décimo sexto

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   De ese día no hay mucho que relatar. Chaeyoung luego de la clase no le habló ni a Jongin ni mucho menos a Iseul con la excusa de que "tenía un examen y necesitaba estudiar" además de que tampoco tenía ánimos. La vieja confiable.

   Y para qué mentir, la pequeña Iseul se sentía adolorida por la actitud de su amiga. Y qué se puede esperar de una persona a la cual no le mintieron nunca y la trataron como un bebé siempre. Nadie le creería que jamás tuvo este sentimiento en su corazón.

   Lo único bueno de ese día fue el final de la jornada. Cuando llegó a la cafetería, a tres calles su hogar, sintió felicidad al darse el "mimo" de la semana. Pidió lo que iba a consumir y se sentó en su lugar favorito, alado del ventanal.

   Al pasar las horas y reflexionar acerca de cómo encaró la situación con su amiga se dio cuenta que su cara cambió notablemente. También sintió la presencia de alguien; más bien, sintió que alguien la estaba mirando.

   ****

   Al regresar a su hogar, la tentación la guiaba a la bendita casa de Minseok pero sus pies no le hacían caso. Ahora no sabe si agradecerlos o detestarlos.

  Cada diez pasos que daba, era un suspiro que largaban sus labios. En un momento se le pasó por la mente el querer llorar, sus ojos estaban lagrimosos pero su mente decía "es sólo una tontería, estarás bien".

   Al parecer estaba más distraída de lo que enserio aparentaba porque al llegar a la esquina una persona la tomó del brazo para que no cruzara la calle. Estaba en rojo el cruce de peatones y, si no fuese por aquella persona, hubiera cruzado.

—Señorita, tenga más cuidado.—le dijo una anciana a su derecha que también esperaba para cruzar.

  Ella sólo asintió para luego mirar al chico de ojos gatunos quien le agarró del brazo. Ella le agradeció sin siquiera sonreír. Sabía perfectamente quién era.

   Cuando ya habían cruzado él la detuvo y la miró a los ojos, todavía tenía los ojos vidriosos. Nada común en una chica que sonríe hasta para ir a comer.

Ella suspiró antes de contestar a lo que, sabía con seguridad que iba a preguntar.—Nada, no estoy de humor.

  Y quería un abrazo pero de nadie más que de él. De la persona que tenía enfrente con un tapabocas y con la certeza de que rechace la acción y más sabiendo que su amiga puede que la esté vigilando ya que no sabía con qué finalidad lo siguió en primer lugar.

—Me iré ya si no tienes nada que decirme.

   Y es que ella no esperaba que le dijera nada,  estaba cansada y quería un abrazo.

—Por si quieres hablar.—le extendió un papel con un número escrito. Asumió que era de él así que lo guardó en su bolsillo y siguió con su trayecto repitiéndose "no estás mal".

***

—Hasta que llegas, hermana. Preparé...—Junmyeon no terminó de hablar porque Iseul se aventó a sus brazos en un suspiro.

Dios, si les pagaran por suspirar quizás serían millonarios.






the trouble it's me ||Kim Minseok||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora