Capítulo 15

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Me despierto y recuerdo lo sucedido en la mañana con mi padre y Kris. Veo la hora que son las cinco y media. Me pongo a recordar, recuerdo que me vine a mi habitación, me puse anotar cosas para las empresas. Entonces recuerdo que me tengo que ver con mi padre a las 6 en las piscinas, por lo que me meto al baño, me alisto para verme un poco decente a la ocasión. Cuando termino me veo al espejo y veo mi atuendo que consiste en: un vestido azul marino claro, unas zapatillas grises y mi cabello rizado de un rojo atardecer.

No soy bellísima pero tengo mis dotes, mis caderas un poco anchas como de bailarina, mis pechos naturales no muy grandes pero tampoco muy pequeños, mis piernas un poco gordas, pero duras por el ejercicio que hago después de salir de la empresa al trabajar con mi hermano. También mis nalgas no son planas, al contrario, tengo muchos gluteos, como mi madre, solo que ella es super. Ella es bajita como yo, de pelo corto liso y unos labios rosados hermosos, tiene mucho busto que pensarían que son hechos, pero no...

" Tac... tac... tac..."

Salgo de mis pensamientos al oír la puerta ser tocada con decencia.

-Adelante -miro hacia la puerta despegando mi vista del espejo, de donde me admiraba hace un momento.

-Disculpe, le esperan en la piscina su padre y el señor.

Miro al chico guapo y lo recuerdo perfectamente bien. Él es el chico que me ayudó a encontrar a papá, se ve muy atractivo con esa ropa de persona importante.

-Gracias por avisarme -sigo viéndolo. Se apoya en el marco de la puerta y se ve aun más atractivo.

-No tiene por qué agradecerme nada, señorita.

Por alguna razón esas palabras me traen a la mente la imagen de Kris.

-¿Puedo saber su nombre, caballero? -pregunto caminando a su dirección ya con mi bolso en mano, y con todo lo necesario en él.

-Me puede llamar, Adam.

Eso me trae a la mente la imagen de Dylam y las pesadillas constantes.

-Bonito nombre, Adam -digo parando mis pasos estando ya enfrente de él y la salida de la habitación.

-¿Puedo saber el suyo, señorita?

Es tan educado, no como Dylam, ¿y por qué yo lo comparo con Dylam? Él no tiene nada en comparacion. Es educado, respetuoso, amable... es un caballero a diferencia de el animal que es Dylam.

-Claro, me nombre es, Daniela -le regalo una sonrisa.

En realidad, no entiendo por qué aún no puedo sacar de mi cabeza a Dylam.

-Bonito nombre y perfecto para una chica tan hermosa como usted -comparte la sonrisa.

«¿Eso fue un halago o me está coqueteando?».

-Oh, muchas gracias -me he sonrojado.

-Le parece si la acompaño -suelta echándose a un lado, permitiéndome salir.

-Por favor -le invito.

Él solo asiente.

Y así lo sigo en dirección hacia mi padre. Mientras, me pregunto por qué pasó a buscarme a mi habitación digo, no puede ser simple coincidencia que sepa dónde queda mi habitación.

-Por cierto -se detiene para verme-, si se pregunta cómo sé dónde queda su habitación su padre fue el que me dijo

«¿Acaso se ha infiltrado en mi cabeza y ha escuchado mis pensamientos, o qué fue eso?».

Después que me confiesa eso, nos seguimos camino a dónde está mi padre con Kris, el que aun no entiendoque hace aquí.

-Oye -supongo que Adam tiene que saber.

-¿Si?

Ruego porque sepa.

-¿Sabes por qué Kris está aquí?

-Vino porque su padre y él son amigos. Trabajan juntos -se escucha tan obvio.

-Hija.

«¡En qué momento llegamos!».

-¡Papá!

Me siento a su lado, mientras Kris está sentado al frente y Adam está parado al lado de Kris como si fuera un... ¿guardaespaldas?.

-¿Qué hace él aquí, papá? -pregunto curiosa.

-Hija, él es Kris Maslow, tu nuevo socio de trabajo.

«¡Qué!»

-Disculpa, no ando entendiendo nada, papá -confieso muy confusa.

-Verás, él me contó cómo se conocieron y le quería agradecer de algún modo que haya salvado a mi princesa, en cambio, él me contó que estaba dispuesto ha echarte una mano con lo de las empresas.

Estoy en las nubes, creo no llegare comprender a este chico.

-Queríamos saber si estás de acuerdo.

-Me gustaría que me permitas hablar con mi nuevo socio... a solas.

-Claro -veo como se levanta mira a Kris y se me acerca para dejar un casto beso en mi frente -. Nos vemos en el comedor para desayunar -y con eso dicho, se va.

-¿Me consideras tu socio?

-No, más bien deseo saber que tienes entre manos.

-¿Crees que planeo algo?

-¿No es eso lo que quieres decirme?

-¿Por qué tendría algo contra ti Daniela?

-Eso quiero saber.

Sonríe al verme en posición defensiva.

Tiene una risa bella...

-¿Qué es tan gracioso?

-Adam -lo llama.

«¿Por qué lo llama?».

-Sí, señor -le contesta.

«¿Por qué lo llama, señor?».

-Déjanos solos -le pide.

Eso me asusta.

-Está bien...

-¿Por qué le dices que se vaya? -le interrumpo.

Adam se me queda observando, como si esperará la respuesta de Kris también.

-Es para que no se sienta incómodo.

Buen punto, ahí parado como una estatua ignorado por ambos. Qué vergüenza.

-Estoy bien, señor -contesta sonriendo.

«¡¿Por qué lo llama siempre así?!».

-Está bien entonces.

-Dime, Kris -le vuelvo a hablar -. ¿Por qué le dijiste eso a mi padre? -le pregunto viéndolo fijamente a sus bellos ojos-. ¿Por qué le propusiste ser mi socio?

-¿De verdad deseas saberlo?

-¡Responde ya! -me cabreo del tanto divague por su parte.

-Aun sigues siendo una maleducada.

-Es que me agotas la paciencia.

-¿Así planeas actuar en una reunión de negocios?

Esa pregunta me ofende.

-¡Eso a ti no te concierne! -me enojo. Y si, con mucha facilidad.

-Seré tu socio... -sonríe- ¿Estás segura de que no me interesa? -pregunta sonreído-. Si seré tu socio deseo ser socio de una persona que sepa hacer bien su trabajo -y se larga dejándome esas palabras en el aire.

«Me acaba de decir que no sirvo para ser empresaria ¿o qué? ¿Qué fue eso?».

Me voy con esas palabras en la mente dando vueltas sin parar al comedor y me topo con que estará en el desayuno. Sin que me noten me devuelvo por mis pasos hacia mi habitación al llegar me tumbo a reflexionar en mi cama.

¿Seré Suya? 1° ParteWhere stories live. Discover now