cuadragésimo noveno

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   Vio partir con rapidez a la ambulancia que se la llevaba; se la sacaba de sus manos con la esperanza de que volviera sana y salva. De que le sonriera al llegar y espere a que cuente su día; de que discutieran qué cenarían.

Ni él se creía capaz de seguir.

   Porque, si bien tenía al anciano Soowon, nunca nadie lo llenó de una incógnita felicidad como lo hacía ella. Y además de eso, le ayudaba a seguir sus sueños. Porque sí; él no hubiese podido firmar el contrato con la empresa de no ser por Iseul. Le debía todo.

   Y al fin y al cabo sólo quedaron su sombra y él en el maldito barrio. Los vecinos salieron a mirar todo el hecho; cómo la subieron a la camilla y después al móvil, cómo la policía tomaba datos a los que estaban cerca por si vieron algo sospechoso, y lo peor, ver la faceta más vulnerable de Minseok. Y tuvo que ser fuerte, no por tener todas las curiosas miradas nocturnas sobre él, sino porque ya se empezaba a sentir mal y aún le quedaba una larga noche.

   Al final consiguió que lo acercaran a la costosa clínica, que el seguro que pagó Junmyeon, le dejaba ingresar. Con una cara larga y de pocos amigos subió hasta el piso donde estaría predestinada su habitación ya que, como le dijo la recepcionista, estaba en operaciones. Estaba totalmente cansado; tanto física como anímicamente.

Y eso que no había dormido aún desde que ingresó a la ciudad.

-¡Tú!-lo señaló Junmyeon para luego caminar furioso hacia él. El hermano de la susodicha estaba incluso igual a Minseok; los ojos y labios hinchados, ojeras por el viaje; pero a diferencia de él, Jun no temblaba.

-Te voy a matar.-advirtió para luego lanzar un golpe, que venía guardando mucho tiempo, hacia su cara.

   Un golpe vino, luego otro, y otro, y otro. Hasta que lo acorraló contra el muro del complejo. Y entonces Minseok vio sus rojizos ojos; estaban llenos de rabia, bronca y desesperación acumulada. Él también quería una respuesta; también quería que su hermana llegara a sus brazos sonriendo.

-¿Por qué no te defiendes?-le gritó en el rostro. No respondió. Le dio otro puñetazo.-¡Dime!

Escupió sangre antes de hablar.
-Porque me siento peor o igual que tú-levantó su mirada con una expresión seria afirmando:-. Prefiero morir antes que pegarle; yo no le hice eso.

    Se escucharon pasos rapidos en la escalera que estaba contigua a ellos. Era el señorito estrella pop; Jong In. Minseok miró hacia el lado contrario pero ya era tarde, vio todos los golpes que había recibido y la posición de ventaja que llevaba Junmyeon. Lo alejó de él.

-Seguro fueron tus malos tratos de la calle. Le dije que no valías la pena; porque eres una completa mierda.

-Ya está, déjalo Jun.-lo intentó calmar Jong In. Lo llevó a sentarse en el lado opuesto a donde Minseok yacía cansado.

-¡No está segura contigo!-fue el último grito, y el que más retumbó en su cabeza, antes de salir por las escaleras de emergencias a tomar un poco de aire fresco.

Puede que tenga razón.

-Familiares de Kim Iseul-ese llamado captó su atención y se acercó donde estaban los otros dos. El doctor lo miró con una expresión que le dio pereza descifrar.-. La paciente presenta costillas y tibia rotas; se le descolocó el tabique nasal, y tiene un esguince en la muñeca derecha. Por lo que pude apreciar mientras le administraban analgésicos es que parece tener un camino roto.

the trouble it's me ||Kim Minseok||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora