Capítulo 12

37 8 7
                                    

Despierto con un fuerte dolor de cabeza por los tragos de ayer, pero este dolor no se compara ni un poquito al dolor de mi corazón. Está roto en trozos diminutos y siento un dolor inmenso en mi pecho al gemir en llanto.

Me meto a la ducha a calmar el rojo vivo de mi rostro al tanto llorar por mi hermano. Entonces me pongo a pensar: ¿De verdad, de verdad me ha cambiado por otra? ¿De verdad está decidido a olvidarme? ¿Mi madre tampoco desea saber de mí? ¿De verdad me quedaré llorando como magdalena en vez de luchar por mí?

Entonces hago "clic" en mi cabeza y me decido: "seré otra". Salgo del baño, me pongo ropa sencilla, bajo a ver a mi padre que ahora solo él me importa y es mi única familia. Aunque él unas varias veces me dejó en una etapa que un ser humano necesita más que a nada a su padre "la niñez" pero ellos me dejaron cuando estaba en un hospital "muriendo" por mi exnovio.

Sí, la niñez es más dolorosa, pero un balazo también duele, así que decido que necesito estar "sola" conmigo misma en estos momentos.

-Papá -lo llamo en la cocina.

-Oh, princesa, ya despertaste -dice tierno acercándose y dejando un casto beso en mi frente.

-Papá, necesito que me escuches -le digo seria.

-Claro, ¿qué pasa? -se pone nervioso.

Nos sentamos en la mesa del comedor. Tomo del café que hizo papá preparándome mentalmente para contarle sobre lo que estuve pensando en el baño.

-Papá, estuve pensando en irnos de viajes juntos por un tiempo -suelto sin verlo a los ojos, con mis ojos fijos en el café como si hay algo grandioso dentro de él.

-¿Estás segura, princesa? -lo miro, y no lo veo molesto o sorprendido "no" nada de eso, tiene una bella sonrisa.

-Estoy muy segura -suelto decidida.

-¿Por qué? -se atraganta mi padre por la propuesta tan magnifica que le acabo de dar-. ¿Por qué haces esto, princesa? -pregunta muy curioso.

-Necesito tiempo para mí... -le doy a saber-. Tanto para pasar tiempo contigo papá como para estar sola -soy honesta dejando que por fin sean libres mis lágrimas.

Papá al ver mis lágrimas se levanta rápido y me abraza dándome paz. En mi interior roto y destruido me siento débil, inútil, sola, vacía y derrotada.

Después de llorar mucho miro a mi padre así dejando ver mi dolor interior y exterior abriéndome a él.

-¿A qué país te gustaría ir?

Intento dejar mi dolor a un lado para no continuar incomodando a mi padre, porque sé que es incómodo para los hombres estos tipos de escenas.

-Bueno eso no lo sé en verdad -veo como me deja de apretar a su cuerpo.

-¿Qué te parecería, Hawái? Ahí hay bonitas playas -dice sonriendo con ilusión-. Y yo no me he dado el gusto de disfrutar -sonríe-. Me parece bien, sí a mi princesa le parece bien.

Me ha estado gustando ser la princesa consentida de papi, pues ayuda a superar la depresión por parte de mi hermano.

Al haber convencido a mi padre a cumplir mi capricho tenemos que pasar toda la mañana en búsqueda de vuelos y compras. Solo compramos lo necesario. Y ahora nos encontramos descansando en un café.

-¿Cuánto tiempo nos quedaremos?

-No lo sé -contesto.

-Nos podemos quedar el tiempo que quieras.

-¿Deberás no te molesta la idea?

-Claro que no, me sienta bien un tiempo de descanso.

-Y ¿cómo va tu empresa?

-De hecho, deseaba hablarte de eso.

-¿Qué pasa? -me preocupo.

Tengo miedo de que algo ande mal con su empresa, pues mi padre va muy al pendiente con su empresa y él me había contado que su padre le quería dar la empresa, pero la rechazó diciendo que quería empezar desde abajo solo. No sé en qué quedo la empresa ante su rechazo después.

-Sabes que te conté que deseaba darle mi empresa a tu hermano.

-Si.

-Como puedes notar él no desea saber de mí por lo tanto tampoco nada de mí.

-¿A qué viene todo esto?

-Hija, sabes mucho de empresas gracias a que ibas en los zapatos de tu hermano. Quiero darte la empresa, sé que mejores manos que las tuyas no hay.

-¿Y tus otros hijos?

-Por ellos no te preocupes, cariño.

-Papá, no sé qué decir.

-Solo dime un "sí o no".

-Papá, no puedo.

-¿Por qué?

-Estuve pensando mucho en mi futuro, y en mi proyecto de vida, y quedé en que deseo crear mi propia empresa igual que tú papá.

Él se queda en trance ante mi confección y no lo culpo, pues ha estado siendo una mala imagen para mí, pero sigo encontrando lo bueno en él.

-Creo que puedo ayudarte con eso, entonces -esboza una bella sonrisa.

-¿Cómo?

-¿Te acuerdas de la empresa de mi padre?

-Sí.

-Puedes empezar de sus cenizas -dice sonriendo-. Sé que puedes...

-¿En serio?

-Sí, mi niña.

Me lanzo a abrazarlo muy feliz.

-Pero, ¿dónde se encuentra? -prengunto a la vez que me separo de él.

-En Canadá.

-Y, ¿tendrá...?

-¿Playas? Sí.

-Bueno entonces lo de Hawái...

-No hay porque posponerlo, podemos ir a Hawái y luego a Canadá, o al revés o, como gustes -sonríe.

Estoy empezando a abrirme más con él, lo siento y eso me hace feliz.

-Me gusta la idea -confieso esbozando una sonrisa también.

Y, así me doy la idea de que ya no volveré a ver a mi madre y a Jasón por lo menos un tiempo, pero no me pongo triste, pues es por el bien de todos, así tienen tiempo para ellos pensar en lo sucedido, y en si me quieren perdonar o no. Así puedo también cumplir mis sueños de empresaria "jefa de mi propia empresa" así puedo ir a playas, así puedo pasar ese tiempo perdido con mi padre y, así puedo acabar mis estudios sin ningún estrés o complicación.

No sé, espero espero estar haciendo lo correcto por primera vez y no tener que arrepentirme conmigo misma después. Además, si lo pienso bien, así también me estoy alejó también del celoso y posesivo de Dylam. Puede que sí este haciendo bien por fin.

¿Seré Suya? 1° ParteTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon