CAPITULO 29

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El ambiente se había puesto muy caliente, la humedad de su cuerpo sumada a las fricciones con su ropa no sólo estaba tiñendo su morena piel de rojo, sino que calentaba aquella estancia tan privada. 

Durante unos segundos sus labios se quedaron entreabiertos y una voz no propia resonó. Por su mente pasó la idea de irse, pero no quiso interrumpir la perfección de un cántico ajeno.

Su corta y oscura cabellera fue “tironeada” cuesta abajo por las gruesas gotas de sudor que deambulaban por su rostro. 

Su cuello se tensó un tanto para evitar que en un brusco movimiento su cabeza fuese sacada de su eje (aunque sabía que era imposible). 

Su tono de piel bronceado brilló bajo una capa húmeda de pasiones y esfuerzos exaltados.

Uno de sus brazos se apoyó sobre el suelo tratando de sustentar su propio peso, el de su cuerpo, mientras, el antebrazo opuesto fraguó la cercanía inminente con el reluciente escenario. 

Uno segundo, dos, tres, cuatro y cambió de posición. 

JongIn lo sabía; todo era relativo al tiempo, a los compases, a una secuencia bien establecida donde su anatomía tomaba las formas de un bello arte.

Respirar fue cada vez más complicado, el aire parecía hacerse cada vez más denso y sus fosas nasales cada vez más estrechas, y siendo que sus labios eran fielmente coreografiados por la melodía; prefirió perder la consciencia por el mareo a detenerse. 

Cada folículo de su piel se abrió dejando paso a que sus vellos se erizaran, la voz y respiración que se escuchaba por cada una de las bocinas eran un festín para su órgano auditivo. Sus venas se fueron marcando debido al esfuerzo que tenía que hacer para mantear el ritmo, era extenuante pero sin duda valía la pena. 

La rendija que ahora era su mirada repasó detalle a detalle cada rincón de escenario. Su dedo índice muy apenas logró deslizarse por la línea central de su propio pecho para así llegar a donde su ropa interior ya se asomaba. Los vaivenes comenzaron.

Sus labios temblaron; éstos casi cedían a su sistema respiratorio quien parecía querer soltar exhalaciones irregulares y fueras de tono. Con lozanía puso todo de sí para no perder el control. 

La melodía estaba por concluir. 

Con ayuda de sus rodillas logró recuperar el balance. 

Presionó con su palma contra su zona más íntima. Si había una palabra que calzara a la perfección de cómo se sentía esa zona era; caliente. De seguir aumentando la temperatura terminarían por derretirse cual barra de chocolate.-Uh….-Exhaló con fuerza y las luces cayeron al tiempo que una explosión de aplausos detonaron en sus tímpanos. 

No recordó el haber sentido algo así nunca, cada pulgada de su cuerpo ardía, estaba ahogándose en su propio fuego interno y fue por ello que logró percibir que su ropa estaba levemente humedecida. Se tomó el tiempo para respirar y así calmar el latido de su corazón. 

-Lo has hecho muy bien, JongIn. –Habló Chanyeol quien le alcanzaba una botella de agua.

-¿En serio? Hace demasiado calor ahí arriba. –Masculló el moreno entre risas mientras miraba a KyungSoo.- ¿Te gustó?

KyungSoo asintió con más mejillas enrojecidas, sabía de las habilidades para el baile de su menor, pero nunca antes le vio danzar.-No tengo palabras para describirlo… creo que los aplausos deberían darte una idea. –Comentó antes de apretar sus labios entre sí. Le entregó una toalla a su menor y entonces le sonrió dulcemente uno vez que sus mejillas adquirieron su color natural. -¿Qué canción era esa? 

INSANE (KAISOO)Where stories live. Discover now