45. ¿Café cargado o normal?

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17 de Agosto, 8 de la noche.

Salgo del cuarto de limpieza, despistadamente volteo hacia atrás para ver a García salir de ahí también, directo hacia su oficina. Me avergüenza un poco decirlo pero esto se ha convertido en una rutina, no tengo otra manera más que esta para descargar la furia que llevo dentro.

Duarte me castigó por varios días o tal vez semanas, todo gracias a intentar hacer el bien. No me arrepiento de nada, es mi trabajo asegurarme que los criminales terminen detrás de las rejas y el de ella también, pero yo no tenía pruebas para decir que Duarte no había querido hacer justicia, ni que alguien la había amenazado además ¿quien le creería a un simple oficial de policía?; por lo que Edda me había dicho Pérez puede ser el responsable de todo esto.

Llego a la oficina de mi compañera solo para fastidiarla un poco.

- Hueles a cloro y detergente para pisos, podrías trapear tu casa con tu uniforme- se tapa la nariz con su mano, ¿tan fuerte es el aroma o ella tiene olfato de sabueso?

En estos momentos no estamos haciendo nada o bueno, yo no, ella sigue intentando con los Cole, relee una y otra vez los documentos para ver si se ha pasado algo por alto pero no.
Necesitamos de alguien, algún testigo que venga y diga "¡yo vi a donde se los llevaron!" Que nos cuente la historia completa hasta el último detalle, solo así podemos emprender nuestra búsqueda, a menos que me esté ocultando algo.

Desde que fui a su casa y descubrí su nuevo grupo secreto ya no he vuelto a bromear con ella, no como antes, quiero parecer enojado y que ella se de cuenta, que por una vez me haga caso, que no me ignore, que me pregunte como estoy para yo responderle:

- Ofendido, indignado, triste y solo. Me dejaste fuera de tu equipo.

Pero bueno, Edda es tonta para descifrar lo que los demás sienten, a excepción si se trata de alguna víctima o sospechoso.

- Quiero seguir a Pérez... está ocultando algo, estoy segura...- susurra, aunque no hay nadie en nuestra área por ahora.

- ¿Es por lo de Duarte o algo más?

- Ambas, hay... hay algo en el que no me cuadra. Primero lo de Gael y luego el sombrero en el caso de los Cole.

- ¿Que sombrero?- Ella rueda los ojos pero comienza a explicarme todo con lujo y detalle. ¡Hicieron eso sin mi! Me hierve la sangre, no se si por la rabia o la tristeza, quizá ambas.- ¿porque no hablar con él y ya?

- ¿Estas bromeando verdad?- no, pero después de decirlo me di cuenta de lo estúpido que se oye-. Puedes hacerlo, digo... si quieres perder tu maldito empleo.

No se si Edda ya era así o la influencia de Leah le está afectando un poco, que yo recuerde jamás la había oído hablar de manera tan brusca, ni siquiera empleando palabras como "maldito, idiota o imbécil" se ha vuelto muy grosera últimamente aunque Leah tampoco las emplea demasiado, no si no está enojada, o eso creo, después de todo yo ya no formo parte de su equipo.

- ¿Que te sucede?- me pregunta. Me dan unas ganas de explotar, de decirle todo lo que siento y hacerla sentir mal por ello, pero no, no puedo.

- Nada.- ella despega la vista de sus papeles para verme a los ojos.

- Habla ahora o calla para siempre.- me reiría de eso si este no fuera un momento serio.

- Me dejaste fuera de tu equipo- digo en un susurro casi inaudible. Ella me ve con cara de "¿que dijiste?" Porque se está quedando sorda-... ¡me dejaste fuera de tu equipo!

- ¿De que hablas? Seguimos trabajando juntos...

- ¿Cuándo me ibas a contar sobre lo que tenías con Leah y el chico blanco de cabello fantástico? - ella abre sus ojos en gran manera para después cambiar a un rostro indescifrable.

No es un crimen si no hay un cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora