29. ¿En quien confiamos?

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2 de agosto, 12:48 del mediodía.

Los sujetos despertaron, pienso que Leah no ha pegado ningún ojo en toda la noche.
Estamos en el cuarto que se supone es de nosotras, le pedí ayuda a Scott para que pudiera identificar los rostros de los sujetos y me mandará sus expedientes; no tenemos autoridad aquí sin embargo tenemos los archivos de todo el pueblo al igual que de Luxforn y acceso a ellos.

Leah tiene su pómulo hinchado y algo verde, todavía trae puesta la ropa de ayer, tiene tierra en ella y su cara con sangre seca, aún así se ve preciosa... como siempre.

— Vaya, vaya... que irónico ¿no? Nos hablas de secuestradores y tú eres una de ellos.

— No soy una secuestradora— dice Leah.

— Si claro... veo que no— dice con sarcasmo el primer sujeto mostrando sus manos y pies atados.

— Les pido ayuda, por favor.

— ¿Y que harán cuando los encuentren, eh? ¿Van a hacerles lo mismo que a nosotros o los invitaran a tomar cafe? Digo... ambas opciones son terribles, morirán si lo intentan.

— ¿Como sabes, los conoces?

— No necesito ser un genio para saberlo— este tipo es bueno para los juegos mentales. Salgo de la habitación para ir con Darmian, está en el comedor, su amigo se fue en la mañana y volverá hasta dentro de un rato.

Esta con la laptop en la mesa y el teclea unas cuantas cosas. Me siento a su lado, él no se da cuenta y si lo hizo pues parece no importarle.
Comienzo a pensar que en realidad no existe un grupo de secuestradores como tal, ¿por qué existiría? ¿Toman el té juntos o algo por el estilo? No lo creo.

— ¡Lo encontré!— estoy a punto de preguntar cuando Andrés entra con nosotros.

— ¿Qué encontraste?— pregunta. Lleva en las manos unas bolsas de tela, creo que es la despensa de la semana.

— Nada... algo de la escuela...— dice mi amigo, cierra su computadora. Andrés no dice nada más al respecto.
Leah baja las escaleras minutos más tarde mientras Andrés acomoda las cosas en el lugar correspondiente, él no sabe que tenemos a unos sujetos secuestrados en su casa... creo. Si se llegase a enterar nos arrojaría a la calle, a nosotras primero y quizá a su amigo después.

No podemos hablar acerca de nada mientras él esté aquí, así que tendremos que esperarnos hasta que salga de nuevo o vaya a su cuarto.
Me llega un mensaje de Scott con todos los archivos que le pedí.

Aquí están, también te envío los archivos de otros que son los más buscados por la policía, por si tienes suerte.

Elimino la notificación, los veré más tarde cuando estemos solos. Leah va hacia arriba de nuevo, directo al baño para darse una ducha supongo, yo voy a nuestra habitación, los sujetos tienen un pedazo de tela en su boca. Lo retiro con cuidado, no por que ellos se vayan a lastimar, más bien para que no intenten morderme o algo así.

— ¿Ya nos podemos ir?

— No hasta que nos den información— digo. Ellos se miran entre sí.

— ¿Que te hace creer que tenemos información?

— Lo dejaste muy en claro hace rato— "mátenme, no les dire nada" fueron sus palabras exactas, cuando aún estaba ebrio—, no eres el único que puede jugar con las mentes.

— Yo no hago eso.— el segundo sujeto es el único que habla, el primero está callado, casi dormido.

— ¿Tú familia sabe lo qué haces?— no responde— tomare eso como un no... ¿que crees que suceda cuando les diga? Porque puedo hacer eso... No busco inculparte, si es lo que piensas, pero me obligarás a hacerlo si no me das lo que quiero.

No es un crimen si no hay un cuerpoWhere stories live. Discover now