Un sobreviviente en Corea del sur 한국의 생존자

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Un soldado norcoreano logró escapar del régimen de Corea del Norte, quien iba también con un compañero que lamentablemente perdió la vida en su intento de huir del régimen...

Se trata de Livingstone T. quien fue trasladado de urgencia en helicóptero al hospital central Tae Hong Shuo en Seúl, capital de Corea del Sur.

Por primera vez en la historia de ambas Coreas se ha registrado un escape del lado norte a través de la línea divisoria en la zona desmilitarizada de Corea.

Noticia mundial, no había periódico, red social o noticiero sin hablar a cada momento acerca del suceso histórico, noticia que recorrió el mundo entero en cuestión de horas luego de que Livingstone haya sido identificado por los militares surcoreanos.

Un helicóptero aterrizaba en el estacionamiento del hospital central Tae Hong Shuo, camarógrafos ya esperaban para comenzar a filmar apenas bajaran a Livingstone. El león estaba perdiendo demasiada sangre, cuatro balazos lo mantenían al borde de la muerte; un balazo en su pata derecha, uno en el abdomen, un tercero en el hombro izquierdo muy cerca del corazón y el último en el costado derecho.

-¡ABRAN PASO, ABRAN PASO, ABRAN PASO!- cinco doctores leones y tres leonas paramédicos bajaban rápidamente a Livingstone en una camilla.

Uno de los reporteros de la ONU grabó el traslado urgente de Livingstone hacia el quirófano.

-¡Más oxígeno! NECESITAMOS HACERLE UNA TRANSFUSIÓN DE SANGRE.

Los doctores corrían por el estacionamiento abriéndose paso corriendo a toda velocidad, entraron al hospital esquivando a pacientes y enfermeras corriendo por los pasillos.

-¡LA PRESIÓN ESTÁ MUY BAJA! SE NOS ESTÁ YENDO ¡MÁS OXÍGENO!- gritó un león doctor con anteojos- Más rápido- colocó una mascarilla de oxígeno a Livingstone.

Finalmente llegaron al quirófano, donde con mucha precaución pasaron a Livingstone a otra camilla, mientras el doctor Sam Huo intentaba reanimarlo la doctora Sally Yang conectaba cables al pecho de Livingstone para medir su pulso con la máquina de latidos que tenían al lado de la camilla.

-¡Reanimación! Necesitamos la sangre, Hyae- el doctor llamó a uno de sus compañeros- Trae el dispositivo de descargas, parece que lo necesitaremos ¡RÁPIDO MUCHACHOS! VAMOS.

Livingstone no respondía para nada a la reanimación que le estaban practicando, sin embargo su corazón seguía latiendo, el sonido de la máquina de latidos cada vez era más débil, el león estaba a punto de morir.

-¡Se nos va de nuevo! Quince latidos por minuto, ¡TRÁIGANME LA INYECCIÓN AHORA MISMO!

Una tigresa doctora preparó la dosis que le sería suministrada a Livingstone para que el efecto de ésta inyección lograra aumentar la presión cardiaca.

-¡Aquí vamos!- la tigresa inyectó a Livingstone de prisa.

El doctor Sam continuó con las compresiones en el pecho de Livingstone, pero todo era en vano, los latidos disminuían más y más.

-¡PREPAREN OTRA DOSIS!- el doctor aumentó el suministro de oxígeno de Livingstone- ¡Necesitamos más sangre!

Un león y un tigre, ambos médicos suministraban sangre a través de dos agujas muy gruesas inyectadas directamente a dos de las arterias más importantes que se encontraban en las patas traseras de Livingstone, la tigresa inyectó nuevamente al león mientras que los preparativos para la cirugía de emergencia continuaban para sacarle las balas.

-¡No podemos sacarle las balas hasta que reaccione!- todos en el quirófano se movían de un lado a otro en un intento por salvar la vida de Livingstone.

El secreto de la libertadWhere stories live. Discover now