the trouble it's me ||Kim Minseok||

vigésimo tercero

—Sólo llévatelo a tu casa, Yixing. No es tan complicado.—le explicaba por llamada al chino mientras caminaba.

—Te dije que no lo haré, tonta—se negó por décima vez.—. Estoy fuera de tu casa, apúnrate así nos abres la puerta.

  Iseul suspiró antes de hablar:—Estoy a una calle, espérenme ahí.—después de aquella aclaración Yixing se apuró por cortar e Iseul por caminar un poco más rápido.  A ella tampoco le gustaría que le hagan esperar fuera de casa con un niño.

   Al llegar vio al chico alto sentado en las escaleras antes de la puerta. Tenía en sus brazos a Jung Bae, quien se encontraba dormido después de haber pasado una mañana con Yixing en la oficina. Ambos se notaban agotados.

  El muchacho al verla se puso de pie ayudándose por el barandal. Iseul se apuró y se acercó sacando la llave de la puerta para que los tres pudieran entrar. Primero abrió paso ella y le indicó la habitación de Jung Bae.

—Diez años tiene este niño y todavía le cargan a la cama.—comentó bajando la escalera con su amigo.

—Tú tienes el doble de su edad y si estuvieras en esa situación tu hermano también te cargaría.—contraatacó riéndose.

—Pero soy su hermanita.—dijo sonriente.

—Y ahora eres una noona—destacó gracioso el chino recibiendo un codazo de la muchacha.—. ¡Ay, duele!—se sobó el costado.

—Ni que te pegara muy fuerte.—abrió la puerta.

—Le estuve enseñando algunos movimientos de karate a Jung Bae. Ése niño sí que tiene mucha fuerza, no me sorprendería que en el orfanato no le pegara a alguien.—se quejó.

—Si usa su fuerza contra mí me cambio a tu departamento.

—Ni lo pienses. Bueno, me voy.—dijo lo último alejándose de la puerta de los Kim.

—¡Hey!—lo llamó acercándose y haciendo que éste parara su caminar.—¿Estuviste en las audiciones hoy, no?—preguntó. Al asentir éste, Iseul siguió con su interrogatorio:—Seguro recuerdas a Kim Jong In, ¿él pasó?

—¡Ah!—dijo por fin recordando.—¿El moreno alto que bailó?

—Sí, sí, es él. Es mi amigo ¿pasó?

—No te lo voy a decir.

   Iseul siguió rogándole hasta que él subió a su auto. No lo sabrá de antemano si no es por él o por su hermano, que tampoco hablaría.

¿De qué me sirve tener a mi hermano en la compañía entonces?

***

—Llegué—se anunció Junmyeon captando la atención de Iseul.—, traje cosas para nuestro primo.

—Qué bien. Imagino que le compraste una casa en Corea del Norte—después de recibir una mirada de reprimenda de su hermano se retractó sonriente.—. Es broma, es broma.

—Le compré sábanas, juguetes, útiles de primaria. No le quise comprar ropa porque pensé que le quedaría chica si la elegía yo. ¿No es lindo?—preguntó lo último levantando una almohada de Spiderman.

—Recuerdo que de niño siempre quisiste.

—Sí—suspiró recordando con nostalgia.—, éramos pobres y no podíamos gastar en pavadas. Lo bueno es que ahora gasto en lo que quiero.—dijo lo último sonriente y levantando ambos pulgares haciendo reír a su hermanita.

—Jung Bae está durmiendo arriba. No lo molestes o despertará.—avisó.

—Ok, noona.—bromeó sabiendo que no le gustaba que le llamaran así. Recibió una mala mirada de su parte y subió las escaleras.

—Oppa, ¿puedo ir contigo mañana a la empresa?

—Si piensas no molestarme sí, Yixing viajará de nuevo y estaré ocupado.—le contó mientras bajaba las escaleras.

   Su hermana se percató de esto así que levantó rápido la cabeza mirándolo.—¿Dónde dejaste las cosas? No me digas que en el pasillo porque te haré recogerlas.

    Junmyeon rió levemente recordando el suceso que le pasó a Iseul.—Las dejé en la habitación de Junggie. No dejaré que te caigas por las escaleras de nuevo—la despeinó.—. Estuve un mes de sirviente, no fue nada lindo.

—Era tu culpa.

—Jongin también ayudó mientras estabas en el hospital.—acotó entrando a la cocina siendo perseguido por la insistente mirada de su hermana menor.

—Sabes que haría lo mismo si fuera al revés.—concluyó.

—No lo creo—dijo volviendo a la sala con un vaso con agua.—. En fin, ¿quieres pedir comida? Me olvidé de llenar la despensa para la semana.—tomó el celular mirándola.

—¡Dumplings!—sonrió como niña pequeña.