décimo quinto

158 21 1
                                    

—¡Iseul! No sonó mi despertador—le gritaba su hermano desde el otro lado de la puerta.—, llegarás tarde si no te levantas ahora.

La muchacha de reojo miró el horario de clases que tenía pegado en la pared. Diablos, tenía dibujo a la primera.

—¡Tengo libre la primera!-le mintió desde la cama.—vete primero, yo iré en bus.

      Junmyeon no dijo nada luego de ese comentario, se escucharon las pisadas de las escaleras como si fuera una competencia de caballos. Salió de la casa muy apresurado chequeando que no le faltara nada.

       En estos días las cosas de la empresa han estado más calmadas pero no quita el hecho que, con su socio, habían prometido llegar super temprano todos los días a mirar los ensayos.

       Por su parte, a Iseul no le importaba mucho. Lo único que quería es ver a su hermanos todos los días llegar a casa a tiempo y que no siga preocupado al punto de que se le caiga el cabello.

     Su teléfono la sacó del trance de nuevo, no era quien quisiera que fuera. Era Jongin.

—Qué.—atendió.

—Wow, qué ánimos. Ya me imagino que no vendrás a la primera hora.—habló para luego reír.

—¿Qué quieres?

Su amigo paró la risa de forma momentánea y tomó aire para contarle.

—Estaba tomando helado con mi padre y me prometió una consola si audicionaba y entraba a una empresa.

    Iseul dejó escapar risas tras escuchar eso. Su amigo era lento pero no tonto. Al dejar de escuchar las mismas risas del otro lado le preguntó:

—¿Quieres que le pregunte a Oppa?

—Sí, porfa. Pero no arregles nada, sólo necesito audicionar. Da igual si quedo o no.

—¿Y tu consola?—preguntó desconcertada.

—Entró la de Historia, te habló luego.

Al terminar la llamada Iseul tomó aire con cansancio. Irónico, puesto que no había movido un dedo desde que se despertó.

—Iseul no es Iseul sin desayunar.—se dijo a sí misma tras escuchar el ruido que provocó su estómago. Dejando su agradable cama, se fue directo al baño para asearse.

         Media hora después y con todas las energías, que no sabía exactamente de dónde salieron, bajó contenta en dirección a la cocina. Uno de sus lugares favoritos dentro de la casa, después de él patio y antes que su habitación.

         Miró el reloj en su muñeca; tenía setenta minutos exactos para llegar a la universidad. Y no es que le preocupara mucho, ya estaba vestida y como siempre todos sus útiles estaban preparados de la noche anterior. Pero además de desayunar había algo que tenía que hacer y que lo venía pensando desde la noche.

        Se decidió y salió de su casa con 4 barras de cereales "para tener energía". Siempre se olvida que las tiene pero esta vez que no había desayunado (por elección) decidió llevarse algunas.

***

—Perdón hija—le dijo el viejo portero.—, me dijo que se sentía enfermo y que no vendría hoy.

   Iseul suspiró. Le mostró una leve sonrisa y le avisó que iría a ver a su hermano.

    Vil mentira.

       Y así como lo planeó apretó el botón del ascensor. Mientras esperaba miraba sus zapatillas rosadas chequeando que no estén tan sucias las puertas se abrieron y por las escaleras de alado escuchó una voz que la llamaba. Su hermano otra vez.

—Hey tú, ¿qué haces?—le preguntó acercándose sonriente a ella.

—Venía a ver a Yixing.—mintió en la desesperación.

Junmyeon elevó una ceja en signo de incredulidad.

—Salió un momento a ver a alguien—contestó mirando sospechosamente a su hermana.—, ¿desayunaste ya?

Cuando no preocupándose por ella.

—Claro que sí—se acercó para colocar su mano derecha en la cintura de él. Luego recordó las barritas y sacó dos para él.—, tú trabajas más que yo.

     Al final Junmyeon le agradeció las barritas y le acercó a la universidad después de dejar unos papeles de la empresa con un amigo suyo. Sobraba treinta minutos así que mucho no le importó.

      En el trayecto Iseul sacó sus apuntes que tenía a la mano para fingir que estudiaba. De paso, Junmyeon le platicaba sobre los nuevos aprendices que ingresaron y los nuevos profesores que contrataron. Estaba un toque más contento al hablar del proyecto que tanto le gusta llevar a cabo.

     Iseul, de paso, le comentó que Jongin quería tener una audición y le preguntó los días. Junmyeon abrió tanto los ojos por esa noticia que su hermana por un momento pensó que se le saldrían. No creía que el "bueno para nada", según Iseul, audicionaría.

—¡Osita!—la saludó con una sonrisa y abrazo a un Jongin felíz.

—Tengo noticias—habló sonriente en medio del abrazo.—, la audición es el lunes—dijo al despegarse de él.—. No conseguí otra fecha, están amontonando muchos para dar una sola audición.

—No hay problema, ya tengo algo planeado. Gracias, osita.

—¡Hola, Hola!—saludó llegando Younggie a lo que sus amigos la miraron raro por la sonrisa y la cálida bienvenida. Ella entendió que le parecía raro y siguió hablando.—Qué lindo es dormir abrazando a alguien que amas.

    Estaba muy sonriente y este día más de lo normal. Iseul captó lo que pasó y dio una sonrisa. Era muy obvio de todas maneras.

      Hablaron un poco más y luego se dirigieron a sus respectivas clases. Como cada jueves, ellas compartían clase y se sentaron una delante de la otra como estaba asignado.

—Jongin va a audicionar para la compañía de mi hermano—contó la noticia. Luego de que la amiga festejó la decisión, Iseul continuó.—. Aunque sea él sí puede contarme sus desiciones y no tener que ocultarmelas.—concluyó. A su amiga no le dieron los tiempos de responder por lo atónita que estaba y por el profesor que había entrado.

Definitivamente tendrían una larga charla.


the trouble it's me ||Kim Minseok||Où les histoires vivent. Découvrez maintenant