Capítulo 25

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Para cuando abro los ojos Kris no está a mi lado en la cama, me alarmo de inmediato, pues su lado de la cama está vacío pero la puerta está cerrada por dentro lo cual me dice que él está en el cuarto aún. Es que él tiene la maña de cerrar la puerta del cuarto cuando dormimos. Cuando me levanto de la cama y la rodeo miro a Kris en el suelo envuelto en las sabanas y empiezo a reírme al enterarme de esta manera del mal dormir que tiene.

Decido dejarlo dormir ahí tirado y enrollado en las sabanas como un burrito. Voy a preparar el desayuno para que cuando despierte se levante a comer. En mi interior algo me dice que este día va a ser de bien, de felicidad, paz, amor, tranquilidad y muchas cosas buenas. Para cuando termino de preparar la mesa son las 7 de la mañana y Kris viene saliendo del cuarto recién bañado, vestido formalmente y perfumado con un perfume muy... fuerte como a mí me gustan en los hombres, perdón digo en él, bueno también en los hombres, pues mi hermano usa perfume fuerte también.  Me enojo por estar recordándolo y amargando tan linda  mañana con Jasón.

—¿Vas a salir? —le pregunto a Kris una vez miro que agarra las llaves y su saco y se ve con mucha prisa.

Al oírme hablar y verme servir su vaso de jugo de naranja se queda inmóvil y me dedica una mirada de pena.

—Lo siento…

Golpeo la mesa con los cubiertos al tirarlos y  lo observo inmóvil. Al ver que no dice nada, que tan solo se queda callado ahí plantado como si inventara alguna escusa valida o tan solo se va, pues al parecer ñleva prisa, me enojo más y subo al cuarto con lágrimas en mis ojos, no le importa despreciar mi desayuno, él había preparado ya un desayuno para mí y yo gustosa lo disfruté, ahora yo me he levantado temprano para prepararle un desayuno a él y tan solo dice un misero: lo siento. Ahs, no lo siente nada, seguro que no siente nada ni siquiera miro la mesa di no hubiera hablado estoy segura hubiera slido por esa puerta sin miriento.

Cuando estoy por abrir la puerta para luego encerrarme con seguro por dentro, él me toma de las caderas y me presiona contra su cuerpo, me sostiene de las manos sobre mi pecho, rápidamente me abraza con sus dos brazos a por el estómago soltandome de su agarre brusco.

—Dije que lo sentía —me aprieta con fuerza pero sin llegar a lastimarme.

—Suéltame… —lloro, pero no de dolor sino de rabia.

No lo hace más bien se aferra a mí y me hace voltearme para quedar cara a cara con él.

—Mírame, por favor —intenta levantar mi rostro por la barbilla, pero no lo dejo hacerlo.

—Me pudiste a ver dicho que ibas a salir ayer antes de dormirnos, así no hubiera hecho el desayuno para ti —lloro frente a él, y sí tal vez sea tonto por lo que estoy llorando, pero... quería hacer algo bonito para él, y a él no le importó.

—Yo tengo algo mejor para ti para recompensar el desayuno que no tomé hecho por ti —dijo acariciando mis mejillas y mis labios mientras me mira los labios con los sus ojos perdidos y llenos de deseo.

—Bueno —digo por fin resignada.

La verdad que sigue punsando el dolor en mi pecho, aparte de haber ignorado mi esfuerzo para hacerle el desayuno también lo lanza a la basura prácticamente. Dijo que tiene algo mejor como si lo que hice no fuera nada. Ni siquiera lo despido ni observo cuando se va, él me da un beso en la frente antes de alejarse pero no le digo nada.

Para cuando Kris regresa a la casa yo ya tengo el almuerzo preparado y ya me he desayunado el desayuno que era para él. He limpiado la casa, la recámara, la cama tiene dobladas sus sabanas he trapeado el piso de toda la casa, he regado las plantas, me he dado un baño después de todo eso, me he puesto a ver capítulos de mis series favorita y muchas cosas más, todo, mientras lo estaba esperando de regreso, ya para las dos en punto el almuerzo está servido y ahora sí lo obligaría a comer o me vería enojadísima.

¿Seré Suya? 1° ParteDove le storie prendono vita. Scoprilo ora