Capítulo 17: Contigo, pelusa

8.2K 980 69
                                    

(CORREGIDO, ENERO, 2022)

Luna

Me roseo en el cuello un poco de perfume y acto seguido cubro el frasco y lo dejo sobre mi cómoda. Me miro en el espejo y una chica de ojos mieles me devuelve la mirada. Bobalicona le sonrío a mi reflejo, viéndome a través de mis ojos brillosos y mi piel igual de brillosa y sana, más sana que nunca.

Suspiro. Dicen que cuando una persona es feliz lo deja notar en cada poro de su piel y en este momento creo que cualquiera que me viera, caminando por la calle, suspirando todo el tiempo, se daría cuenta de cuán feliz estoy.

Alejandro.

Poder estar con la persona que amas después de mucho tiempo de sufrirlo en silencio, y que te ame de la misma forma, es una sensación que no tiene nombre ni forma de explicarla. Alejandro y yo hemos tenido los mejores momentos de nuestras vidas durante las últimas semanas; más de un mes estando juntos como pareja, viendo el tiempo pasar uno en los brazos del otro, amándonos, tomando y dando todo el uno del otro, sin medidas.

Lo amo, lo amo tan perdidamente. Siempre quiero besarlo, y lo echo de menos de un modo doloroso cuando no lo tengo cerca, cuando no puedo sentirlo porque su piel cerca aunque me quema, es un fuego que siempre quiero sentir tratándose de él. Es mi aire, mi fortaleza, mi perfección.

Es el hombre para el que fui creada a su medida y él a la mía. Somos perfectos juntos, e imaginarme un solo segundo lejos de él me quema, me destroza por dentro el solo pensamiento. Él es... el camino donde siempre me encuentro, el hombre que me lo dice todo incluso con su silencio. Nos conocemos tan bien que basta una sola mirada para saber lo que quiere el otro y somos uno. Fue un camino tan largo y espinoso para llegar a donde estamos que... no tengo palabras de la maravilla que significa estar juntos.

Lanzo un suspiro.

Está noche lo he invitado a cenar, y como siempre que estoy con él, ningún otro pensamiento viene a mi cabeza que no sea disfrutar cada pequeño instante y pequeña cosa con, Alejandro. Por otro lado, el sábado en la tarde volamos a Palmer y no puedo estar más feliz. Extraño a mamá, a papá y hasta los clones ruidosos y egocéntricos, más Lucas que Oscar que está bastante lleno de sí mismo, pero los amo de igual modo y muero por llegar a cubrir de besos a mi familia. También extraño a la tía Kea, a Maya, y al tío Alexander. Los he echado mucho de menos a todos.

Suspiro mientras me doy un último vistazo en el espejo. He escogido un vestido de encajes blancos, con un fondo crema, no tiene tirantes, es strapless, con un corte hasta por encima de mi rodilla y se ciñe a mi cuerpo. Solo me puse un poco de labial color cereza en los labios y me aliso el cabello que en ocasiones se me pone rebelde, pero ondulando un poco las puntas.

—Pelusa, ¿ya estás lista?

Alejandro entra en ese momento a la habitación, se había vestido antes que yo y cómo vamos a un sitio elegante está guapísimo llevando un traje negro. Es la primera vez que lo veo vistiendo tan formal y pareciera que nació para usar ese tipo de ropa, pues luce divino. Estoy derretida como mantequilla en pan caliente cuando me muevo hacía él, sus ojos recorriéndome de arriba abajo mientras camino en su dirección, mirándome como si quisiera grabar en su cabeza cada movimiento y curva. Le gusta lo que ve. Le gusto yo entera y él me gusta de la misma forma.

Le rodeo el cuello, el rodea mi cintura y agacho un poco el rostro para llegar a sus labios y robarle un beso.

—Ya estoy listísima para nuestra noche, cariño —Alejandro arrastra la punta de su nariz por mi mejilla e inspira profundamente.

—Estas bellísima, Luna y tu aroma, Dios, me encanta, me fascina como huele mi chica. Es mi droga.

Sonrío ante las cosquillas deliciosas de sus besos en mi cuello.

En las Estrellas [FINALIZADA]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ