23. ¿Un nuevo hogar?

177 27 0
                                    

28 de julio, 7 de la tarde.

Estoy por llegar a la casa de Edda... ayer acordamos que pasaré unas cuantas semanas con ella para ayudarla con lo que necesite, además de que me haría bien la compañía de alguien que no sean mis padres.

Desde ayer no puedo dejar de pensar en el funeral de Nancy, fue de los eventos más solitarios a los que he asistido, pude notar la furia que sentía su madre al mirar a su tía pero ¿que culpa tenía la señora de que su esposo fuera un maldito depravado?.

La policía encontró mechones de cabello con etiquetas en el cuarto macabro que estaba en el sótano, el tío fue culpado por homicidios múltiples y secuestros el día de ayer; Edda y Scott no pueden meter sus narices en ese caso si no se les autoriza ni en el de Ana, por lo tanto yo tampoco... aunque puedo ayudar sin que se enteren.

Vi al tío de Nancy y por su condición física se que es difícil que el haya hecho los secuestros sin ayuda; el sujeto se cansaba muy rápido por todo, estoy segura de que no podía mover ni una mesa.
Tendré que idearme un plan para averiguar quién fue, eso será después.

Estaciono mi carro frente a la casa elegante de color blanco que está aquí, veo como se mueve una cortina por dentro, Edda asoma su linda cabeza y me saluda para después desaparecer.
Me bajo de mi auto, voy hacia la cajuela para sacar mi maleta, cuando lo hago le pongo candado al carro, camino hacia la puerta principal en donde mi amiga me recibe.

- ¡Hola!- saluda, con mucho entusiasmo.

- ¡Hola, que linda casa!

- Muchas gracias- sonríe, con un gesto me indica que pase.

- ¡Wow! No sabía que con tu salario de oficial te alcanzaría para tanto...- me quedo asombrada ante el lugar; en el primer piso a primera vista se encuentra la sala de estar, es una mezcla de colores blanco y grises con toques de azul turquesa y el verde de las plantas.

- De hecho no...- ríe- es la casa de mis padres, me la dieron cuando ellos... fallecieron.

- Oh... lo lamento mucho.- siento que metí la pata.

- No te preocupes, ya pasó... ven, vamos a instalarte, prepare tu cuarto.- camina enfrente de mi y subimos las hermosas escaleras, el piso de estas es de un color blanco, cada dos escalones está colocada una pequeña luz del lado de la pared, por el momento están apagadas, no se necesitan cuando es de día. No tienen barandal por lo que me pego un poco más a la pared, conozco mi torpeza y no me arriesgaré a caerme.

En el segundo piso se utilizan casi los mismos colores, blanco y gris, a excepción de los adornos; abunda una gran variedad de amarillo, plateado y ligeros toques de morado. Una completa maravilla. Hay un pequeño bar, junto a este se encuentra una pequeña mesa de cristal con sillas de metal, un ventanal del tamaño de la pared nos da la vista perfecta de toda la ciudad.

- ¿No te da miedo vivir aquí?- pregunto.

- No, ¿por qué?

- Porque... digo, es una casa de ensueño pero...- me detengo un poco para formular bien lo que diré.

- ¿Lo dices por qué está encima de la colina, no es así?

- Si...

- Tranquila, esta casa está modificada para lo que sea... tú no te preocupes.

El pequeño bar está separado por una pared que en su interior tiene una televisión, al otro lado de esta se encuentra una pequeña sala de estar, a ambos lados hay un pasillo.

- En el pasillo de la izquierda está el baño y un cuarto para los invitados- me explica cuando ve que analizo su hogar-, a la derecha están nuestras habitaciones, la tuya frente a la mía, vamos.

No es un crimen si no hay un cuerpoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant