Capítulo 7

61 13 10
                                    

Después de estar llorando como por unos cinco o diez minutos en una de las banquillas de bajo de un arbol grande del parque, siento pena conmigo misma, por estar llorando aquí por un estúpido hombre en plena calle y a plena luz del día siendo yo una gran, poderosa y hermosa mujer que se ama a sí misma y se valora y que no tendría que estar en una banca llorando como una niña de 14 o 16 años, si soy una madurande 20 años que jamás he estado sexualmente con ningún hombre, menos con el posesivo de mi novio y, entonces pasa por mi mente que tengo cosas mucho más importante como el estar pensando tonterías.

Cuando regreso a la oficia me pongo a trabajar, ordenar, archivar, botar documentos que ya no son importantes. Comienzo a actualizar las bases de datos, las cuentas y todo eso, mientras hago eso mi teléfono suena con una notificación de mensaje, pero lo dejo para después, pues mi trabajo es primero. Tiempo después me siento feliz y enérgica, aunque estoy rodeada de papeles y mi hermano nada de salir de la oficia, pero no importa, estoy tranquila, pues se me informa que el estúpido de mi novio ya salió de la oficina.

Mientras estoy en mi trabajo concentrada la puerta del despacho de mi hermano se abre y se muestra a mi lindo hermano que Dios me ha regalado y este me llama a su despacho con una cara de pocos amigos. Está vez sí siento que es conmigo la molestia y que me viene una gran regañada de su parte, solo espero salir viva de ahí y no más triste de lo que he estado.

Cuando ambos tomamos asiento mi hermano se queda mirándome muy serio, pero después suaviza su rostro, extiende sus dos manos hacia mi pidiéndome las mías para acariciarlas entre ellas.

-¿Qué pasa, hermano, para que me has llamado? -le pregunto acariciando sus suaves manos yo también.

-¿Qué hacia un chico ayer contigo en casa? -pregunta sin dejar de acariciar mis manos y con voz dulce siempre- La abuela ya se fue al pueblo, mamá la a compaño en la tarde al bus... estaban solos.

Me impacto lo que me está preguntando y lo que está deduciendo. No hay manera de que mi hermano lo supiera. Me quedo impactada e inmóvil y quito mis manos de las suyas cuando él las deja de acariciar con mucho cariño y ahora me observa con un rostro duro y un poquito molesto. Me muevo mucho en la silla, pues no quiero decirle a mi hermano sobre Kris y sobre cómo me salvó después de lo que pasó con Dylam...

-Princesa, te hice una pregunta -insiste mi hermano un poco más exaltado.

Trago grueso y me pongo muy nerviosa y él lo nota y se disculpa inmediatamente por la forma en que me habló.

-Discúlpame... -pide mi hermano-. Debo confiar más en ti -dice dedicándome una bella sonrisa que me relaja-. El imbécil de Dylam te anda siguiendo para espiarte y por él fue que me entere. Antes de que tu llegaras y oyeras lo que oíste fue lo primero que me dijo, que pagó para que le informaran lo que tu hacías y dijo que te vieron meter a un chico a casa y salir unas dos horas después...

-¿Y él sí puede estarme fallando y yo no debo decir nada? -le pregunto molesta a mi hermano, aunque no es con él sino con Dylam. Me levanto y doy media vuelta para calmarme-. ¿Él sí puede golpearme el rostro y yo no debo decir nada? -le insisto y me acerco a paso amenazador a mi hermano y este no se asusta-. Por su culpa casi me viola un tipo súper mayor que yo y en realidad casi lo hace sino hubiera llegado Kris... -las lágrimas salen de mis ojos al imaginar las manos de un señor sobre mi cuerpo-... Eso no te lo dijo, pero si trata de ponerme como una zorra delante de ti, y él quedar como el macho, el bueno y yo como la mala del libro ¡Estoy harta! -termino de desarmarme y corro a los brazos de mi hermano.

Su abrazo es tan fuerte que me impide respirar, pero no me importa, prefiero estar protegida en los brazos de mi hermano que en los brazos de un abusador, controlador y posesivo como el estúpido de Dylam.

Para cuando se hacen las cinco de la tarde y ya nos queda solo una hora para salir reviso mi teléfono y miro un mensaje...

Chat

Desconocido: Hola.

Desconocido: No guardaste mi número, soy Kris.

Daniela: Hola.

Kris: Oye, ¿te gustaría salir conmigo?

Me emociono cuando miro la invitación, pues es vuernes, fin de semana prácticamente y si me agradaría conocer a Kris un poco más a fondo.

Recuerdo las palabras de mi hermano y me preocupo porque Dylam le haga daño a un chico como Kris, que es tan bueno y no tiene que ver nada con lo que él y yo estamos pasando.

Daniela: Lo siento, no puedo salir.

Kris: Entiendo.

Kris: Bueno, disculpa si molesté. Te dejo hacer tus cosas.

-Es hora de irnos, princesa -dice mi hermano para luego pasarme el brazo por la cintura y pegarme a su cuerpo como si fuéramos pareja, le sigo el juego, pero la curiosidad me mata.

-¿Puedo salir hoy con un amigo? -le pregunto como si fuera una niña y él mi padre.

Se detiene de golpe y me voltea a ver impactado y no creyéndose lo que estoy preguntado.

-Daniela, ¿me estas pidiendo permiso a mí para salir con un chico? -pregunta mi hermano sonriendo.

Bajo mi mirada avergonzada de mi hermano y mi reacción, pero él me levanta el rostro con su mano y me acaricia.

-No bajes tu rostro ante mí, hermanita. No me gusta -me besa la mejilla mientras estamos frente al auto-. Ni delante de ningún otro hombre, jamás. Promételo -me mira a los ojos.

-Lo prometo, hermano -le beso la mejilla.

Cuando el auto de mi hermano se pierde de mi vista entro de nuevo a la empresa y me hago cerca del guardia de seguridad mientras saco mi teléfono y le pido a Kris que me pase a buscar y le doy la dirección.

-Por favor, si viene un joven a buscarme dígale que me espere aquí -le pido al guardia y entro al baño.

Para cuando entro al baño y termino de hacer mis necesidades, me limpio el rostro en el espejo, me peino, me hecho un poco de perfume, en resumen, me pongo un poquito más presentable, no sé por qué, no es una cita con Kris, pero tampoco quiero ir toda olorosa a un día duro y largo de trabajo a una cita, por llamarlo de una forma a nuestro encuentro de hoy.

Cuando salgo del baño veo a Kris dar y dar vueltas en señal de desesperación lo cual me da mucha gracia.

-¿Joven, está esperando a alguien? -le pregunto tratando de sonar formal y lo más seria y profesional posible.

-Sí, disculpe. Busco a una joven llamada, Daniela -dice apenado y eso me da ternura.

-Esa soy yo, Kris. Yo soy Daniela, ¿es que acaso no me reconoces por este traje tan formal? -le digo dando una vuelta entera para que él pueda verme completa.

Se queda mirándome fijamente y sin yo pedírselo ni él preguntármelo me da un fuerte abrazo y un beso en la frente antes de ir a saber Dios a dónde se supone que quiere ir conmigo montados en su auto.

¿Seré Suya? 1° ParteWhere stories live. Discover now