Capítulo 13

35 8 10
                                    

Tengo los boletos en mis manos las maletas de mi padre, las mías, preparadas todas desde un día antes del viaje y tengo en mi tablet todo lo que haremos, el hoteldb donde dormiremos y restaurantes donde comeremos, tipo un control de hasta lo que diremos.

-¿Cariño, qué haces tanto? -pregunta con curiosidad mi padre al verme marcar en la tablet sin parar.

-Pues trabajar, revisar estadísticas y más cosas...

No llego a terminar de hablar pues me quita la tablet de las manos y la guarda.

-Es un viaje para relajarse, no un viaje de trabajo, así que busca unos cuantos bikinis y cosas así como: bloqueador solar y toalla para poner en la arena, gafas de sol, no documentos ni internet portátil para estar trabajando, es más te lo prohíbo que trabajes todo este tiempo que estemos de viaje -dice guardando la laptop en una maleta también.

-Pero...

-Nada señorita, pero nada -dice sonriendo para luego comenzar a hacerme cosquillas y eso me trae a la memoria a Kris...

-Papá, alto. Por favor, detente -le digo cuando rio, pero me molesto -. ¡Alto! -le grito molesta y me pongo enojada en segundos.

Su rostro se pone pálido y su sonrisa se pierde, pero no dice nada y yo ni siquiera me atrevo a disculparme. Es que cuando me hacen cosquillas me recuerda a Jasón y a Kris y no los quiero recordar.

-Yo... yo... en verdad lo siento, no quise gritarte -le digo apenada -. Solo que las cosquillas para mí ya perdieron ese toque bonito y especial, por favor entiende y no vuelvas a tocarme así -le digo dolida porque lo estoy lastimando y solo por estar recordando a mi hermano y a Kris.

-Entiendo -dice mientras se arregla su ropa y sale de la habitación, pero antes de salir vuelve a mí-. Salimos a las diez de la noche hacia al aeropuerto y de ahí salimos como a las doce a Hawái, cariño -dice para luego marcharse.

Cuando vamos los dos solos en la oscura carreta el sueño me está matando, pues no me gusta desvelarme mucho...

-Cariño, duerme un poco yo te despierto cuando lleguemos al aeropuerto -dice mi padre.

Mi padre activa una palanca y mi asiento se reclina hacia atrás para que yo pueda dormir.

-Gracias, papá... -bostezo para luego cerrar los ojos y relajarme.

-Duerme, cariño, yo te despierto cuando sea necesario... -su voz se va apagando y no oigo más.

Para cuando abro mis ojos estoy con mi cabeza en las piernas de mi padre y me despierto por el constante zarandeo de sus manos sobre mis hombros.

-Es hora de abordar, cariño -dice mi padre sonriendo.

Al ponerse de pie comienza a falsear, pues su pierna derecha se ha dormido por soportar mi cabeza y parte de mi espalda mucho tiempo sobre ella, al menos durante unas tres horas aproximadamente.

Cuando vamos caminando rumbo al lugar donde tenemos que pasar primero para poder sellar, hacer las demás cosas que hay que hacer para abordar el avión, siento la paz en mi interior y las fuerzas nuevas, pues el sueño se ha acabado ahora puedo sonreír feliz por volver a montarme a un avión, solo imaginarme la playa, las olas y los cocos, bananos, que me esperan en Hawái me hace olvidarme de mi hermano, mi madre, de Dylam, de papales, documentos, internet, y en resumen de mi anterior vida...

-¿Lista para disfrutar tu aventura con tu padre? -pregunta mi papá.

Asiento.

»¿Sabes que cruzando esa puerta no hay vuelta atrás? -pregunta sonriendo.

-Sí señor, y no me importa, yo quiero ir a comer cocos después de beberme su agua en una silla playera viendo el atardecer y luego cenar un pescado asado, dormir en la arena de la playa y...

-Bueno, bueno -ríe mi padre -. Calma, sé que estas ansiosa, pero aun ni nos hemos montado hija mía -sonríe mi padre para ayudarme con la maleta y luego echarme su brazo por mi espalda y entramos al avión.

-Dylam no, por favor -tiemblo cuando me quita la ropa con violencia...

-Me has llevado de espera en espera, pero ya no aguanto más, vas hacer mía está noche -dice mientras continúa besándome el cuello por encima de mi ropa buscando cómo desnudarme...

Yo solo puedo moverme y retorcerme en la cama nada más eso puedo hacer, pues su cuerpo lo usa como un impedimento para que yo no pueda moverme.

-¡Kris, ayúdame! ¡Krisss!-grito al verlo entrar en el cuarto, pero parece no poder ver ni escucharme, pues no se mueve ni reacciona-. ¡Ayúdame! -grito cuando su sexo acaricia el mío, pero ya es tarde las sábanas están manchadas con mi sangre...

-Cariño, despierta... despierta, Daniela...

-¡No! -pego un grito y de mis ojos se escapan lágrimas.

-¿Necesita ayuda, señor? -le pregunta uno de los azafato que llega en cuestión de segundos después de yo haberme despertado por la pesadilla.

-Solo tráiganme agua para darle, por favor -le pide al joven muy amable que me mira con preocupación.

-¿Cómo llegué aquí? -le pregunto al verme acostada en una cama igual a la de mi sueño -. ¡No quiero estar aquí! -le grito y me levanto de la cama descalza y me acerco a mi padre.

-Aquí está el agua -dice ofreciéndome el vaso de cristal.

-Bébela despacio -me habla con dulzura mi padre.

-Señor, me gustaría revisar a su hija -le pide el joven.

Me atraganto con el agua que tomo, pues me imagino al joven tocándome como lo hacía Dylam en mi sueño.

-Estoy bien -contesto rápido-. ¡Solo no me toques, Dylam! -le quito la mano de mi espalda de un empujón a mi padre, pero hasta después veo que es él.

Nadie dice nada, solo me vuelvo a sentar en la cama mientras el joven se marcha un poco asustado por mis reacciones locas, pero mi padre permanece a mi lado mientras volamos sin nadie de acompañante solo el que maneja, el joven, mi padre y yo...

-No te acerques más -le pido desesperada-. Solo déjame a solas, por favor. Sal de aquí y déjame sola. Estaré bien, lo prometo, pues nada malo me podrá pasar estando en el avión.

-Está bien, hija. Estaré afuera esperando a por ti por si me necesitas -sale y cierra la puerta tras de sí.

¿Seré Suya? 1° ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora