3. ¿Y si hubiera visto por la ventana?

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8 de julio, 9 de la mañana.

Mamá estuvo toda la noche viendo por la ventana, esperando a que sus hijos aparezcan por el jardín, despierta por si el teléfono llegase a sonar y por supuesto, llorando sin parar.

Yo logré dormir muy poco, le dije a mi jefe todo lo que había pasado y me dijo que me tomara el tiempo libre que quisiera pero que de igual manera el iba a estar mandándome cosas que hacer. Le mandamos a los oficiales toda la información posible acerca de los chicos, fotos, nombres de amigos, lugares que frecuentaban o decían que lo hacían...
Ya no se ni que pensar, ¿que tal si mis hermanos no son quienes dicen ser? Yo les mentía a mis padres a menudo cuando tenía su edad, decía que iba a un lugar pero en realidad iba a otro. Si ellos son así entonces nuestra información no servirá de nada. ¡No, no, no! Tiene que hacerlo, tiene que funcionar.
Me volveré loca si sigo así, si continúo sin hacer nada.

Los oficiales dijeron que era muy pronto el publicar que están realmente desaparecidos, que esperáramos a que fueran las 10 de la noche para poder hacerlo, ya fuera en redes sociales o cualquier otro medio. Cuando pasen las 24 horas...

Me levanto de mi silla y voy hacia el cuarto de Laris, todo esta tal cual como ella lo dejó, no entro en el, tengo miedo de mover algo y que después eso que moví sea una pista o algo por el estilo. Tengo miedo de infectar la escena, tengo miedo de respirar cerca de sus pertenencias... tengo miedo de no volverlos a encontrar. ¡Maldita sea! Ya los estoy dando por perdidos... ¿que tal si no lo están?, ¿Que tal si se quedaron a dormir en la casa de alguien?

¡No! Ellos no lo harían sin avisarles.

Tengo que pensar que están a salvo, por mi salud mental.
A un lado del cuarto de Laris esta el de Lucas, está tal cual lo dejó también, su ropa amontonada en el suelo, cables de cualquier cosa que pueda existir en su cama, cajones y buró. Mamá ni siquiera ha apagado la tele. Pienso que lo hace para pensar que el está ahí, lo cual es algo muy raro. Yo no pienso apagarla, como dije antes, tengo miedo de entrar y mover algo de ambos cuartos.
El tiempo se pasa muy rápido sin ellos aquí, ya van a ser las 11:30 y ninguno de nosotros ha desayunado nada.

- Mamá haré de comer, ¿qué quieres que te prepare?

- Si- dice, claramente no me escucho. Sigue con la vista perdida... en algún punto fijo que yo no soy capaz de ver.

Me dirijo a la cocina, prepararé lo que se que a todos nos encanta, tacos. Saco todo lo que necesito del refrigerador y lo pongo en la mesa, soy una experta en la cocina, mamá me enseñó desde que era una niña, todo lo que prepara ella lo se preparar yo, por esa razón no importaba cual de las dos cocinara, nos quedaban exactamente iguales los platillos. Mientras que a Lucas, quien también amaba...

Ama, ama, ama... ¡no está muerto! Me corrijo.
Quien también ama la cocina, no le quedaban tan bien sus platos que digamos, en varias ocasiones llegó a quemar la cocina. Papá lo regañaba mucho, decía que ese es trabajo para mujeres, que el no debería de hacerlo mientras que mamá estaba orgullosa de él, ella estaba encantada con que a su hijo le gustara ayudarla en cualquier cosa.

Termino de hacer los tacos, los sirvo en un plato, le hablo a papá para que venga a comer, el arrastra los pies, está cansado, unas manchas negras debajo de sus ojos lo hacen más notorio, va y se lava las manos, después vuelve hacia la mesa, arrastra su silla y se pone a comer, desganado, como si por una vez en la vida mi comida fuera la más desabrida.

- Le llevaré esto a mamá.- él asiente, no tiene las fuerzas para discutir conmigo con que "se tiene que comer en la mesa". Me acerco a mamá y pongo su plato en la mesita que está al lado del sofá, en ella está una foto familiar, es de cuando fuimos a nuestra casa en el bosque, aún recuerdo ese día.

Lucas y Laris estaban corriendo por todas partes mientras que yo estaba adentro de la casa leyendo un libro, el ángel no. 12. Mamá y papá ya no me dejaban correr ni jugar mucho con Lucas y Laris, "ellos son niños y tú ya eres una señorita", decían. Yo los veía por la ventana de vez en cuando para no perderlos de vista, cuando de repente Lucas se cayó, su golpe fue un sonido hueco, pero fuerte. Corrimos hacia él para ver cómo estaba, el se reía del dolor que le causaba su golpe. Papá lo cargó y lo llevamos adentro de la casa donde mamá empezó a curarlo, después de ahí ya no pudieron jugar y yo les leí a ambos el libro hasta que derramaron lágrimas.

Quizá debí de haber visto por la ventana ese día.

No estabas en casa, no podías niña tonta.

Cállate. Esto de hablar conmigo misma a veces es frustrante.
Vuelvo a poner nuestra foto en su lugar, mamá se asombra por el sonido que hace el marco al golpear el vidrio, voltea a ver lo que hago y sus lágrimas retornan. No puedo verla así, ya no lo soporto, dispongo a irme a mi habitación cuando suena el timbre. Mamá se levanta casi corriendo para ir a abrir la puerta, papá se asoma por el marco de la cocina, yo también me asomo por las escaleras. Es la policía.

- Buenas tardes señora Cole...- el oficial de retira su gorra a manera de saludo. ¿Tardes?, ¿Qué hora es? 5:30 pm marca el reloj que está en la pared de la sala. A esta hora los chicos estarían llegando a casa...

- Buenas tardes, oficial.- responde mi mamá con voz apagada.

- ¿Podemos pasar? Necesitamos hablar con ustedes.- Por el tono de voz que emplea me temo que no trae buenas noticias.

- Claro, adelante, están en su casa...

- Gracias.- pasa primero el oficial... Scott si mal no recuerdo después la oficial Edda. Ella fue quien nos hizo preguntas ayer en la noche, cuando nos quedamos afuera sentados ya que mi mamá no se quería venir para la casa por si traían a Lucas en una patrulla por haberse metido en problemas de nuevo.
Ambos portan su uniforme y unas ojeras terribles, ¿habrán dormido algo?.

Voy a la cocina y traigo dos vasos de agua, si no han dormido no creo que hayan bebido algo más que café anoche. Vuelvo, les pongo los vasos en la mesita de centro y me siento al lado de mamá en el sofá grande, ella les indica que tomen asiento a lo cual ellos obedecen. Se les queda viendo con una mirada que inquieta a cualquiera para que comiencen a hablar, ambos cruzan miradas, más que eso, parece como si estuvieran jugando a el que parpadea pierde, para ver quien es el que va a hablar. Si continúan así no creo que termine bien, mi mamá no tiene como cualidad el ser paciente.

- Les tenemos malas noticias- comienza a hablar la chica, quien creo que de los dos es la mas indicada para hablar con las familias, el chico parece ser muy agresivo y torpe para hacerlo. Cálculo que ella ha de tener aproximadamente 2 años más que yo, realmente joven para trabajar en la policía, pero bueno, eso no me importa ahora, tengo que prestar atención a sus palabras.-... estuvimos buscando durante toda la noche, hasta hoy en la mañana a sus hijos, no encontramos a nadie que los haya visto. Revisamos en cada uno de los vecindarios y nadie pudo darnos información, por lo cual tenemos la sospecha de que si, ambos han desaparecido.- ¡Vaya, que directa! Me pregunto si el chico hubiera sido más amable.

- Al no obtener información nos gustaría revisar los cuartos de ambos, llevarnos todo lo que consideremos necesario para el departamento y empezar a investigar...- dice él.- Claro, si es que ustedes nos dan permiso.

- Adelante...- dice mi papá, la expresión en su rostro no dice más que "hagan lo que consideren necesario pero traigan a mis hijos con vida". Y eso me asusta.- Los acompaño.

Los oficiales sacan de un maletín guantes, muchos tipos de tubos, hisopos, cubre bocas, entre otras cosas. Papá los espera en la escalera y cuando ellos están listos suben detrás de él. Me dan ganas de subir con ellos, de decirles donde Laris guardaba su maquillaje y Lucas los cables de su computadora con la que entraba al sistema de la escuela para cambiar sus calificaciones. Pero eso es asunto de ellos, yo no soy detective, oficial de policía, agente o lo que sea, que en mi opinión todos son lo mismo.
Prefiero quedarme acá abajo, sin hacer desastre y estar trabajando desde casa.

Así que espero que encuentren todo lo necesario...

No es un crimen si no hay un cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora