Capítulo 13: En otras vidas

7K 774 54
                                    

 (CORREGIDO, DIC. 2021)

Alejandro

He sido un estúpido, un idiota y un tonto por casi toda mi vida, mientras sufría casi de a gratis.

¿Cómo pude no haberme dado cuenta durante tanto tiempo que ella estaba sintiendo lo mismo que yo? Luna me ha amado por años y yo la he amado de la misma manera, desde siempre.

Mi pelusa me ama, ella me ama.

Maldita sea, en realidad, ya no quiero pensar en cuán tonto fuimos los dos al haber sabido esconder tan bien nuestros sentimientos el uno del otro, convirtiéndonos en los mejores actores de la tierra, francamente, solo quiero pensar en que hoy es y será el mejor día de toda mi vida.

Recordaré lo bien que se sintió besarla por primera vez, sus sonidos dulces, la suavidad de su piel lechosa, la que como siempre soñé he podido tocar sin reservas y deleitarme con su dulce textura, sin contenerme, sin tener que buscar un pretexto para tocarla, poder abrazarla como siempre quise hacerlo e incluso mirarla sin tener que esconder lo que siempre he sentido, ya que era como si cada vez que tenía que disimular lo que sentía sintiera una daga ardiendo clavándose en mitad de mi alma.

Estoy tan contento.

— ¿Desde cuándo, Alejandro? —me había preguntado hace unas horas, sobre mi regazo y mientras las horas se nos fueron pasando entre besos y besos. Nos debíamos, nos debemos, millones de ellos.

— ¿Desde cuándo qué, pelusa?

Levantó sus manos y tocó mi mejilla, cálida, suave y cuidadosa.

— ¿Desde cuándo me... quieres?

—Desde siempre te he amado, Luna —murmuré. Acaricié sus labios y mejilla, mi corazón apretándose y aflojando al mismo tiempo. La oí suspirar hondamente—. Te amé desde que con nueves años vi como aquel estúpido niño te empujó y te hiciste daño, vi tus ojitos llenos de lágrimas y no creía que podría sentir un dolor tan grande, porque tu dolor se convirtió en el mío propio multiplicado por cien. Te amé desde aquel día que no importándote que yo tuviera la varicela y sabiendo que corrías el riesgo de infectarte, quisiste estar a mi lado y no hubo nadie quien pudiera impedirlo. Después estábamos los dos llenos de granos —ella rio, yo también, robándole un beso a su sonrosada mejilla—. Te amé... desde que me dijiste que tu constelación de estrellas favoritas era la Osa Mayor, pues descubrí que también era mi favorita. Te amé desde que sentí los primeros deseos de mantenerte dentro mis brazos para protegerte del mundo, a pesar de saber que eres ruda y que sabes cuidarte sola. Te amé desde que te vi llorar por días cuando murió Tormenta, tu cabello favorito... Te he amado por mucho tiempo, Luna.

Se dejó caer en mis brazos, cubriéndome el rostro de besos. Yo no pude parar de reír y no hacía más que darme palmaditas de felicitación en la espalda por haber hecho caso a Hailey, dejando atrás mi cobardía y finalmente decidiera decirle a la mujer que he amado incluso desde otras vidas, sobre mis sentimientos.

—Dios, hemos sido tan tontos ambos y quiero darme de porrazos contra la pared ahora mismo por eso.

Presioné mi frente contra la suya, dándole un beso a su fina nariz.

—Yo también, pero eso ya no importa, pelusa. No importa cuán estúpidos y cobardes hayamos sido durante años para confesarnos nuestros sentimientos, eso ahora es pasado —mascullé, mis labios cerca de los suyos, bebiéndome su aliento—. Tenemos ahora un lindo presente y un futuro para vivir nuestro amor, para recuperar todo el tiempo que perdimos sin amarnos como debimos haber hecho, incluso, durante siglos.

En las Estrellas [FINALIZADA]Where stories live. Discover now