trigésimo primero

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—Kim—exclamó el profesor Lee.—. La primera te la dejo pasar, pero la tercera ya no. Retirese de mi clase, acá no se duerme.

—No me voy a ir—dijo Iseul irritada.—. Soy yo quien paga su salario, si no le gusta puede irse.

     Su opinión hizo que muchos compañeros exclamen de impresión. El profesor Lee era de los que a Iseul más respeto le daba por como enseñaba y como era de tolerante.

Él suspiró ya cansado.—No voy a pelear con usted—se sacó los anteojos.—, directamente le haré un acta y tendrá cinco puntos extras en el examen del semestre.—explicó.

—Qué huevos.—murmuró antes de volver a recostarse.

     Su estado de ánimo había empeorado desde su pelea con su hermano, sumado a esto la separación de Jongin de su grupo de amigos. Desde ése momento no había visto ni su casa, ni su primo, tampoco a Yixing ya que no iba a la empresa para no tener que cruzarse a su Junmyeon.

    Desde ese instante comenzó a pasar momentáneamente sus días en el departamento de Jisoo y su hermana, a quien prácticamente no conocía ya que era estudiante de ingeniería lo que limitaba a verse tres veces en el día. Cuando Iseul la llamó con un tono triste, hizo que el corazón de su amiga se estrujara y la invite a su casa. Si bien le dijo que se quedara el tiempo que quisiera, Iseul no se sentía cómoda.

     Pensó mucho tiempo en trabajar de lo que sea; desde trabajar para las monjas del pueblo ayudando en lo que se puede a cambio de dinero, hasta en limpieza del motel cerca de la casa de Jisoo. Pero también gracias a este pensamiento, y el hecho de que se culpa a sí misma que su amigo de toda la vida deje de hablarle, ha empezado a disminuir los horarios de sueño, sus almuerzos son cada vez en menos cantidad y los desayunos constan solamente en café negro sin azúcar.

    Si no está estudiando, se la pasa buscando trabajo por la ciudad y esto hace que a Jisoo empiece a preocuparle. Ella siempre está para, en cierta manera, obligarle a comer aunque sea la mitad del plato.

   Y en cuanto a su platónico, hace como una semana no lo veía y no pensaba en él. Su cerebro estaba muy metido pensando en otras cosas. Pero en cambio él sí la pensaba, ya le parecía raro que no haya llegado el día siguiente en que se vieron. Si bien se hacía el rudo, las ganas de llamarla para preguntarle cómo estaba le carcomían.

    Volviendo a la realidad; cuando la clase ya había terminado y ella juntaba sus cosas, el profesor se acercó con una hoja. Le estiró el conjunto de hojas y ella las tomó, era su último trabajo el cual pasó con 9.50.

—Usted es una excelente alumna, nunca tengo quejas de usted en ningún ámbito—comenzó hablando.—. Pero he notado que se la ve fatigada—Iseul bajó la cabeza a tal verdad.—, con falta de sueño y más que nada malhumorada.—soltó una risa discreta.

—Tengo problemas nada más, ya los solucionaré. Y respecto a lo que pasó hoy, me quiero disculpar.

—Yo también lo siento señorita—dijo tomando el maletín que ya estaba preparado con anterioridad.—, acta ya fue entregada. Pero no se preocupe, por ser su primer rebeldía puede dar una clase usted a cambio de esos cinco puntos extras que le iba a asignar.

fuck.

—Me parece correcto.—fingió una sonrisa Iseul.

    Antes de retirarse el profesor le avisó que le dejaría el tema y las biografías para que se pudiera ayudar. Le recomendó dormir más, ya que eso haría que su estrés se aliviane.

     Terminó de juntar sus cosas y cruzó las puertas del aula hacia el pasillo. Allí la esperaba su amiga y compañera de departamento con una sonrisa ya listas para irse a casa.

—Buenos días, no veía la hora de verle esa cara de buenos amigos.—dijo sarcástica.

—Me hicieron un acta.—habló explicando.

—¿Le pagaste a alguien?—negó.—¿Entonces?

—Le contesté mal a Lee.—dijo riéndose.

—Es un amargado—revoleó los ojos y enlazó su brazo con el mío colocando su mano en su bolsillo por el frío. Yo repetí su acción y ella siguió explicando.—, en literatura coreana me dijo que aprendiera de una vez a usar bien las puntuaciones y mejorara mi coreano. ¿Sabes lo humillante es que te corrijan con enojo frente a todos? Yo estaba de pie encima.

—Por suerte yo...

—Por suerte tú—miró en dirección donde apuntaba mi mirada.—. Si quieres puedes decirle que somos novias, no te molestará.-bromeó al ver mi cara de shock al ver cómo se acercaba hacia nosotras.

—Hola Minseok.—saludó Iseul. Él repitió el saludo hacia ambas.

—Recordé que tengo que hacer las compras hoy, tengo que irme antes de que cierren los súper.—se desenlazó de ella y le dio un beso en la mejilla para despedirse de ambos con la mano y tomar camino lejos de ellos.

—Qué afectiva.—dijo Minseok.

—Es su forma de ser—le defendió mirando por dónde se fue. Luego lo miró y preguntó:—. Qué extraño que andes por acá.

—Uhm, sólo pasaba—se rascó el cuello con un ligero nerviosismo.—. Ya sabes, fui a hacer unas cosas y me sobró tiempo.

—Ah.

    Pasaron unos segundos donde ninguno emitió una palabra. Iseul tenía unas que quería soltar y Minseok, por su parte tenía muchas que preguntar.

—Y uhm, tu...—dijeron al mismo tiempo.

—Tú primero.—dijo él.

—Ok, lo haré corto porque ya quiero empezar a mover mis pies—él asintió.—. ¿Quieres dormir conmigo?

****

    Minseok se encontraba sumergido en una incomodidad tremenda, no estaba en la casa en la que había ido hace solo unas semanas y tampoco en la habitación en la que habían tenido su "primera cita". Se encontraba sentado sólo en el borde de la cama jugando con sus dedos mientras Iseul se cambiaba de ropa para dormir más plácidamente.

—Perdón si tenías otros planes—dijo llegando a su lado y desarmando la cama y podiendo meterse ambos en ella.—. He tenido unos días difíciles últimamente.

—No tenía nada mejor que hacer.—habló él mirando el techo.

—No me sorprende tu contradicción-sonrió ella y pasó un brazo sobre el torso de él abrazándolo.—. Quédate así unos minutos, Xiumin. Yo cierro los ojos y cuando te quieras ir puedes hacerlo.

    Él se sorprendió un poco por el estado en el que se encontraba a decir verdad. Seguía siendo linda para él pero ahora una ligera expresión de cansancio dominaba su rostro acompañado de ojeras que se dejaban ver sin maquillaje.

   Apoyó su mano izquierda, que estaba debajo del cuello de Iseul, sobre su hombro. Ella se llevó una gran sensación de confort cuando Minseok hizo eso que le soltó un simple "gracias".

    Y no había nada más que decirle, gracias por estar a su lado nada más para dormir.

the trouble it's me ||Kim Minseok||Where stories live. Discover now