68. ¿Fiesta mexicana?

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16 de septiembre, 7 de la tarde.

Tuve que hacer todo mi trabajo para hoy lo más antes posible y desde casa para asistir a la fiesta.

Edda se coloca el vestido que le confeccione, le queda a la perfección, es un vestido similar al que le hice a mi hermana hace unos cuantos años, me costo un poco de trabajo hacerlo pero lo termine a tiempo.
Sinceramente me emocione de más al crearlo, el blanco hace que ella se vea un poco más clara de su piel.

- Me pica...- dice. Le acomodo algunas partes del encaje para que ya no le irrite.

- ¿Mejor?

- Mejor- se observa en el espejo y una sonrisa amplia aparece en sus labios.

Lleva su cabello recogido en una diadema de trenzas con una corona de rosas sobre ella, el delantal de encaje color negro le da la silueta de una cintura pequeña. No puedo dejar de mirarla, se ve divina.

Yo, en cambio, llevo puesto un vestido con los colores de la bandera y un águila bordada en el centro del color blanco, llevo realizando este vestido desde hace ya varios meses, no lo había terminado hasta hace dos días cuando me di cuenta que no tenía más opción que asistir a la fiesta.

Paula entra en la habitación vistiendo un hermoso vestido color negro con rosas rojas bordadas y un rebozo del mismo color en su cintura.

Darmian también va vestido para la ocasión, se ve sumamente tierno en su traje de charro, lleva una guitarra pequeña solo para acompañar su disfraz, espero que sea una buena noche.

Nos subimos al auto, la fiesta será en la casa de mi bisabuela, una casa tan grande como para que quepa toda nuestra inmensa familia.

Edda se ve nerviosa, mueve su pierna inquietantemente. Le tomo la mano y solo así parece relajarse. Se que es lo que le preocupa, le preocupa que mi familia no la apruebe, me gustaría decirle que no debe de preocuparse por eso pero sería una mentira, mi familia es muy tradicional y cree demasiado en la iglesia, está apegada a la iglesia cristiana desde tiempos inmemorables y no creo que dejen sus creencias a un lado en esta ocasión.

A mi también me preocupa lo que la familia piense, es importante para mi pero no dejaré que hagan malos comentarios de mi novia.

Esto me recuerda a hace algunos años, cuando yo era una adolescente y mi primo, Oscar, llevo a su novio a una reunión familiar, a mi abuela casi se le salen los ojos de sus órbitas cuando los vio tomados de la mano, no hicieron un escándalo hasta que el novio se fue. Regañaron a mi primo durante toda la noche mientras le recordaban algunos pasajes bíblicos, Oscar también los contraatacaba con el ya conocido:

"Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo"

Mi tatarabuela no lo aprobó, y si ella no lo hacía los demás miembros tampoco, está vez corro con la fortuna de que ella ya no esté viva como para impedir esto; a Óscar lo desheredaron de todo lo que le correspondía solo con el chasquido de dedos de la viejita, desde ese entonces no lo he vuelto a ver.

Observo por el retrovisor a Darmian, va muy clavado en su celular, de seguro le está escribiendo a Madd que estamos cerca de su casa. Ella estaba muy emocionada por venir cuando le hice la invitación, me dijo que no era necesario que le hiciera un vestido, que ella misma quería conseguir su ropa.

- Ve por ella.- le digo a Darmian cuando me estaciono frente a la casa de Madd.

La chica sale contenta de su casa con una blusa de popelina blanca, strapless y con rayas verdes y rojas en la parte superior, lleva un pantalón de mezclilla, unos zapatos blancos, su cabello suelto y un collar de perlas cuelga de su cuello.

No es un crimen si no hay un cuerpoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant