cuadragésimo octavo

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-Dame cuatro tomates, una papa, ajo y dos cebollas- le dijo al joven verdulero que atendía.-. ¡Oh, casi me olvidaba! ¿tienen queso artesanal?‐ casi siempre era el más económico y el que más le gustaba a Minseok.

Le encargó la porción y se lo guardó en un film. Después de eso lo sumó y le cobró. Vaya, tan fácil y siempre mandaba a Xiumin a hacerlo por ella.

Distraída, como si nunca nada pasara en la ciudad, caminó con los auriculares puestos. Todavía le quedaban unas cinco calles para la dietética y comprar los fideos. La música iba a un volumen "moderadamente fuerte" y las personas que caminaban a su alrededor cada vez eran menos al ir pasando las calles.

Ni siquiera miraba detrás de ella.

Con el viento sur golpeando su rostro siguió su rumbo hasta llegar sana y salva a él local. Minutos después el sol se iba ocultando tras las nubes, "va a llover" pensó la delgada muchacha al levantar la vista al cielo. Distraída otra vez.

-Hermosa-la llamó un chico de apariencia horrible detrás de ella. Y no es que fuera de las que pre-juzgan a las personas antes de conocerlas; pero ese tipo daba miedo por la pinta súper desaliñada, los ojos ligeramente rojos y un olor a naftalina y soju.-, estoy vendiendo unas flores en aquel local. Y...

-No estoy interesada, gracias.-siguió caminando un poco asustada.

Ahora que no tenía puesto los audífonos cayó en cuenta del ambiente de la calle en la que estaba. Completamente sola. Y sí, pasaban autos pero como estaba por llover las personas se refugiaban.

Y esta vez sí sentía los pasos detrás de ella.

¿Qué debía hacer? Si quería sacar su teléfono, tenía que detenerse porque lo tenía hasta el fondo de la mochila. En un intento peligroso, cruzó la calle en diagonal corriendo y sin mirar los vehículos; estando del otro lado comprobó lo que le erizó la piel, el mismo chico la estaba siguiendo.

Desesperada y con el corazón a mil por segundo, comenzó a caminar más rápido con el temor de que le estén pisando los talones. Y al chequear a sus espaldas chocó con una persona en la esquina. El muchacho se colocó bien los lentes y ella lo reconoció; D.O.

-¡Primo!-lo abrazó desconcertando al chico que mo había tenido tiempo ni de identificarla.

-Me están siguiendo, ayúdame.-le susurró antes de alejarse con una sonrisa falsamente agradable pero que por dentro guardaba todo el miedo habido y por haber.

***

-No está bien que me acompañes, sólo me quedan dos calles.

-Jong In me mataría si supiera que dejé a la dichosa Iseul sola cuando necesitaba ayuda.-habló.

¿Así que habla de mí eh?

Por más que después de ver que el hombre no había aparecido de nuevo en el trayecto, Kyungsoo decidió acompañarla a pie hasta su casa. Sólo por el simple hecho de que quería que esté segura y porque en el momento automáticamente pensó en su hermana de seis años; se le erizó la piel con tan sólo pensarlo.

Hablaron de temas indiferentes desde que se alejaron de aquél lugar. Iseul seguía con la paranoia de que la seguían (cuando en realidad no era así), así que Kyungsoo decidió entablar una conversación absurda de distintos temas para distraerla y, quien sabe, con (mucha) suerte hacerla reír.

-¿Cuántos años llevabas de trainee?-preguntó para seguir con la larga conversación que había iniciado en su momento el muchacho.

the trouble it's me ||Kim Minseok||Where stories live. Discover now