La vida en Corea del Norte 북한 생활

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El doctor Ling, un león ya viejo examinaba a Livingstone quien comenzaba a abrir sus ojos lentamente, apenas despertó comenzó a sentir dolor en todo el cuerpo pensando que estaba muerto, sin embargo al ver a Bodi frente a él junto a Kov sintió un gran alivio, todo había pasado tan rápido sin poder creerlo aún, el doctor se retiró dejándolos solos en el cuarto del hospital. Fue entonces que Bodi se acercó al león.

-Bo...di- dijo Livingstone con una enorme máscara de oxígeno colocada alrededor de su cabeza- ¿Qué...qué...pasó?

El perro se sentó junto a Livingstone, lo miraba preocupado dado que ni siquiera cuando lo azotaron lo había visto tan débil.

-Te operaron, Livingstone- dijo intentando forzar una sonrisa- te fracturaste el cráneo pero ya han pasado cuatro días...cuatro días dormido- ahora si sonreía- Kion ha enviado al sargento Alex para preguntar por ti.

Livingstone apenas notó que podía moverse, tenía una venda alrededor de la cabeza, fue ahí cuando sintió una punzada cerca de la nuca.

-Te ves tan raro con la melena corta- dijo Bodi mirándolo con cariño.

-¡¿Qué?!- Livingstone abrió los ojos sorprendido- Bodi necesito verme, por favor.

Kov le tendió un espejo que estaba en el armario del hospital, Livingstone con dificultad lo tomó con su pata derecha, apenas lo levantó sintió mucha tristeza al verse en aquel estado, su melena estaba tan corta que parecía otro león, sin embargo tuvieron que cortársela para salvarle la vida, su aspecto no era el mismo de antes, apenas vio un poco su reflejo notó que una puerta se abría frente a él.

Alex Coa Veloz entraba junto con un león desconocido, quien tenía un teléfono especial en su pata derecha.

-Livingstone, te presento a mi tío Júpiter- Kov se levantó mirando al pobre león- tenemos una sorpresa para ti, cortesía del máximo dirigente Kion Ung.

Livingstone levantó débilmente la mirada, observó a un león un poco más grande que él, era delgado con una gran melena café la cara de aquel león transmitía paz, Júpiter le sonreía a Livingstone mientras se acercaba para tenderle el teléfono, Alex pidió a Kov y a Bodi que salieran.

-Sa...Sargento- interrumpió Livingstone- ¿Puede...quedarse...Bo...Bodi?

Alex lo miró a los ojos un poco desconfiado sin embargo acatando las indicaciones de Kion: tener a Livingstone con los mejores cuidados, decidió darle la oportunidad a Bodi de quedarse.

Júpiter le dejó el teléfono a un lado, se inclinó para hablarle a Livingstone en la oreja una vez que Alex se retiró.

-Alguien muy importante quiere saber cómo estás, cinco minutos, amigo.

Livingstone apenas podía pensar, no tenía la menor idea de quién le llamaba, probablemente Kion Ung lo llamaba desde su oficina para saber cómo se encontraba, Bodi se acercó a la cama sonriéndole y animándolo a ponerse el teléfono en la oreja, con mucha dificultad acercó la bocina de aquel teléfono a su oreja derecha para escuchar finalmente quién lo llamaba, el león se sentía muy débil lo único que quería era dormir.

De repente una voz del otro lado de la línea lo hizo suspirar y olvidar todo el dolor que sentía, recuperando sus fuerzas en un instante.

-¿Hola?- preguntaba una voz que hacía mucho tiempo había olvidado- ¿Papá?

Livingstone sintió una esperanza dentro de sí mismo, del otro lado de la línea escucho al león que más había extrañado, Ryan esperaba su respuesta, los ojos de Livingstone comenzaron a llenarse de lágrimas, el león no pudo contener las ganas de llorar.

El secreto de la libertadWhere stories live. Discover now