un poco y cuando logró liberarse le dio un golpe cruzado a la mejilla del otro para así desestabilizarlo, y una vez que lo hizo, golpeó a puño cerrado su torso.

Las heridas de Jongin eran más visibles, su labio sangraba, su mejilla derecha estaba fisurada y el pómulo izquierdo enrojecido, seguro tendría un hematoma en aquella zona, por otra parte el mayor no presentaba más que un par manchas rojas en la cara producto del forcejeo y de algunos golpes no tan acertados, en cuanto a las heridas no visibles estaba sofocado por el golpe que había recibido en su torso, dolía demasiado su costado, probablemente una costilla había sido astillada pues en un punto no supo cómo la rodilla del más delgado golpeó aquella zona. Ambos estaban cansados y con falta de aliento, con tan solo unos cuantos pasos de distancia volvieron a atacar el uno contra el otro mientras los demás alumnos miraban la pelea casi como apostando mentalmente la derrota de alguno. 

Siguieron forcejeando hasta que Kai de alguna manera logró golpear su nariz con el dorso de su mano, dejándola rota.

-¿Qué está pasando aquí? –El profesor interrumpió la pelea y los separó.

El más alto se tomó la nariz pues esta sangraba sin parar mientras Kai seguía de alguna manera en guardia. 

–Ambos, a la dirección ahora. –Señaló el profesor. 

El moreno tomó su mochila sin importar que la correa de esta se manchara de sangre, sin intenciones de seguir las indicaciones que el profesor le dio se las arregló para salir de la escuela. 

Estaba más que enojado, sentía su rostro ardiendo, seguro tenía más de alguna herida. 

Una vez que saltó la barda fue hasta su auto y sin pensarlo mucho fijo un destino. Condujo un par de minutos hasta estacionarse fuera de la casa de cierta persona con la que necesitaba hablar. Miró el reloj, probablemente no había llegado todavía. Bajó la carpeta del auto para así mirarse en el espejo que ésta tenía, se relamió los labios para así limpiar la sangre de sus carnosidades y ver que tanto estaba lastimado realmente.

Su pómulo comenzó a hincharse, no mucho pero si era notorio. Lo que más le preocupaba era el corte que tenía en la mejilla, parecía más profundo que el que tenía en el labio. Buscó entre las cosas que había en el auto, por mera casualidad había toallas húmedas que seguro había dejado alguna de las chicas que había subido. Limpió su rostro como pudo para luego se colocó unos lentes oscuros. 
Reclinó el asiento y decidió esperar un poco. Cerró los ojos y puso música en su Ipod, sólo así podría aspirar a calmarse. 
Pasó cerca de una hora cuando vio a la persona que esperaba, por suerte había llegado sola, sin pensarlo mucho salió del auto y caminó hasta él de manera veloz, lo tomó del brazo antes de que éste abriera la puerta de su casa. 

KyungSoo se giró algo asustado por ser tomado de esa esa manera. -¿Qué pasa? –Preguntó preocupado al ver de quien se trataba, pasando el susto inicial observó el rostro contrario.- ¿Qué te pasó?

-¿Podemos hablar? –Habló sin querer como si estuviese angustiado.

-¿Eh? –No entendió del todo que pasaba.- ¿Baekhyun sabe que estás aquí? –Miró a todos lados en busca del mayor.- ¿Qué estás así? –Preguntó preocupado a ver su labio partido.

-¿Podemos hablar o no? –No contestaría sus preguntas.

-Si… -Se zafó del brazo contrario para abrir la puerta de su casa, de alguna manera se sentía temeroso de que Kai le hubiese hecho aquella visita.

-¿No podemos ir a hablar a otro lado? –No deseó entrar a tu casa.

-Tienes un corte en la cara ¿A dónde quieres ir así? –Señaló su labio.- Si no es al hospital entonces tendrás que quedarte en mi casa. –Abrió la puerta por completo y se hizo a un lado para que pasara, cerró ésta una vez que los dos estuvieron dentro. 

Kai se relamió los labios pues ardían.

-¿Qué te pasó? –KyungSoo trató de mantener la calma, no quería dejarse ver como una madre preocupada o algo por estilo. Dejó su mochila sobre el sofá y regresó su vista al otro.

-Tuve una pequeña pelea. –Sentenció sin más.

-¿Puedes quitarte los lentes?

-No. –Dijo tajante.

Soltó un suspiró el mayor. -Déjame ver, mi madre es enfermera, puedo ayudarte al menos a limpiar tus heridas.

-No es necesario y no estoy aquí por eso.

Rodó los ojos. -¿Quieres que llame a Baek?

Arrugó el entrecejo. -¿Qué? ¿Por qué me hablas de él? –Se cruzó de brazos sin poder creer lo que le decía.- Carajo ¿No escuchas que quiero hablar contigo?

-¿Qué te pasa? ¿Por qué te pones así? –Preguntó pasando saliva. –Si gritas se te abrirá la herida del labio. Siéntate, primero déjame ayudarte y luego gritas lo que quieras. –Se quejó para luego darse la vuelta y caminar hasta el baño, ahí estaba el botiquín, una vez que lo sacó de paso tomó las compresas. 

Kai hizo caso a sus palabras y se sentó sobre el sofá, su pierna dolía y apenas se daba cuenta, esperó paciente hasta que llegó el más bajo.

-Quítate los lentes. –Ordenó.

-Solo dame un algodón con alcohol.

KyungSoo lo ignoró y le quitó los lentes.-Se ve mal… -Pasó sus dedos por la mejilla del otro tratando de palpar que tanto era lo que estaba hinchado. Se giró y tomó la compresa fría para así colocarla con cuidado en el rostro del otro. 

El moreno estuvo por decir “Sé quién eres” pero algo dentro de sí no le permitió decir nada ¿Y si él no lo sabía? ¿Y si realmente no era quien pensaba? Cerró los ojos al sentir la compresa sobre uno de estos, llevó su mano a esta para sostenerla y ésta se posó sobre la del mayor.
D.O enseguida retiró la suya. -¿Dónde te duele? –Tomó agua destilada para así limpiar preliminarmente su mejilla y labio, no deseaba que ardiera desde el comienzo, primero tenía que limpiar el polvo. Pasó el algodón por su mejilla de manera suave. Como lo esperó, sus heridas seguían sangrando. Gracias a su madre estaba enterado de que las heridas en la cara, cabeza o boca algunas veces sangran mucho puesto que esas áreas eran ricas en vasos sanguíneos por ello no se asustó mucho. Para parar el sangrado, aplicó presión firme pero suave sobre los cortes con una gasa.

-No vine aquí para que me curaras. –Se quejó.

-Sé que viniste a hablar, creo que lo has dejado bastante claro. –Siguió con la vista en el rostro contrario.- Te pregunté otra cosa.

-Estoy bien. –Mintió.

El mayor arrugó el entrecejo, el menor se comportaba como un niño. Una vez que limpió aquellas zonas tomó algodón y le colocó alcohol. –Arderá. –Advirtió para después pasar el algodón por la herida de su mejilla. Sopló un poco. 

Kai simplemente de dejó hacer, no hizo ningún tipo de gesto de dolor o algo parecido, en parte porque no se dejaría ver débil y en otra porque el mayor lo estaba curando con demasiado cuidado. –Sé quién eres… -Terminó por hablar el moreno.

-¿Qué? –Al principio el mayor no prestó atención a lo que decía pues seguía curándolo. 

Kai tomó su mano y retiró la compresa de su rostro.- Dije que sé quién eres. –Habló serio.

Cuando su mano fue tomada de esa manera se asustó un poco.- ¿De qué hablas?

-Donuts93… -Dijo con voz seria.

D.O le miró asustado y trató de zafar su mano.-No sé de qué hablas. –Terminó por liberarse.

Kai suspiró con pesadez, muy a pesar de que el otro dijo algo que de ante mano sabía que diría.- ¿Por qué mientes? ¿Sabes quién soy, no? –Lo miró a los ojos o al menos trató.- ¿También te diste cuenta, verdad? –Bufó.- ¿Por qué no me lo dijiste?

-Estás equivocado... muy equivocado, seguro me confundes con alguien más. –Agachó la mirada como le era costumbre cada vez que el nerviosismo le invadía, tenía claro cómo responder ante cada pregunta pero un nudo que yacía en su garganta le impedía que todo fluyera. Respiró profundo para calmarse y hablar.- Seguro me confundes con alguien más.

-¿Crees que soy idiota? –Habló tosco.-Lo sé todo. ¿Te atreverás a mentirme a la cara? –Rió.- Ahora dime ¿Desde cuándo lo sabes?

Parecía que el menor estaba convencido de que mentía, suspiró para luego hablar por lo bajo.-Desde que me diste tu número… -Agachó todavía más la mirada, no serviría que lo negara.

El moreno sintió su corazón se detuvo unos segundos, lo había confirmado, en realidad era cierto, era él. -¿Por qué no me lo dijiste?

-¿Cuándo debía decirlo? –Alzó la vista.- ¿Al verte salir con mi mejor amigo? –Preguntó inquisitivo.- ¿Cuándo mentiste tan descaradamente en mi habitación? –Su respiración se había hecho pesado.- ¿Cuándo era el momento correcto?

Kai suspiró ¿Qué podía refutar cuando el otro tenía razón? Ahora que analizaba todo caía en cuenta de muchas cosas. Pasó saliva.-A pesar de eso debiste decírmelo…

-¿Te preocupa que le diga a Baek todo lo que sé de ti?

-¿Qué? –Eso nunca cruzó por su mente, era lo que menos le preocupaba.- ¿De qué hablas? Esto es sobre nosotros, no sobre Baek o alguien más. –Sentía su garganta seca.- Tú sabes que eres una persona especial para mí.

D.O desvió la mirada.-Querías conocerme y ya lo hiciste, nada ha cambiado.

-Yo no sabía que eras tú ¿Cómo podía cambiar?

-¿Qué esperabas que pasara cuando nos conociéramos?

-Yo… no sé, nada… no esperaba nada… quería conocerte… saber de ti, ver el rostro de quien ha sido mi apoyo durante dos años.

-Lo que te dije el otro día… no he cambiado de opinión con respecto a ti. –Era más fácil decir aquello que afrontar lo que sentía en ese momento.

Las palabras del mayor calaban con profundidad en su corazón, dolía más de lo que pensó. Inhaló y exhaló, era lo único que podía hacer para evitar que ese lado al cual llamaba 'débil' saliera a luz.- No digas eso... sé que no piensas así, ahora que lo analizo estoy seguro que solo lo dijiste porque estabas enojado, debí haberme dado cuenta antes… -Inhaló de nuevo, le estaba costando trabajo hablar.

-No hagas suposiciones incorrectas. –Siguió con la mirada perdida.

-Mírame cuando estoy hablando contigo. –Ordenó.

A pesar de las palabras del otro D.O seguía en aquel estado, su mente no razonaba del todo bien por el momento por lo que sólo se aferró a fingir que nada le importaba. Cerró sus ojos queriendo calmarse tan solo un poco. -¿A qué viniste? ¿Sólo para decir eso?

Kai tomó el rostro del mayor para que así lo mirara.-KyungSoo…no me mientas, sé que yo también te importo… -Trató de sonar seguro aunque no lo estaba tanto.

El mayor retiró la mano del otro y abrió los ojos.- ¿Qué es lo que quieres que haga?

-Yo… realmente no lo sé… -Enmudeció al ver los enormes ojos cafés contrarios.-Estás siendo muy injusto.

-Así es como soy…

-No mientas, hablé contigo durante mucho tiempo y no eres así. Entiendo que estés molesto por lo de Baekhyun, pero eso no tiene nada que ver con lo que está pasando ahora.

-¿Y qué está pasando? Nada… -Negó.- No está pasando nada. Nos hemos conocido y ya, no es algo de relevancia.

Kai enmudeció de nuevo ¿Cómo podía ser que aquello solo fuese importante para él? Se negaba a creer que el mayor estuviera hablando en serio.

-Deberías ir a tu casa.

El moreno apretó los dientes.- ¿Dices que no sientes nada?

-Digo que deberías irte.

-Sólo quiero que me respondas algo ¿No sientes nada por mí?

-¿Nada de qué? –Rió tratando de parecer seguro de lo que diría.- Tú y yo somos unos completos desconocidos, nos conocimos en persona y no nos agradamos.

-No hables por mí. –Negó enseguida a sus palabras, realmente él le había parecido una persona curiosa e interesante desde estuvo en su habitación.-Cuando dije que te quería y que eras la única persona que me importaba no mentí.

-¿Esa frase la utilizas con todos?

-Por favor… no digas estupideces. –Su pecho subía y bajaba ante tan profundas respiraciones. Se acercó al mayor y tomó su mentón.- Dime que no sientes nada por mí.
KyungSoo trató de zafarse pero al final solo pudo desviar la mirada. 

Kai agachó un poco su cabeza para así posar sus labios sobre los contrarios importándole poco o nada que aquello estuviese del todo mal. Necesitaba sentir la calidez de su boca para así no sentir aquel frío que estaba recibiendo de su parte. Sintió un vacío dentro de sí que necesitaba ser llenado por el mayor.

KyungSoo se sorprendió ante ese beso y enseguida lo empujó sin poder creer lo que el otro había hecho.- ¿Cómo te atreves? –Cuestionó con molestia sintiendo sus mejillas encendidas. Miró a las oscuras orbes ajenas como queriendo encontrar la razón de aquel acto indebido. –Vete de mi casa… -Estuvo por levantarse cuando el menor atacó de nuevo, tomó sus brazos y lo hizo retroceder sobre el sofá quedando de alguna manera encima de él. Kai no se privaría de su deseo, no ahora que tenía todo claro, ahora que sabía la verdad. Acercó su rostro nuevamente, en el beso anterior no pudo percibir el sabor y textura de los labios ajenos y deseaba probar tanto como fuese posible. Ladeó unos cuantos centímetros de su cabeza para hacer encajar de alguna forma sus labios a los contrarios, era el primero por el cual sentía algo y no se limitaría sin importar las consecuencias.

D.O forcejeó de nuevo, pero los labios del moreno se negaban a abandonar los propios, su pecho se movía con más violencia que antes. Si antes estaba sumamente atemorizado y nervioso ahora más, abrió los labios con toda la intención de morderle o algo parecido para que le otro lo soltara, pero en cuanto lo hizo sintió como el otro aprovechó para tomar su labio inferior y succionarlos suavemente. No podía negarlo, aquel tacto se sentía bien, estuvo a punto de ceder pero una vez más lo empujo, logró librarse de sus labios unos segundos pero poco después ya lo tenía encima de nuevo.

Kai no dejaría de intentar que correspondiera, las carnosidades contrarias eran robustas, carnosas, perfectas para besar, pero en realidad no lo hacía por eso, sino porque desde que pensó en encontrarse con él había imaginado de alguna manera esa escena, claro sin tanto drama de por medio. 

KyungSoo seguía forcejando, pero Kai era más fuerte, estuvo por aplicar mayor energía cuando sin imaginarlo el otro estaba correspondiendo a su beso. Sus manos lentamente y con temor a que fuese una trampa para escapar, soltaron los brazos del contrario para así aferrarse a su espalda, quería acercarlo tanto como le fuese posible, aunque eso parecía imposible debido a la cercanía que obligó desde el comienzo. Con los ojos cerrados con suavidad dejó que su corazón fuese el guía de sus labios. Abrió sus carnosidades ligeramente para así saborear despacio los carnosos labios del mayor.

D.O no supo en qué momento comenzó a corresponder, sus labios en algún punto se acoplaron a los ajenos. Era temeroso cuando se trataba de las sensaciones nuevas. El pensamiento negativo y de culpa estaba en su mente, pero lentamente fue despojado por las sensaciones que el otro le otorgó. Ciñó sus manos en el pecho ajeno aferrándose a la camisa de éste, los suaves contactos sobre sus labios le hacían tomar confianza para corresponder. Abrió de sus carnosidades con ligereza y succionó con cuidado para luego jalar del labio inferior del menor, un leve sabor metálico de la sangre lo llenó. En lo posible trató de que sus manos no temblaran, trató de que el golpeteo de su corazón no rebasara aquella escala rítmica aconsejable. Simplemente dejó que el contrario tomara sus labios, los rozara e hiciera lo que deseara.

El moreno podía sentir como en su interior crecía una calidez que se distribuía como una onda de calor por todo su cuerpo, el frío que antes sintió por parte del otro había quedado en el olvido. Sus labios y cabeza se movían a la par del contrario, dando suaves roces y mordidas. En un momento sintió como su labio fue rasgado de nuevo, pero sinceramente no importó, ni el sabor metálico de aquel vital fluido le haría despegar sus labios de los ajenos. Con una de sus manos apoyada sobre el sofá sintió la completa libertad para tomar la cadera del más bajo para así hacer completamente imposible que se apartasen sus cuerpos. Su lengua salió presurosa al encuentro con la del contrario, abriéndose paso entre las carnosidades ajenas para así entrar a su húmeda cavidad. La necesidad de querer más que simples roces de labios retumbaba en la conciencia propia.

La diestra del pelinegro viajó con lentitud por el pecho del menor en el cual podía sentir ese palpitar tan acelerado, aunque realmente no estaba seguro de quien de los dos llevaba más velocidad en sus latidos. Su mano izquierda yacía sobre esas hebras de cabellos oscuros suaves en las cuales se enredaban sus dedos. Sus labios se extendieron para así dar un mejor paso a la lengua del otro. Siguió de su vaivén y movió sus labios a la par, no queriendo quedarse atrás de las acciones efectuadas por el otro, su propia lengua ya se encontraba dentro de la boca del otro. Si bien le disgustó un poco el sabor de la sangre no fue suficiente incomodidad como para querer soltarle, además de que no fue mucha la cantidad que se desbordó de los labios ajenos.

Para Kai todo dejó de importar cuando pudo sentir como los corazones de ambos se acompasaron, se hicieron uno en el ritmo, como un profundo sonido de palpitar, aquel melodioso sonido calaba en sus oídos de tan armonioso que éste era. Separó su mano de la cadera del contrario para así llevarla hasta la mano contraría y así entrelazar sus dedos, era un acto quizás un poco tonto, pero realmente su cuerpo parecía moverse solo, quería que sus labios se acoplaran de la manera que lo hacían sus manos. Se acomodó mejor sobre el mayor, abriéndose paso entre sus piernas para quedar así en el centro del otro, así con mayor facilidad pudo acceder a sus labios, a todo él. Con los dientes suavemente tiró del labio inferior ajeno para así tratar de arrancar al menos en esencia lo que el otro era, nuevamente su lengua hizo acto de presencia para así jugar con la del más bajo, primero con suaves masajes y después librando una batalla entre ambas bocas.

Cuando su labio fue jalado, Kyungsoo lo sintió tan real así como el agarre que sostenían sus manos. El pecho ajeno fue juntado con el propio, sintiendo éste subir y bajar con variación mínima pues estaba acorde a los movimientos del propio; sus pómulos fueron sonrojados de un carmesí. Se acomodó un poco cuando tuvo sobre su cuerpo el del menor. Respiró profundo en cuanto pudo pues lo necesitaba más que nunca, aquel beso lo privaba de oxígeno. Correspondía a todo e incluso trataba de estar al mismo nivel ajeno, moviendo de sus carnosos labiales como era debido y sellando el espacio que sus bocas dejaban al descubierto.

El moreno vaciló algunos segundos sobre su hacer aquello o no, pero terminó cediendo ante sus propios impulsos, soltó suavemente su mano para así regresar su mano a la cadera del contrario, se deslizó suavemente por su pierna para luego tomar su muslo, y así pedirle con el tacto suave que lo flexionara las piernas pues el pantalón contrario era muy estrecho y no le permitía posar su cuerpo completamente sobre él. Una vez que logró su cometido su mano regresó a su cadera para así acariciar suavemente aquella zona con el borde de sus dedos. Se separó solo unos segundos para tomar aire, sólo dejó un hueco entre sus labios sin realmente despegarlos. Hubiese suspirado de no ser porque selló de nueva cuenta sus belfos.

Frágil, lo era pero sólo cuando se trataba del más alto, el choque del embriagador aliento ajeno hizo sentirse ansioso y más necesitado de él. Un frío se dio ocupación en su mano por lo que rápidamente procuró llevar al cuello del moreno sus dígitos, acariciando de esa zona con parsimonia y algo de tensión al sentir como su pierna era tocada. Abrió un poco más de sus extremidades inferiores y las flexiono la mayor distancia que su pantalón lo permitió, no quería dar fin a ese momento, pero necesitaba aunque fuese una vez llenar sus pulmones de tan preciado aire. Se dio el tiempo de respirar al momento que se vio libre, apenas si alcanzó a jalar aire, ese aire que le vino como baño de agua fría pues regresó la cordura a sí mismo. Sintió los bordes de sus labios rojizos y ardiendo pues entre tantos roces y saliva sus carnosidades llevaban las de ganar y las de perder al mismo tiempo. Se separó rápidamente sin dejar espacio para arrepentirse. Empujó al menor de encima de si y le levantó.- Ve-te… -Habló entre cortado.- Vete…

Kai estaba disfrutando lo de los labios contrarios cuando sintió como era rechazado por el mayor, sin entender cómo sucedió todo se vio dejando en el sofá. Se levantó e intento acercarse al otro. -¿Qué…?

-No te me acerques… debes irte ahora… -Retrocedió.

El moreno no entendía nada. -¿Por qué?

KyungSoo se cubrió los labios.- Qué te vayas… ¿No me escuchas? –Gritó.- Vete. -Aquellos achaques de culpa llegaron a sí. Caminó a la puerta y la abrió.- No vuelvas a venir nunca… -Ante el signo de interrogación que el otro tenía marcado en el rostro se acercó y lo empujó fuera de su casa, una vez que logró sacarlo cerró la entrada a su casa.

-Abre la puerta… -El otro habló desde el otro lado mientras tocaba.

-¡Vete!

-¿Por qué…? –Kai agachó la mirada pues su móvil comenzó a vibrar, era una llamada de Baekhyun. Apretó los puños pues después de su momento estúpido por no entender nada ahora recordaba todo lo que quiso bloquear, maldijo por lo bajo y se fue.

INSANE (KAISOO)Where stories live. Discover now