Capítulo 28

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Él tiene sus manos en mi cintura y con una lentitud superior a las de las tortugas sube mi camisa. Yo solo puedo disfrutar de las pequeñas corrientes que me recorren el cuerpo entero al sentir sus nudillos rozar mi piel en una dulce caricia. Estoy quieta dejándolo hacer lo que quiera, entoces siento el perfume de su ex volver a mí; no puedo evitar que mi cuerpo reaccioné solo y lo empujé con un gran disgusto.

Él solo me ve sorprendido esperando una respuesta a por mi reacción, yo no planeo dársela, sino más bien le paso a por al lado y salgo del baño. Pues qué cree que con hacer el amor lo resuelverá todo, o que unas simples palabritas y un pequeñito jueguito hará que olvide todo ¡Pues está equivocado!

No. Yo no soy una muñequita ni mucho menos la segunda de nadie, simplemente se equivocó conmigo, yo no le voy a permitir jugar con mis sentimientos. No señor. Simplemente está equivocado si cree que le voy a permitir que me utilice y luego me vote como un trapo ya sucio.

Salgo del baño, me cambio la ropa a por mi pijama de dormir que consiste en un vestido que me llega hasta arriba de mis rodillas. Me suelto el pelo, me acuesto en la cama, y me dispongo a prender la Tv para ver si hay alguna película. Me topo con una película que consiste en humanos casando vampiros: muy buena la peli, ya la he visto y no me cansaré de verla.

Después de unos quince minutos, Kris sale del baño con su pelo mojado y una toalla en su cintura: tiene su torso muy bien trabajado al descubierto. En otra ocasión estaría babeando, pero en esta ocasión simplemente lo ignoro por completo.

—¿Qué ves? —Pregunta mientras busca su pijama.

Su pijama consiste en una franela y un pantalón suave. Al final de haberse cambiado me mira esperando mi respuesta.

—Una película —escupo con obviedad.

Nunca me había sentido de este modo, como si estuviera traicionada o utilizada.

—¿Hiciste algo para cenar? —Pregunta echándose a mi lado.

—No —suelto sin mirarlo.

—Bueno, haré algo entonces ¿Qué quieres? —Vuelve a preguntar mirándome.

—Nada —respondo secamente.

El solo recordar que le hice comida y no llegó para comérsela, me rompe, el solo pensar que me la tuve que comer yo, me rompe aún más.

—Bueno, haré algo para mí entonces —dice para salir por la puerta.

Lloro, soy débil, me duele el solo notar el cómo me rompo yo misma.

Después de unos treinta o cuarenta minutos llega y se tira una vez más al lado mío.  Se pone a leer la Biblia,  después ora y después de todo eso que le toma alrededor de las doce de la madrugada se duerme dándome la espalda. Me rompo otra vez, pero solo me pregunto: ¿por qué Dios? ¿Por qué me haces esto? Se supone que usted es el que castiga ¿Por qué me castiga así?

Escucho el celular de Kris suena avisando que le ha llegado un nuevo mensaje: la curiosidad me mata por lo que tomo el celular y veo que no tiene contraseña por lo que entro al mensaje que le llega y… quedó totalmente en shock.

Princesa 💖

¡Hola amor!
A

las 12:15

Solo deseaba saber ¿Cómo llegaste?
A las 12:16

También te quería decir que me lo pase super hoy, ¡deberíamos repetirlo!
A las 12:17

Deberás que no has cambiado, sigues igual de guapo o aún más guapo.
A las 12:18

Bueno, supongo que estas durmiendo, sueña con lo de hoy porque yo soñaré contigo amor. Dulce sueños mi Rey😘.
A las 12:20

¿Seré Suya? 1° ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora